BENEDICTO XVI
AUDIENCIA GENERAL
Miércoles 11 de febrero de 2009
Queridos hermanos y hermanas:
Después del ciclo dedicado a San Pablo, continuamos con los grandes Escritores Eclesiásticos del medioevo. San Juan Clímaco vivió entre las montañas del Sinaí como eremita y monje, en una época de profunda crisis a causa de las invasiones de los bárbaros. Su vida se caracterizó por un intenso amor a Dios y a los demás. Escribió un tratado de vida espiritual, la Escala del Paraíso, en la que describe el camino que debe recorrer el monje desde la renuncia al mundo hasta la perfección del amor. En la primera fase se trata de la ruptura con el mundo para volver al estado de infancia espiritual. Después, la lucha espiritual contra las pasiones para adquirir las virtudes. En la última etapa de la perfección cristiana, el alma, una vez alcanzado el estado de quietud, se preparara para la plegaria del cuerpo y del corazón. El autor concluye tratando de las tres virtudes teologales, y subrayando con San Pablo la primacía de la caridad sobre las demás. Es un escrito actual para los cristianos de hoy, pues señala la dirección hacia la que todos en la Iglesia deben de tender, la participación en la muerte y resurrección de Cristo comenzada con el bautismo.
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Saludo cordialmente a los fieles de lengua española aquí presentes. En particular, a los peregrinos de las diócesis de Plasencia y Alcalá de Henares, acompañados por Monseñor Amadeo Rodríguez, Obispo de Plasencia, a la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío, de Almonte, así como a los demás grupos venidos de España, México y otros países latinoamericanos. Aliento a todos a aprovechar peregrinación a Roma para profundizar en la fe y sentir el gozo de pertenecer a la Iglesia. Que Dios os bendiga.