1. El Espíritu Santo en el A. T.
3. Promesa
4. Venida
5. Funciones
6. Fines
7. Dones
8. Frutos
9. Efectos
1. El Espíritu Santo en el A. T.
-Es uno en sustancia y múltiple en los medios para sus fines
-Fue enviado ya a los hombres en el A. T.
-Actúa a través de toda la Historia bíblica
-El Espíritu de Dios es uno en sustancia y múltiple en los medios para alcanzar sus fines.
Pues hay en la sabiduría un espíritu inteligente, santo, único, múltiple, sutil, ágil, perspicaz, inmaculado, claro, impasible, amante del bien, agudo, incoercible, bienhechor, amigo del hombre, firme, seguro, sereno, que todo lo puede, todo lo observa, penetra todos los espíritus, los inteligentes, los puros, los más sutiles (Sab. 7, 22).
-El Espíritu Santo fue enviado ya a los hombres en el Antiguo Testamento.
Bajó Yahvéh en la nube y le habló (a Moisés). Luego tomó el espíritu que había en él y se lo dio a los setenta ancianos. En cuanto reposó sobre ellos el espíritu, se pusieron a profetizar, pero ya no volvieron a hacerlo más (Núm. 11, 25).
Aclaración. Reciben el don profético sólo temporalmente.
…venía frente a Saúl un grupo de profetas; le invadió el espíritu de Dios y se puso en trance en medio de ellos. Los que le conocían de toda la vida le vieron profetizando con los profetas,… (1 Sam. 10, 10-11).
Vino sobre los emisarios de Saúl el espíritu de Dios y también ellos se pusieron en trance (1 Sam. 19, 20).
-El Espíritu de Yahvéh actúa a través de toda la historia bíblica.
a) -sobre los elementos.
…el Espíritu de Dios aleteaba sobre la superficie de las aguas (Gén. 1, 2).
b) -Sobre la vida.
Entonces Yahvéh Dios formó al hombre con polvo del suelo, e insufló en sus narices aliento de vida, y resultó el hombre un ser viviente (Gén. 2, 7).
Por la palabra de Yahvéh fueron hechos los cielos,
por el soplo de su boca toda su mesnada (Sal. 33, 6).
Escondes tu rostro y se anonadan,
les retiras su soplo, y expiran
y a su polvo retornan.
Envías tu soplo y son creados,
y renuevas la faz de la tierra (Sal. 104, 29-30).
Así dice el Señor Yahvéh a estos huesos: He aquí que yo voy a hacer entrar el espíritu en vosotros y viviréis. Os cubriré de nervios, haré crecer sobre vosotros la carne, os cubriré de piel, os daré un espíritu u viviréis;… (Ez. 37, 5-6).
Él me dijo: «Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre. Dirás al Espíritu: Así dice el Señor Yahvéh: Ven espíritu, de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos para que vivan.» Yo profeticé como ellos me lo habían ordenado, y el espíritu entró en ellos; revivieron y se incorporaron sobre sus pies: era un enorme, inmenso ejército (Ez. 37, 9-10).
c) -Suscita a los jueces.
El espíritu de Yahvéh sobre él, que fué juez en Israel… (Juec. 3, 10).
El espíritu de Yahvéh revistió a Gedeón (Juec. 6, 34).
El espíritu de Yahvéh vino sobre Jefté,… (Juec. 11, 29).
d) -Suscita a Saúl.
…le invadió el espíritu de Dios y se puso en trance en medio de ellos (1 Sam. 10, 10).
Invadió a Saúl el espíritu de Dios en oyendo estas palabras, y se irritó sobremanera (1 Sam. 11, 6).
e) -Da habilidad a los artesanos.
Habló Yahvéh a Moisés diciendo: Mira que he designado a Besalel…y le he llenado del espíritu de Dios concediéndole habilidad, pericia y experiencia en toda clase de trabajos (Ex. 31, 3).
…Yahvéh ha designado a Besabel…y le ha llenado del espíritu de Dios, confiriéndole habilidad pericia y experiencia en toda clase de trabajos,… (Ex. 35, 31).
f) -Da discernimiento a los jueces.
Yahvéh respondió a Moisés: «Reúneme setenta ancianos de Israel…llévalos a la Tienda de Reunión y que estén allí contigo. Yo bajaré a hablar contigo; tomaré parte del espíritu que hay en ti y lo pondré en ellos, para que lleven contigo la carga del pueblo y no la tengas que llevar tú sólo (Núm. 11, 16-17).
g) -Concede sabiduría a José.
…y dijo Faraón a sus servidores: «¿Acaso se encontrará otro como éste que tenga el espíritu de Dios? Y dijo Faraón a José: «Después de haberte dado a conocer Dios todo esto, no hay entendido ni sabio como tú (Gén. 41, 38-39).
h) -Inspira a los profetas.
-a Moisés.
Yahvéh respondió a Moisés: Reúneme setenta ancianos de Israel…Yo bajaré a hablar contigo; tomaré parte del espíritu que hay en ti y lo pondré en ellos, para que lleven contigo la carga del pueblo y no la tengas que llevar tú sólo (Núm. 11, 16-17).
