En el reciente libro de Francisco sobre la misericordia, el Santo Padre habla con indulgencia de la homosexualidad y de los divorciados. ¿El Papa rebaja las exigencias morales, a nombre de la misericordia?
- Un libro entrevista. El prestigioso vaticanista italiano, Andrea Tornielli, entrevistó al Papa Francisco sobre un tema central de su pontificado: la misericordia. El Santo Padre aclaró a los editores que esta obra “es experiencia. Es vida. Es mi vida, es cómo he experimentado la misericordia de Dios”.
El título de este libro, “El nombre de Dios es misericordia”, está tomado de una frase de Benedicto XVI, que luego asumió el Papa Francisco, quien explicó: “Yo no he descubierto el tema de la misericordia. Mis predecesores han hablado sobre él, y yo estoy continuando ese camino que han marcado”. (ABC.com, 12 ene. 2016)
- El núcleo del problema. Curiosamente, aunque la misericordia divina es un tema capital del Cristianismo, hablar de ella hoy ha suscitado malos entendidos. En concreto, durante el primer Sínodo de los Obispos sobre la familia en 2014, a modo de hipótesis el Card. Walter Kasper propuso –a nombre de la misericordia– que los divorciados vueltos a casar pudieran recibir la Comunión sacramental. Así se formó una especie de temor que se utilizara la misericordia como pretexto para rebajar las exigencias morales del Cristianismo.
Ese antecedente del Sínodo puso en contraposición dos puntos esenciales: las verdades morales y la atención pastoral a los que se encuentran en situaciones que contradicen algún aspecto de la moral católica.
De ahí surgen dos modos de entender la misericordia. Uno, adecuado, que consiste en Dios ayuda a levantarse al que ha caído para que siga intentando vivir la moral enseñada por Cristo y transmitida por la Iglesia. Y otro, erróneo, que presupone que la misericordia es un pretexto para mitigar las exigencias morales.
- La novedad de la misericordia. Ante este panorama, el título del nuevo libro puede provocar en unos la inquietud de la heterodoxia y en otros la falsa de ilusión de un cambio doctrinal.
Por eso, el Secretario de Estado vaticano, el Card. Parolin, explicó: “no esperen revelaciones, no esperen noticias inéditas”. En realidad, la novedad de esta obra es acercar a los fieles a la misericordia. El libro “abre las puertas y concede el don gratuito de conocer la misericordia”, afirmó también el cardenal.
- Temas polémicos y misericordia. Después de este libro, ¿qué cambia en la Iglesia respecto a las personas homosexuales y a los divorciados vueltos a casar? No cambia la doctrina, pero sí cambia el acento. Ahora se hace más patente que antes la actitud de acoger al que está en problemas.
Como ejemplo, en la entrevista el Papa Francisco toma un recuerdo de propia vida para ilustrar la misericordia hacia los divorciados. “Yo tengo una sobrina que se ha casado civilmente con un hombre antes de que éste obtuviera la nulidad matrimonial. Querían casarse, se amaban, querían hijos y han tenido tres (…) Este hombre era tan religioso que todos los domingos, yendo a misa, iba al confesionario y le decía al sacerdote: ‘Sé que usted no me puede absolver, pero he pecado en esto y en aquello otro, deme una bendición’. Esto es un hombre formado religiosamente”.
Francisco no ha cambiado la doctrina de Jesús, al contrario la ha hecho más luminosa, porque ha hecho llegar con gestos patentes la misericordia de Dios a todas personas, especialmente a las que se encuentran en situaciones morales complejas.
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Padre Luis-Fernando Valdés: Licenciado en Filosofía (U. Panamericana, México) y Doctor en Teología (U. Navarra, España), en este blog comenta las noticias más importantes de la semana, con un enfoque filosófico, desde la razón creyente.
Profesor de Teología de la Revelación y Teología Moral Fundamental, ha seguido semana a semana el Pontificado de Benedicto XVI y ahora los primeros pasos del Papa Francisco.