La fiesta de la Misericordia
- Para saber
La Navidad es la fiesta de la infinita Misericordia de Dios, decía San Agustín. El Papa Francisco lo recordó para invitar a vivirla, con una actitud de gratitud por recibir misericordia y de conversión para vivirla.
En un mensaje navideño, el Papa Francisco se dirigió a la Curia Romana haciendo un acróstico en italiano con la palabra “misericordia”. Con cada una de sus letras nos aconseja una virtud.
- Para pensar
El acróstico de misericordia es el siguiente:
Con la letra “m”, nos propone la “misionariedad”. Sabernos con una misión en la vida dada por el Buen Pastor. Nuestros actos serán fecundos si contribuyen a esa misión.
Respecto a la letra “i”, señaló la “idoneidad y sagacidad”. Es preciso esforzarnos en prepararnos para cumplir correctamente nuestros deberes, con sagacidad, sabiduría y creatividad. Advirtió que la idoneidad es contraria a las recomendaciones y los sobornos.
La letra “s” la asignó a “spiritualità”. Podemos crecer en espiritualidad dedicando un tiempo para Dios y así vernos protegidos de las tentaciones.
Francisco asignó la letra “e” a la “ejemplaridad y fidelidad”. Seamos ejemplo y fieles a nuestra misión, evitando los escándalos que hieren las almas y amenazan la credibilidad de nuestro testimonio.
La “r” corresponde a “racionalidad y amabilidad”. Hemos de obrar con nuestra razón, alimentada por la verdad, evitando los excesos emotivos. Pero sin olvidar ser amables.
La segunda “i” la asignó a la “inocuidad y determinación”. La inocuidad nos hace cautos en el juicio, para no obrar por impulsos. Con la determinación nos decidimos obedecer a Dios en todo.
La “c” corresponde a “caridad y verdad”. Vivir la caridad en la verdad y decir la verdad con caridad. Han de ir siempre unidas.
La “o” es de “onestà e maturità” (“honestidad y madurez”). Obrar con rectitud, sinceridad y coherencia. La madurez es el esfuerzo para alcanzar una armonía entre nuestras capacidades físicas, psíquicas y espirituales.
La segunda “r” del acróstico corresponde a “respetuosidad y humildad”. Respetar a los demás, al propio cometido, a los superiores y subordinados; saber escuchar atentamente y hablar educadamente. Con la humildad sabemos que sin Dios no poder hacer nada.
La letra “d” fue asignada a “dadivosidad”. Lo seremos si tenemos confianza en Dios y en su providencia, sabiendo que cuanto más damos, más recibimos.
La última “i” corresponde a “impavidez y prontitud”. Somos impávidos si no nos dejamos intimidar por las dificultades como David frente a Goliat. Con agilidad, sin apegarse a las efímeras cosas materiales, sin encerrarse en uno mismo.
La última letra del acróstico, la “a”, la asignó a “atendibilidad y sobriedad”. El atendible sabe mantener los compromisos con seriedad e irradia una sensación de tranquilidad, porque nunca traiciona la confianza que se ha puesto en él. La sobriedad capacita a renunciar a lo superfluo para centrarnos en lo esencial.
- Para vivir
El Santo Padre alentó a profundizar, enriquecer y completar la lista propuesta. Con motivo del año nuevo podemos tomar algunos consejos, hacer nuestra propia lista y tener algo concreto en qué luchar.(articulosdog@gmail.com)
27 de Diciembre de 2019
Padre José Martínez Colín: Ingeniero en Sistemas por la UNAM, Licenciado en filosofía por la Universidad Panamericana y Doctor en Filosofía por la Universidad de Navarra.
Capellán del Colegio Chapultepec en Culiacán.
Lleva más de 20 años dando clases sobre todo de Lógica y Gnoseología en el Seminario de Culiacán.
Por 20 años a publicando artículos en varios periódicos del país, sobre todo comentando lo dicho por el Papa.