Y al alzar los ojos, vio Balaam a Israel acampado por tribus. Y le invadió el Espíritu de Dios. Entonó su trova y dijo: Oráculo de Balaam, hijo de Beor, oráculo del varón clarividente… (Núm. 24, 2).
-a Saúl.
Te invadirá entonces el espíritu de Yahvéh, entrarás en trance con ellos y quedarás cambiado en otro hombre (1 Sam. 10, 6).
Mandó Saúl emisarios para prender a David; vieron éstos la agrupación de los profetas en trance de profetizar, con Samuel a la cabeza. Vino sobre los emisarios de Saúl el espíritu de Dios y también ellos se pusieron en trance (1 Sam. 19, 20).
-a David.
El espíritu de Yahvéh habla por mí, su palabra está en mi lengua (2 Sam. 23, 2).
-a Elías.
…dijo Elías a Eliseo: «Pídeme lo que quieras que haga por ti antes de ser arrebatado de tu lado.» Dijo Eliseo: «Que tenga dos partes de tu espíritu» (2 Reg. 2, 9).
-a Isaías.
«Y ahora el Señor Yahvéh me envía con su espíritu» (Is. 48, 16).
El espíritu del Señor Yahvéh está sobre mí, por cuanto que me ha ungido Yahvéh (Is. 61, 1).
-a Miqueas.
Yo, en cambio, estoy lleno de fuerza, por el espíritu de Yahvéh, y de juicio y de bravura, para denunciar a Jacob su rebeldía, y a Israel su pecado (Miq. 3, 8).
-a Zacarías.
…su corazón hicieron de diamante para no oír la Ley y las palabras que Yahvéh Sebaot había dirigido por su espíritu, por ministerio de los antiguos profetas (Zac. 7, 12).
Entonces el espíritu de Dios revistió a Zacarías…que…les dijo: «Así dice Dios: ¿Por qué traspasáis los mandamientos de Yahvéh?…» (2 Cro. 24, 20).
-a Azarías.
Vino entonces el espíritu de Dios sobre Azarías,… y le dijo: «¡Oídme vosotros, Asá y todo Judá y Benjamín!… (2 Cro. 15, 1).
-a Yajaziel.
Vino el espíritu de Yahvéh sobre Yahaziel, hijo de Zacarías,…y dijo: «¡Atended vosotros, Judá entero y habitantes de Jerusalén, y tú, oh rey Josafat!» (2 Cro. 20, 14).
2. El Espíritu Santo. Profetización
-Su venida
-En el momento del bautismo de Jesucristo
-Su efusión sobre toda la Iglesia
-Su don
-Jesucristo profetiza su misión
-Y la venida
-La venida del Espíritu Santo fue profetizada en el Antiguo Testamento.
Infundiré mi espíritu en vosotros y haré que os conduzcáis según preceptos y observéis y practiquéis mis normas (Ez. 36, 27).
Sucederá después de esto que yo derramaré mi Espíritu en toda carne (Jl. 3, 1).
Hasta en los siervos y las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días (Jl. 3, 2).
-La venida del Espíritu Santo en el momento del bautismo de Jesucristo fue profetizada en el Antiguo Testamento.
Reposará sobre él el espíritu de Yahvéh,… (Is. 11, 2).
He aquí mi siervo a quien yo sostengo, mi elegido en quien se complace mi alma. He puesto mi espíritu sobre él… (Is. 42, 1).
El espíritu del Señor Yahvéh está sobre mí,… (Is. 61, 1).
-La efusión del Espíritu Santo sobre toda la Iglesia fue profetizada en el Antiguo Testamento.
Sucederá después de esto que yo derramaré mi Espíritu en toda carne (Joel 3, 1).
-El don del Espíritu Santo fue profetizado en el Antiguo Testamento.
Infundiré mi espíritu en vosotros y haré que os conduzcáis según mis preceptos y practiquéis mis normas (Ez. 26, 27).
-Jesucristo profetiza la misión del Espíritu Santo.
Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo he dicho (Jn. 14, 26).
Cuando venga el Paráclito, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, y que yo os enviaré de junto al Padre, él dará testimonio de mí (Jn. 15, 26).
Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito; pero si me voy, os lo enviaré;… (Jn. 16, 7).
-Jesucristo profetizó la venida del Espíritu Santo.
Él les contestó: «…recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros,… (Hch. 1, 8).
-Dios Padre promete que Jesucristo enviará al E. Santo
-Jesucristo promete que el Padre enviará al E. Santo
-Jesucristo promete la asistencia del E. Santo a los Apóstoles y a su Iglesia
-Dios Padre promete que Jesucristo enviará al Espíritu Santo.
«Mirad, yo voy a enviar sobre vosotros la Promesa de mi Padre. Por vuestra parte permaneced en la ciudad hasta que seáis revestidos del poder de lo alto» (Lc. 24, 49).
