Esta sección presentará los documentos y códices que dan testimonio sobre al acontecimiento Guadalupano.
Coordinador.- R. P. Xavier Escalada S. J.
Esta sección presentará los documentos y códices que dan testimonio sobre al acontecimiento Guadalupano, comenzando con una imagen y una descripción del Códice Escalada, de 1548. De igual manera proporcionará breves notas extraídas de la Enciclopedia Guadalupana publicada por el mismo autor.
CÓDICE 1548
– Es el documento más antiguo que existe sobre la Guadalupana.
– Claramente se percibe su fecha, 1548, en la parte más alta del centro.
– Está dibujado sobre piel de animal; mide 20 por 13.3 Cm.
– Tiene tres inscripciones en lengua Náhuatl.
– «También en 1531… Cuautlactoactzin se hizo ver la amada madrecita, nuestra niña, de Guadalupe en México».
– «Murió con dignidad Cuautlactoactzin».
– Glifo y dibujo : «Juez Antón Valeriano»
– Firma de Fray Bernardino de Sahagún, declarada auténtica por el Dr. Charles E. Dibbley por Documentología y Grafología del Banco de México.
– Reúne la doble escena de la cumbre del Tepeyac y la aparición en el llano, con las flores dela prueba pedida por el Sr. Obispo Zumárraga.
– Aparece la Virgen con todos los elementos que tiene hoy.
– El glifo de Antonio Valeriano es idéntico al que ya poseíamos, del Códice Aubin.
– Menciona dos veces el nombre indígena de Juan Diego Cuauhtlatoatzin, que conocíamos solo por Sigüenza y Góngora.
– Nulifica el argumento del antiaparicionismo, que niega la existencia de algo escrito antes de 1647.
– Posee abundancia de pruebas que muestran la seguridad científica de las apariciones de la Virgen de Guadalupe a Juan Diego, del 9 al 12 de diciembre de 1531.
TIRA DE TEPEXPAN
El códice llamado Tira de Tepechpan, proviene del Valle de México, de Santa María Magdalena Tepechpan. Pintado sobre papel amate (ficus) relata los principales sucesos del señorío de Tepechpan, en la parte superior, y los de México-Tenochtitlan en la inferior. Comprende hechos históricos corroborados por otros documentos coloniales, a partir del año 1300 D. C. hasta alrededor de 1590 D. C.
Se considera que pudo ser hecho por varios autores, en épocas sucesivas, y terminado a fines del siglo XVI. Al parecer perteneció a la colección de F. Alva Ixtlixóchitl y después a otras personas, incluyendo a F. M. Waldeeck, J. M. A. Aubin y E. Goupil. Se encuentra en la actualidad en la colección de documentos mexicanos de la Biblioteca Nacional de París, Francia, con los números 13 y 14.
Se trata de una serie de pictografías de años, a los cuales se agregan caracteres arábigos y frases en náhuatl escritas en lengua castellana. A lo anterior se suman figuras representativas de hechos históricos correspondientes a los anales.
Entre las pictografías que corresponden a los años 1530-1531, aparecen tres personajes que el Pbro. Mariano Cuevas, en su Álbum Histórico Guadalupano, interpreta como la procesión encabezada por Fray Juan de Zumárraga, Hernán Cortés y Ramírez de Fuenleal, en la cual se llevó la imagen de la Guadalupana a la ermita primitiva. Esto ha sido discutido por historiadores que comentan que las figuras corresponden a la llegada de España de Cortés y de Fuenleal y a la partida de Zumárraga para Europa.
Sin embargo, hacia el pictograma de 1531, se encuentra la figura de un águila, en el registro tenochca, de cuyo pico sale una voluta azul turquesa con unos puntos rojos en su interior y cuyo significado no ha sido aclarado hasta el momento. Solo se establece, por las personas que han interpretado el códice, que la lectura glífica puede corresponder a Cuauhtlatoa o Cuauhtlatoani que significa «el que habla como águila» o «el que manda varonilmente». Nosotros aventuramos, por primera vez, esta hipótesis : Cuauhtlatoa es el nombre náhuatl de Juan Diego y, por lo tanto, esta pictografía es testimonio de su presencia en 1531 y de su participación en algún suceso muy importante, ya que en el códice solo están registrados hechos históricos de gran relevancia . Por otra parte, la voluta que sale del pico, y en nuestra impresión, con puntos rojos en su interior que parecen rubíes, lo cual indicaría que «EL ÁGUILA QUE HABLA» está relatando, en 1531, un suceso precioso. Por último, el tamaño del águila, en relación al resto de las figuras humanas, resalta la importancia del acontecimiento del que se deja constancia.
Reproducido de : Hernández I, J.H. Revista Histórica, Vol. I, Nº 3, pags 17-19, 1984