Una infancia llena de viajes debido al trabajo de sus padres, hacen que el Hno. Joaquín no tenga un grupo de amigos fijo. En su adolescencia comienza a salir con un grupo de amigos mayores que él, que hará que empiece a ir a fiestas y a estar metido en el mundo de «ser popular» y tener éxito entre los jóvenes. La obsesión de dejar huella en el mundo será su meta hasta que, movido por el Espíritu Santo, se determina ir a unas misiones en Colombia y allí decide que su vida tiene que ser un darse a los demás. Desde ese momento comenzará su búsqueda de vida cristiana coherente donde se encontrará con algo que no esperaba: ser sacerdote.
0 0 1 minuto de lectura