Mientras estaba comiendo con ellos, les mandó que no se ausentasen de Jerusalén, sino que aguardasen la Promesa del Padre, «que oísteis de mí: Que Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados en el Espíritu Santo dentro de pocos días» (Hch. 1, 4-5).
-Jesucristo promete a los Apóstoles que el Padre les enviará el Espíritu Santo.
Si me amáis guardaréis mis mandamientos; y yo pediré al Padre y os dará otro Paráclito, para que esté con vosotros para siempre (Jn. 14, 15-16).
Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo,… (Jn. 14, 26).
-Jesucristo promete a los Apóstoles enviarles el Espíritu Santo.
Cuando venga el Paráclito, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre y que yo os enviaré de junto al Padre, él dará testimonio de mí (Jn. 15, 26).
Os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito; pero si me voy, os lo enviaré (Jn. 16, 7).
-Jesucristo prometió la asistencia del Espíritu Santo a los Apóstoles y a su Iglesia.
Si me amáis, guardaréis mis mandamientos; y yo pediré al Padre y os dará otro Paráclito, para que esté con vosotros para siempre (Jn. 14, 15-16).
Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa;… (Jn. 16, 13).
…recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros, y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra (Hch. 1, 8).
-Su venida su don, su doctrina y su fuerza hallan su expresión en el N. T.
-La vida y obrar de Jesucristo se consuman con su venida
-La venida, el don, la doctrina y la fuerza del Espíritu Santo hallan su expresión definitiva en el Nuevo Testamento.
a) -La venida.
-Sobre Cristo.
Y Juan dio testimonio diciendo: «He visto al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma y se quedaba sobre él (Jn. 1, 32).
Aquel a quien Dios ha enviado habla las palabras de Dios, porque le da el Espíritu sin medida (Jn. 3, 34).
-Sobre los Apóstoles.
De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que dividiéndose se posaron sobre cada uno de ellos; quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas… (Hch. 2, 2-4).
-Sobre los primeros convertidos.
Convertíos y que cada uno de vosotros se haga bautizar en el nombre de Jesucristo, para remisión de vuestros pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo;… (Hch. 2, 38).
b) -El don.
…porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado (Rom. 5, 5).
c) -La doctrina.
Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho (Jn. 14, 26).
Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y os anunciará lo que ha de venir (Jn. 16, 13).
d) -La fuerza.
-Sobre los Apóstoles.
…sino que recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros,… (Hch. 1, 8).
-Toda la vida y toda la obra de Jesucristo se consuman con la venida del Espíritu Santo al mundo.
Y exaltado por la diestra de Dios, ha recibido del Padre el Espíritu Santo prometido y ha derramado lo que vosotros veis y oís (Hch. 2, 33).
5. El Espíritu Santo. Funciones
-La Iglesia vive y se desarrolla gracias al influjo del E. Santo
-Con su venida sustituye a Jesucristo
-Inspira a la Iglesia
-Guía a la Iglesia
-Es el espíritu de la verdad con la misión de enseñarla
-Distribuye carismas, ilumina a los profetas, revela el futuro y ruega al Padre por todos los hombres
-La Iglesia vive y se desarrolla gracias al influjo del Espíritu Santo en la cabeza y en los miembros.
a) -En la cabeza.
Bautizado Jesús, salió luego del agua; y en esto se abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios que bajaba en forma de paloma y venía sobre él (Mt. 3, 16).
Entonces Jesús fue conducido por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo (Mt. 4, 1).
A continuación, el Espíritu le impulsa al desierto, y permaneció en el desierto cuarenta días, siendo tentado por Satanás (Mc. 1, 12).
Jesús, lleno del Espíritu Santo, se volvió al Jordán y fue llevado por el Espíritu al desierto, donde fue tentado por el diablo durante cuarenta días (Lc. 4, 1).
Y Juan dio testimonio diciendo: «He visto al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma y se quedaba con él…» (Lc. 1, 32).
b) -En los miembros.
Dicho esto sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo…» (Jn. 20, 22).
…sino que recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros, y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra (Hch. 1, 8).
Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo: «Jefes del pueblo…» (Hch. 4, 8).
Pareció bien la propuesta a toda la asamblea y escogieron a Esteban, hombre lleno de fe y de Espíritu Santo, a Felipe,… (Hch. 6,5).
Pero él, lleno del Espíritu Santo, miró fijamente al cielo y vio la gloria de Dios y a Jesús que estaba en pie a la diestra de Dios;… (Hch. 7, 55).
Fue Ananía, entró en la casa, le impuso las manos y le dijo: «Saúl, hermano, me ha enviado a ti el Señor Jesús, el que se te apareció en el camino por donde venías, para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo» (Hch. 9, 17).
Y Dios, conocedor de los corazones, dio testimonio en su favor comunicándoles el Espíritu Santo como a nosotros;… (Hch. 15, 8).
-El Espíritu Santo con su venida sustituye a Jesucristo entre los fieles, después de su ascensión a los cielos.
Si me amáis, guardaréis mis mandamientos; y yo pediré al Padre y os dará otro Paráclito, para que esté con vosotros para siempre (Jn. 14, 16).
