El mensaje sin palabras del Urbi et Orbi

El Papa Francisco tiene una manera de comunicar más poderosa que las palabras, la bendición Urbi et Orbi (Para la ciudad y el mundo) que realizó el viernes 27 de marzo en la plaza de San Pedro es uno de sus ejemplos más claros. Mostró la fragilidad y la soledad de la humanidad frente a Dios: en la escucha y meditación de la Palabra de Dios, en la oración frente a la imagen de Cristo crucificado, y en la oración, adoración y bendición con el cuerpo de Cristo en el santísimo sacramento.

Esta bendición especial que realizan los papas en Navidad y en Semana Santa, se hizo ahora con motivo de la pandemia que afecta a todo el mundo, y particularmente a Italia. La convocatoria del Papa llegó a millones, ¿Cómo explicar esta inusual convocatoria para un evento religioso que en si mismo fue extremadamente sencillo?

La soledad de la enorme plaza fue el marco perfecto para que el anciano peregrino se acercara lentamente al templo, los tonos grisáceos metálicos de las baldosas bajo la lluvia contrastaban poderosamente con el blanco de la vestimenta papal, esa fue la imagen de inicio de esta peculiar ceremonia.

Al acercarse al palio frente a la monumental basílica de San Pedro, la fragilidad del Papa -que hace algunos meses cumplió 83 años- se hizo más evidente, apoyándose en el brazo de otro sacerdote subió los escalones que lo llevaron al lugar donde escucharía el evangelio en silencio. Mientras una persona en un podio lateral cantó el texto sagrado bajo la lluvia.

La reflexión sobre la palabra de Dios tiene muchos elementos que refuerzan el mensaje de los gestos, vale la pena leerlo completo y meditarlo con calma. Menciono aquí un par de ideas: “Nos encontramos asustados y perdidos.” Y “Nos dimos cuenta de que estábamos en la misma barca, todos frágiles y desorientados; pero, al mismo tiempo, importantes y necesarios, todos llamados a remar juntos, todos necesitados de confortarnos mutuamente. En esta barca, estamos todos.”

Después el Papa caminó lentamente entre las gotas de agua para detenerse a la entrada del templo, donde en silencio estuvo en oración frente a Cristo en la eucaristía. Al final, mostró nuevamente la limitación de su edad al sostener precariamente el santísimo sacramento y trazar tres cruces en señal de bendición a todo el mundo.

La pandemia nos tiene asustados, angustiados, es una circunstancia que acentúa la deshumanización que caracteriza nuestra época, nos empuja a refugiarnos en el “sálvese quien pueda”, a tomar decisiones aisladas que nos alejan de la solidaridad y la cooperación. El momento extraordinario de oración convocado y compartido de manera virtual por el Papa, a millones de seres humanos en todo el mundo se convierte en una acción pacífica, sencilla y poderosa que enfrenta esa terrible tendencia.

Independientemente del credo religioso, la solemne y humilde adoración de Dios por parte de un Papa solitario a la entrada de la basílica, pero acompañado virtualmente por quienes dijimos #YoEstuveAhí, establece un diálogo silencioso entre dos actitudes vitales que se debaten en el mundo: ¿Vamos aislados, solos buscando nuestra salvación desde el miedo? O ¿reconocemos que vamos en la misma barca y todos nos necesitamos? ¿Seguiremos “imperturbables, pensando en mantenernos siempre sanos en un mundo enfermo”? O ¿trabajaremos para sanear el mundo y a nosotros desde la solidaridad y fraternidad, con fe y esperanza?

2 de Abril de 2020


DrOscarFidencioFACE2

Oscar Fidencio Ibáñez Hernández
@OFIbanez

Casado, padre de 3 hijos, profesor e investigador universitario, y bloguero. Ingeniero Civil, Maestro en Ingeniería Ambiental y Doctor en política y políticas ambientales.

Mexicano, católico, autor entre otros textos de “El Espíritu Santo en tiempos de Twitter: Documentos del Concilio Vaticano II para tuiteros. Celebrando el #AñoDeLaFe”

Admirador de la Creación en todas sus dimensiones. Nací en La Misión de Nuestra Señora de Guadalupe de los Mansos del Paso del Norte (Hoy, Ciudad Juárez, Chihuahua).

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4 comentarios

  1. salvación desde el miedo? O ¿reconocemos que vamos en la misma barca y todos nos necesitamos? ¿Seguiremos “imperturbables, pensando en mantenernos siempre sanos en un mundo enfermo”? O ¿trabajaremos para sanear el mundo y a nosotros desde la solidaridad y fraternidad, con fe y esperanza?
    Esta parte me encanto , la indiferencia falta de fe, el materialismo y demás que nos impiden ser HUMANOS.
    Esperemos que lo que siga sea un cambio de conciencia. Hacia la gente tierra agua y ser más solidarios.
    Siempre muy acertado mi estimado Oscar 🙂🙂

  2. Como siempre excelente texto estimado Doctor. Me gustaría agregar un ejemplo sencillo, que como sociedad reflejamos nuestro egoísmo. En los supermercados de mi comunidad, faltan como nunca muchos artículos de alimentación y de higiene. Las personas no sólo se llevaron lo que necesitaban, no. Compraron 3, 4, o 5 veces más. Sin pensar en nadie más, no importaba si otros se quedaban sin lo más básico, que podía ser el papel de baño. No se si esto que está pasando realmente no lo merecemos como sociedad.

  3. Excelente representación de la fragilidad de la humanidad ante su obra y la fe como mediador entre el hombre y la naturaleza

  4. Muy bellos gestos de humildad y adoración. De despojarnos de lo que no es esencial y enfocarnos en lo esencial, confiando en la Providencia Divina y en las promesas de Nuestro Señor Jesucristo, que el Espíritu Santo nos acompaña y nunca nos abandonará ❤️🙏🏽

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