Raimundo Lulio, Beato Doctor Iluminado, 29 de marzo Etimológicamente significa “buen consejero”. Viene de la lengua alemana. Hay personas que dan tumbos por la vida hasta que se centran y encuentran el lugar exacto para desarrollar todas las capacidades con la naturaleza y Dios le han dotado. Este joven palmesano nació en la capital de Mallorca en el siglo XIII. Realmente llama la atención su apertura mental a los tiempos que le tocaron vivir. A tantos años de distancia, es fácil comprender por qué le llamaban el “Doctor Iluminado”. Hizo en su vida de todo: caballero, filósofo, místico, poeta y padre de dos hijos. Muy completo. Una vez que asentó la cabeza de las locuras de su primera juventud, se entregó al estudio y a escribir libros sobre el mundo de la fe. Pero su espíritu aventurero no se le había ido de la mente. Y por eso, promovía lo mejor posible las misiones y el cuidado del Santo Sepulcro. En realidad, su apertura mental y afectiva era tal, que sus libros de filosofía, teología los escribía pensando en los árabes y judíos. Estos libros, que se pueden leer y estudiar hoy, son: Arte magna, Arbol de la Ciencia, Contemplación en Dios, Blanquerna, Cántico del Amigo y del Amado, Canto de Ramón, Cien libros sobre Dios”. Cualquiera que estudie catalán, verá que ponen a esta santo como modelo de la lengua por su estilo, su simbología y sus metáforas. El mismo, llevado de su actividad – sobre todo cuando quedó viudo – fundó en Mallorca el Centro de Estudios Orientales en Miramar. Como viajaba por todas partes, aprendía mucho. En sus idas y venidas visitaba a reyes y reinas, va a concilios como el de Vienne y recrimina al antipapa de Avignon por su absurda actitud ante Roma. A los 80 años hizo otro viaje a Africa. Volvió a Mallorca en donde murió en el año 1315.