Os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito; pero si me voy os lo enviaré (Jn. 16, 7).
-El Espíritu Santo inspira a la Iglesia.
…el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado (Rom. 5, 5).
En efecto, todos los que son guiados por el Espíritu Santo de Dios son hijos de Dios (Rom. 8, 14).
La prueba de que sois hijos es que Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama que clama ¡Abbá, Padre! (Gál. 4, 6).
Pero, si sois conducidos por el Espíritu, no estáis bajo la Ley (Gál. 5, 18).
-El Espíritu Santo guía a la Iglesia.
Cuando venga él, el Espíritu de la Verdad, os guiará hasta la verdad completa;… (Jn. 16, 13).
-El Espíritu Santo es el Espíritu de la verdad con la misión de enseñarla.
…y yo pediré al Padre y os dará otro Paráclito, para que esté con vosotros para siempre, el Espíritu de la verdad,… (Jn. 14, 16-17).
Cuando venga el Paráclito, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí (Jn. 15, 26).
Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y os anunciará lo que ha de venir (Jn. 16, 13).
-Las funciones más propias del Espíritu Santo son: distribuir los carismas, iluminar a los profetas, revelar el futuro y rogar al Padre por todos los hombres.
a) -Distribuir los carismas:
Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que dividiéndose se posaron sobre cada uno de ellos; quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse (Hch. 2, 4).
b) -Iluminar a los profetas.
Replicó: Pues ¿cómo David, movido por el Espíritu, le llama Señor,…? (Mt. 22, 43).
c) -Revelar el futuro a los Apóstoles.
Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho (Jn. 14, 26).
Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y os anunciará lo que ha de venir (Jn. 16, 13).
d) -Rogar al Padre por los hombres.
…mas el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables (Rom. 8, 26).
-Suceder a Jesucristo, dar testimonio de Él, corregir los vicios convencerles de ellos y de la victoria de Cristo y asistir a la Iglesia
-Permanecer con los discípulos de Jesús y convertirles en morada del Padre y del Hijo
-Dar testimonio de Jesucristo a los Apóstoles para que ellos también lo den
-Los fines por los cuales el Padre y el Hijo envían al Espíritu Santo al mundo son: Suceder a Jesucristo en las funciones de Abogado y de maestro, dar testimonio de Jesucristo a los Apóstoles, corregir los vicios de los hombres y convencerles de ellos y de la victoria ganada por Cristo contra Satanás y asistir a la Iglesia hasta el final de los tiempos.
a) -Suceder a Jesucristo.
-en la función de abogado.
…y yo pediré al Padre y os dará otro Paráclito, para que esté con vosotros para siempre,… (Jn. 14, 16).
-en la función de maestro.
Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho (Jn. 14, 26).
b) -Dar testimonio de Jesucristo a los Apóstoles.
Cuando venga el Paráclito, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, y que yo os enviaré de junto al Padre, él dará testimonio de mí (Jn. 15, 26).
c) -Corregir los vicios de los hombres.
…y cuando el Paráclito venga, convencerá al mundo en lo referente al pecado, en lo referente a la justicia y en lo referente al juicio;… (Jn. 16, 8).
-del pecado de la incredulidad.
Jesús añadió: «…Ya os he dicho que moriréis en vuestros pecados, porque si no creéis que Yo Soy, moriréis en vuestros pecados» (Jn. 8, 24).
Jesús respondió: «…Si digo la verdad, ¿por qué no me creéis? (Jn. 8, 46).
Jesús le respondió: «…Si yo no hubiera venido y no les hubiera hablado, no tendrían pecado; pero ahora no tienen excusa de su pecado (Jn. 14, 23 y 15, 22).
d) -convencerles de ellos.
Jesús respondió: «…Si digo la verdad, ¿por qué no me creéis?» (Jn. 8, 46).
Jesús le respondió: «…Si yo no hubiera venido y no les hubiera hablado, no tendrían pecado; pero ahora no tienen excusa de su pecado (Jn. 14, 23 y 15, 22).
e) -Y de la victoria ganada por Cristo.
Jesús les respondió: «…Ahora es el juicio de este mundo; ahora el Príncipe de este mundo será echado abajo» (Jn. 12, 31).
…en lo referente al juicio, porque el Príncipe de este mundo está condenado (Jn. 16, 11).
Aclaración. El Príncipe de este mundo se refiere a Satanás.
f) -Asistir a su Iglesia hasta el final de los tiempos.
…y yo pediré al Padre y os dará otro Paráclito, para que esté con vosotros para siempre (Jn. 14, 16).
-Después de la ascensión de Jesucristo a los cielos vendrá el Espíritu Santo, permanecerá con los discípulos de Jesús y les convertirá en la morada del Padre y del Hijo.
a) -Vendrá el Espíritu Santo.
…y yo pediré al Padre y os dará otro Paráclito, para que esté con vosotros para siempre (Jn. 14, 16).
pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo… (Jn. 14, 26).
Cuando venga el Paráclito, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, y que yo os enviaré de junto al Padre,… (Jn. 15, 26).
Os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito; pero si me voy os lo enviaré;… (Jn. 16, 7).
b) -Permanecerá en ellos.
…y yo pediré al Padre y os dará otro Paráclito, para que esté con vosotros para siempre, el Espíritu de la verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no le ve ni le conoce. Pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros y en vosotros está (Jn. 14, 16-17).
c) -Les convertirá en la morada del Padre y del Hijo.
Jesús le respondió: «Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él y haremos morada en él (Jn. 14, 20, 23).
-La misión del Espíritu Santo a los Apóstoles fue para dar testimonio de Jesucristo y para que ellos también lo den.
a) -Para dar testimonio de Jesucristo.
Cuando venga el Paráclito.
Cuando venga el Paráclito, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, y que yo os enviaré de junto al Padre, él dará testimonio de mí (Jn. 15, 16).
b) -Para que los Apóstoles también lo den.
…sino que recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros, y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra (Hch. 1, 8).
-Son siete
-No son actos transitorios, sino hábitos sobrenaturales
-La sola moción de la razón del hombre no basta para conseguir su fin último, sino que necesitamos además los dones del E. Santo
-El E. Santo es el que distribuye los dones entre los hombres
-La paz y el gozo espiritual, como dones del E. Santo, superan todos los bienes de este mundo
-Permanecer para siempre en el alma de los bienaventurados
-Los dones del Espíritu Santo son siete: Sabiduría, entendimiento, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios.
En la justificación, además de la gracia y de las virtudes infusas, son necesarios los dones del Espíritu Santo para el progreso espiritual y para perseverar en el bien.
Saldrá un vástago del tronco de Jesé, y un retoño de sus raíces brotará. Reposará sobre él el Espíritu de Yahvéh: espíritu de sabiduría e inteligencia, espíritu de consejo y fortaleza, espíritu de ciencia y temor de Yahvéh (Is. 11, 1-2).
Aclaración. En la traducción de los LXX las palabras «eusebia» y «fobos», que significan piedad y temor.
Por otra parte, ciertas mociones que nos mueven a venerar a Dios, pertenecen al don de piedad, como consta en:
…recibisteis un espíritu de hijos adoptivos que nos hace exclamar: ¡Abbá, Padre! (Rom. 8, 15).
Es clara la existencia del don de piedad en la Sagrada Escritura.
-Los Dones del Espíritu Santo no son actos transitorios, sino hábitos sobrenaturales o infusos.
Si me amáis, guardaréis mis mandamientos; y yo pediré al Padre y os dará otro Paráclito, para que esté con vosotros para siempre, el Espíritu de la verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no le ve ni le conoce. Pero vosotros le conocéis, porque mora en vosotros y en vosotros está (Jn. 14, 15-17).
Aclaración. El Espíritu Santo no será en los hombres sin sus dones, por tanto, permanecen en los hombres; luego no son actos transitorios, sino verdaderos hábitos infundidos por Dios.
-Hay otros textos del Antiguo y del Nuevo Testamento, que no sirven de fundamento serio para demostrar la doctrina de los Dones del Espíritu Santo, pero los Santos Padres y la misma Iglesia los han interpretado como clara alusión a los mismos.
¿Acaso se encontrará otro como éste que tenga el espíritu de Dios? (Gén. 41, 38).
…y le he llenado del espíritu de Dios concediéndole habilidad, pericia y experiencia en toda clase de trabajos;… (Ex. 31, 3).
Y al alzar los ojos, vio Balaam a Israel acampado por tribus. Y le invadió el espíritu de Dios (Núm. 24, 2).
Josué, hijo de Nun, estaba lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés le había impuesto las manos (Deut. 34, 9).
…tu espíritu bueno me guíe por una tierra llana (Sal. 142, 10).
Por eso pedí y se me concedió la prudencia; supliqué y me vino el espíritu de Sabiduría (Sab. 7, 7).
Pues hay en ella un espíritu inteligente, santo… (Sab. 7, 22).
…porque Dios no ama sino a quien vive por la Sabiduría (Sab. 7, 28).
Y ¿quién hubiera conocido tu voluntad, si tú no le hubieses dado la Sabiduría y no le hubieses enviado de lo alto tu Espíritu Santo? (Sab. 9, 17).
…le concedió la palma con un duro combate para enseñarle que la piedad contra todo prevalece (Sab. 10, 12).
El espíritu del Señor Yahvéh está sobre mí,… (Is. 61, 1).
Yo, en cambio, estoy lleno de fuerza, por el espíritu de Yahvéh, y de juicio y bravura,… (Mich. 3, 8).
…porque el Espíritu Santo os enseñará en aquel mismo momento lo que conviene decir (Lc. 12, 12).
…el Espíritu de la verdad, a quien el mundo no puede recibir,… (Jn. 14, 17).
Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo… (Jn. 14, 26).
De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso… (Hch. 2, 2).
…y recibiréis el don del Espíritu Santo (Hch. 2, 38).
…todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios (Rom. 8, 14).
…el Espíritu viene en ayuda de nuestra flaqueza (Rom. 8, 26).
Porque a nosotros nos lo reveló Dios por medio del Espíritu… (1 Cor. 2, 10).
Porque a uno se le da por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, carisma de curaciones, en el único Espíritu; a otro, poder de milagros; a otro, profecía; a otro discernimiento de espíritus; a otro, diversidad de lenguas; a otro, don de interpretarlas. Pero todas estas cosas las obra un mismo y único Espíritu, distribuyéndolas a cada uno en particular según su voluntad (1 Cor. 12, 8-11).
…de parte de los siete Espíritus que están ante su trono… (Apoc. 1, 4).
Esto dice el que tiene los siete Espíritus de Dios y las siete estrellas (Apoc. 3, 1).
…delante del trono arden siete antorchas de fuego, que son los siete Espíritu de Dios (Apoc. 4, 5).
…tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete Espíritus de Dios, enviados a toda la tierra (Apoc. 5, 6).
-La sola moción de la razón natural del hombre no basta para conseguir su fin último sobrenatural, sino que son necesarios además los dones del Espíritu Santo.
Es una deducción muy clara de estos textos:
En efecto, todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios (Rom. 8, 14).
El Espíritu mismo se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que somos hijos de Dios. Y, si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos de Cristo,… (Rom. 8, 16).
Pero, si sois conducidos por el Espíritu, no estáis bajo la ley (Gál. 5, 18).
Aclaración. «Bajo la ley», se entiende «sometidos a las tendencias del pecado».
-El Espíritu Santo es el que distribuye los dones entre los hombres.
Pero teniendo dones diferentes, según la gracia que nos ha sido dada, si es el don de profecía ejerzámoslo en la medida de nuestra fe; si es el ministerio, en el ministerio; la enseñanza, enseñando; la exhortación, exhortando (Rom. 12, 6-7).
A cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para provecho común. Porque a uno se le da por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro fe, en el mismo Espíritu; a otro carisma de curaciones, en el único Espíritu; a otro, poder de milagros; a otro, profecía; a otro discernimiento de Espíritus; a otro diversidad de lengua; a otro, don de interpretarlas. Pero todas estas cosas las obra un mismo y único Espíritu, distribuyéndolas a cada uno en particular según su voluntad (1 Cor. 12, 7-11).
Aclaración.
-Don de sabiduría para exponer las verdades cristianas más elevadas.
-Don de ciencia para explicar las verdades elementales del cristianismo.
-Don de fe para poseerla en grado extraordinario.
-Don de discernimiento de espíritus para determinar el origen de los fenómenos carismáticos: Dios, la naturaleza, el demonio.
-Don de lenguas «para hablar otras según el Espíritu les conceda expresarse» (Act 2, 4).
-La paz y el gozo espiritual, como dones del Espíritu Santo, superan todos los bienes de este mundo.
a) -La paz.
Y la paz de Dios, que supera todo conocimiento, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús (Fil. 4, 7).
b) -El gozo.
Estoy lleno de consuelo y sobreabundo de gozo en todas nuestras tribulaciones (2 Cor. 7, 4).
-Los dones del Espíritu Santo, en cuanto a su esencia, permanecen para siempre en el alma de los Bienaventurados.
No consta claramente en los textos sagrados, pero hay una deducción, sólo poco probable, de los siguientes versículos:
…para que Dios sea todo en todo (1 Cor. 15, 28).
…un sólo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, por todos y en todos (Ef. 4, 5).
Aclaración. Toda la plenitud de Dios estará poseída por cada uno de los bienaventurados, y por tanto la plenitud de los dones del Espíritu Santo, pero en cuanto a la materia, desaparecen en parte, p.e. el don de temor quedará reducido al temor reverencial ante la inmensidad de Dios. Lo mismo será con los otros dones en el aspecto relativo de la vida activa, que cesa para siempre en la bienaventuranza eterna.
-Son doce
-La paz no es una virtud
-Es un efecto de la Justicia
-Los frutos del Espíritu Santo son:
Amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, templanza, fe, continencia y castidad.
Los frutos del Espíritu Santo son ciertas operaciones que proceden de la virtudes y de los dones; son como el último término de la vida sobrenatural.
…el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, templanza;… (Gál. 5, 22).
Aclaración. Los otros tres, fe, continencia y castidad, constan en el texto de la Vulgata (Gál. 5, 23).
S. Pablo no tuvo intención de enumerarlos todos; quiso únicamente mostrar qué género de frutos producen las obras de la carne y cuales otros producen las del Espíritu, y para ello cita unos cuantos por vía de ejemplo.
-La paz espiritual no es propiamente una virtud.
Tened sal en vosotros y tened paz unos con otros (Mc. 9, 50).
…procurando el bien ante todos los hombres; en lo posible, y en cuanto de vosotros depende, en paz con todos los hombres (Rom. 12, 18).
Procurad la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor (Hebr. 12, 14).
Aclaración. El mismo Cristo impuso el precepto de conservar la paz, a sus apóstoles y a nosotros a través de ellos.
-La paz espiritual en nosotros indirectamente es también efecto de la justicia.
…el producto de la justicia será la paz, el fruto de la equidad, una seguridad perpetua (Is. 32, 17).
Aclaración. La paz es también, indirectamente, obra de la justicia, en cuanto que elimina los obstáculos que se opondrían a ella.
-Es el Espíritu de Cristo
-Produce un principio interior de vida nueva
-Es fuerza divina que actúa
-Hace al cristiano Hijo de Dios
-Instruye y dirige a aquellos en quienes habita
-Intercede por los hombres
-El Espíritu Santo es el Espíritu de Cristo.
Pues yo sé que esto servirá para mi salvación gracias a vuestras oraciones y a la ayuda prestada por el Espíritu de Jesucristo,… (Fil. 1, 19).
La prueba de que sois hijos es que Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama ¡Abbá, Padre! (Gál. 4, 6).
-El Espíritu Santo de la promesa produce un principio interior de vida nueva que Dios concede, envía, otorga y derrama.
a) -Concede.
Si pues, vosotros siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan! (Lc. 11, 13).
Aquel a quien Dios ha enviado habla las palabras de Dios, porque le da el Espíritu sin medida (Jn. 3, 34).
…y yo pediré al Padre y os dará otro Paráclito, para que esté con vosotros para siempre, el Espíritu de la verdad,… (Jn. 14, 16).
b) -Envía.
La prueba de que sois hijos es que Dios ha enviado a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo… (Gál. 4, 6).
c) -Otorga.
El que os otorga, pues, el Espíritu y obra milagros entre vosotros ¿lo hace porque observáis la ley o porque tenéis fe en la predicación? (Gál. 3, 5).
d) -Derrama.
…él nos salvó…por medio del baño de regeneración y de renovación del Espíritu Santo, que él derramó sobre nosotros con largueza… (Tit. 3, 5).
-El Espíritu Santo significa fuerza divina carismática que actúa.
El Espíritu de Yahvéh vino sobre él, que fue juez en Israel y salió a la guerra (Jc. 3, 10).
El Espíritu de Yahvéh vino sobre Jefté, que recorrió Gallad y Manasés, pasó por Mispá de Galaad… (Jc. 11, 29).
Vino el Espíritu de Yahvéh sobre Yajaciel…y dijo. «¡Atended vosotros, Judá entero y habitantes de Jerusalén…No temáis ni os asustéis ante esta gran muchedumbre; porque esta guerra no es vuestra sino de Dios (2 Cro. 20, 14-15).
-El Espíritu Santo hace al cristiano hijo de Dios, morada de Cristo, principio de resurrección, le marca con un sello, se encuentra con él a título e arrás y de primicias, sustituye el principio malo de la carne, es principio de fe, de conocimiento sobrenatural, de amor, de santificación, de conducta moral, de intrepidez apostólica, de esperanza, de oración, de unión con Cristo y de realización de la unidad de su Cuerpo Místico.
a) -Hijo de Dios.
En efecto, todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios (Rom. 8, 14).
b) -Morada de Cristo.
…para que os conceda, según la riqueza de su gloria, que seáis vigorosamente fortalecidos por la acción de su Espíritu en el hombre interior, que Cristo habite por la fe en vuestro corazones,… (Ef. 3, 16-17).
c) -Principio de resurrección.
…Aquel que resucitó a Cristo Jesús de entre los muertos dará también la vida a vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que habita en vosotros (Rom. 8, 11).
d) -Le marca con un sello.
…vosotros tras haber oído la Palabra de la verdad, la Buena Nueva de vuestra salvación, y creído también en él, fuisteis sellados con el espíritu Santo de la Promesa,… (Ef. 1, 13).
No entristezcáis al Espíritu Santo de Dios, con el que fuisteis sellados par el día de la redención (Ef. 4, 30).
e) -Se encuentra en él a título de arras.
Y es Dios el que nos conforma juntamente con vosotros en Cristo…y nos dio en arras el Espíritu en nuestros corazones (2 Cor. 1, 22).
Y el que nos ha destinado a eso es Dios, el cual nos ha dado en arras del Espíritu (2 Cor. 5, 5).
…fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la Promesa, que es prenda de nuestra herencia,… (Ef. 1, 14).
f) -y de primicias.
…nosotros que poseemos las primicias del Espíritu,… (Rom. 8, 23).
g) -Sustituye el principio malo de la carne.
Mas, al presente, hemos quedado emancipados de la ley, muertos a aquello que nos tenía aprisionados, de modo que sirvamos con un espíritu nuevo y no con la letra vieja (Rom. 7, 6).
h) -Es principio de fe.
…y nadie puede decir: «¡Jesús es el Señor!» sino por influjo del Espíritu Santo (1 Cor. 12, 3).
Pero poseyendo aquel espíritu de fe como dice la Escritura: Creí, por eso hablé,… (2 Cor. 4, 13).
i) -De conocimiento sobrenatural.
Porque a nosotros nos lo reveló Dios por medio del Espíritu;… (1 Cor. 2, 10).
A cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para provecho común. Porque a uno se le da por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia, según el mismo Espíritu; a otro fe, en el mismo Espíritu; …Pero todas estas cosas las obra un mismo y único Espíritu, distribuyéndolas a cada uno en particular según su voluntad (1 Cor. 12, 8-11).
En efecto, nadie le entiende: dice en espíritu cosas misteriosas (1 Cor. 14, 2).
…para que…el Padre de la gloria, es conceda espíritu de sabiduría y de revelación para concederle perfectamente;… (Ef. 1, 17).
…iluminando los ojos de vuestro corazón para que conozcáis cual es la esperanza a que habéis sido llamados por él; cual es la riqueza de la gloria otorgada por él en herencia a los santos, y cuales la soberana grandeza de su poder para nosotros, los creyentes, conforme a la eficacia de su fuerza poderosa,… (Ef. 1, 18-19).
…para que os conceda, según la riqueza de su gloria, que seáis vigorosamente fortalecidos por la acción de su Espíritu en el hombre interior, que Cristo habite por la fe en vuestros corazones, para que arraigados y cimentados en el amor, podáis comprender con todos los santos cual es la anchura y la longitud, la altura y la profundidad, y conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento,… (Ef. 3, 16-19).
j) -de amor.
…porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado (Rom. 5, 5).
…fiel ministro de Cristo,…el cual nos informó también de vuestro amor en el Espíritu (Col. 1, 7-8).
k) -de santificación.
…ejerciendo el sagrado oficio del Evangelio de Dios, para que la oblación de los gentiles sea agradable, santificada por el Espíritu Santo (Rom. 15, 16).
Pero habéis sido lavados, habéis sido santificados, habéis sido santificados, habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios (1 Cor. 6, 11).
…Dios os ha escogido desde el principio para la salvación mediante la acción santificadora del Espíritu,… (2 Tess. 2, 13).
l) -de conducta moral.
…a fin de que la justicia de la ley se cumpliera en nosotros que seguimos una conducta, no según la carne, sino según el espíritu (Rom. 8, 4).
Por mi parte os digo: Si vivís según el Espíritu, no daréis satisfacción a las apetencias de la carne. Pues la carne tiene apetencias contrarias al espíritu, el espíritu contrarias a la carne, como que son entre sí antagónicos,… (Gál. 5, 16-17).
m) -de intrepidez apostólica.
Porque no nos dio el Señor a nosotros un espíritu de timidez, sino de fortaleza, de caridad y de templanza (2 Tim. 1, 7).
…yo sé que esto servirá para mi salvación gracias a vuestras oraciones y al a ayuda prestada por el Espíritu de Jesucristo,… (Fil. 1, 19).
n) -de esperanza.
El Dios de la esperanza os colme de todo gozo y paz en vuestra fe, hasta rebosar de esperanza por la fuerza del Espíritu Santo (Rom. 15, 13).
Pero a nosotros nos mueve el Espíritu a guardar por la fe los bienes esperados por la justicia (Gál. 5, 5).
ñ) -de oración.
Y de igual manera, el Espíritu viene en ayuda de nuestra flaqueza. Pues nosotros no sabemos pedir como conviene; más el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables,… (Rom. 8, 26).
o) -une con Cristo.
Mas el que se une al Señor, se hace un sólo espíritu con él (Rom. 6, 17).
p) -realiza la unidad del Cuerpo Místico.
Porque en un sólo Espíritu hemos sido todos bautizados, para no formar más que un cuerpo, judíos y griegos, esclavos y libres. Y todos hemos bebido de un sólo Espíritu (1 Cor. 12, 13).
Pues por él, unos y otros tenemos acceso al Padre en un mismo Espíritu (Ef. 2, 18).
Un sólo Cuerpo y un sólo Espíritu, como una es la esperanza a que habéis sido llamado (Ef. 4, 4).
-El Espíritu Santo instruye y dirige a aquellos en quienes habita.
Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho (Jn. 14, 26).
Cuando venga el Paráclito, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, y que yo os enviaré de junto al Padre, él dará testimonio de mí (Jn. 15, 26).
Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino pie hablará lo que oiga, y os anunciará lo que ha de venir (Jn. 16, 13).
Él me dará gloria, porque recibirá de lo mío y os lo comunicará a vosotros (Jn. 16, 14).
-El Espíritu Santo intercede por los hombres.
Y de igual manera, el Espíritu viene en ayuda de nuestra flaqueza. Pues nosotros no sabemos pedir como conviene; mas el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables, y el que escruta los corazones conoce cual es la aspiración del Espíritu, y que su intercesión a favor de los santos es según Dios (Rom. 8, 26-27).
me encanta y se que aun ay mas mucho mas de lo que en realidad es el gran poder de nuestro dios en nosotros
Excelente y conciso. Ojala lo tengan en Power point. Lo encontré en Slides, pero no se puede bajar. Gracias
Exelente esta enseñanza pneomatologica, ojala se busque la manera de dar una formacion sistematica amplia a los catolicos que tenemos sed de comprender mas nuestra iglesia y su doctrina.