El amor fraterno, camino de amor a Dios

amorfraternoUna de las manifestaciones del amor, que es el deseo del bien, es el amor a los hermanos. El amor fraterno nos enseña a compartir nuestros bienes y a llevar una convivencia sana y constructiva. El amor fraterno nos prepara a vivir en la sociedad y se extiende a los que no son hermanos de sangre, pero se aman como si lo fueran.

En la vida humana hay algunas circunstancias y situaciones que no son objeto de elección. No podemos elegir a nuestros padres ni el elegir o situación para nacer. Tampoco podemos elegir a nuestros hermanos. Y esto, en diversas etapas de la vida trae problemas. De pequeños hay peleas con los hermanos para llamar la atención de los padres. Ya mayores, también hay peleas por una relación desgastada.

Las peleas de infancia o de madurez pueden sanarse con el cultivo del amor fraternal. El amor fraternal es del deseo del bien de un prójimo que comparte nuestro origen y que es igual a nosotros. En el amor filial o paterno siempre hay una relación de autoridad o de superioridad. Por tanto, no puede haber un amor entre iguales, sino entre subordinados, pues el hijo se subordina al padre.

En cambio, entre hermanos hay una relación de iguales. Esta igualdad se da tanto por el origen como por la relación.  Los hermanos tienen una capacidad de desearse el bien más sinceramente porque ven en el otro un reflejo de sí mismo. Esto implica que hay un profundo conocimiento del otro y de sus necesidades. El amor fraterno, entonces, se da entre los iguales y desea el bien para los iguales. No olvidemos que el amor fraternal más perfecto es el mutuo, aunque a veces esto no suceda así. No obstante esta posible situación, el amor fraterno puede llegar a ser mutuo si uno de los hermanos comienza a amar desinteresadamente primero.

Quien no ama a su hermano no ama a Dios

Una lección universal sobre el amor fraternal la encontramos en la Primera carta de Juan. En ella se discute la posibilidad de amar a Dios sin amar a los hermanos, sean estos carnales o de religión. La respuesta de Juan es contundente: no se puede amar a Dios si no amamos a nuestro hermano. Pues si no amamos al hermano que os queda cercano y conocemos bien, ¡cuánto más Dios, que es inmaterial y perfecto, el cual nos queda lejos como un objeto de amor si no lo conocemos bien!

Por eso dice San Juan: «Si alguno dice: «Amo a Dios», y aborrece a su hermano, es un mentiroso; pues quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve. (1 Jn 4, 20) El apóstol nos invita a practicar el amor fraternal como un medio para conocer a Dios y como una práctica para el amor divino. Esto es una cuestión de posibilidades. No es posible amar lo que no se conoce. Y si conocemos al hermano que es semejante a nosotros, y no lo amamos no es posible que digamos a Dios. Pues Dios no es como el hermano que es cercano, sino que es misterioso y un tanto oculto. A Dios no lo conocemos como al hermano, y como no podemos amar lo que no conocemos no podemos amar a Dios si primero no ejercemos el amor fraternal.

El amor del que se habla aquí no se circunscribe a los hermanos carnales, sino que se expande a toda la comunidad de creyentes, que son hermanos por tener a Dios como Padre y por ser hijos en el Hijo. Incluso parece que el apóstol llama a los cristianos a amar a toda la comunidad humana en el amor fraternal.

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15 comentarios

  1. Mi humilde opinión sobre el amor fraterno. Si bien es cierto que es muy difícil que amemos a nuestros enemigos, Dios nos llama a amarlos, la la.palabra de Dios nos dice que para Dios no hay nada imposible, quizá para nosotros sin su presencia su es imposible, pero para él no lo es, de tal manera que tenemos que orar para que Dios atravez de su espíritu Santo nos de la capacidad de amar, pero esto lleva su proceso, no es de la noche a la mañana, primero el Señor tiene que sanar alguna herida que posiblemente no nos deje amar, él tiene que trabajar en otras áreas de nuestra vida. A veces traemos tantas cosas de nuestra vida pasada que nos cuesta tanto amar a nuestro prójimo, la palabra de Dios nos dice que nos amemos los unos a los otros, pero si no hay amor, Dios no esta en. Nuestro corazón, porque Dios es amor, sin distinción alguna, Dios ama a todo por igual. Dios les bendiga.

  2. Increíble y maravilloso el amor fraternal donde una vez más Dios nos demuestra su amor infinito. ..y nos manda que tenemos que amarnos los unos a los otros aquí en la Tierra. Pues si amamos a los que vemos confirmamos que también amamos al Señor Todopoderoso a quien no podemos ver, pero que sentimos su presencia y su amor para guiarnos y llevarnos amar atodos los que nos rodean… sean amigos o enemigos, hermanos de sangre o de la congregación. Dios los bendiga. God blesssss youuuu

  3. El amor fraterno es maravilloso, no podríamos sentirnos segura o seguros mientras transcurre el tiempo sino amamos a nuestros hermanos y el que no ama a sus hermanos, no amará a Dios. Gracias por su gran apoyo, excelente su información.

  4. Es muy bonito hablar de Amar,al hermano, al enemigo, si amas al enemigo me estas amando a mi Pero en realidad ¿Amas al enemigo? cultivas esa amistad o intentas acercarte a Él? De boquilla esta todo muy bién, pero lo que es la realidad cuesta mucho trabajo.
    Pidamos al Señor que nos aumente esa gracia que nos dé esa fuerza necesaria para amar al Enemigo de verdad y no de boquilla.

  5. El amor a los hermanos y a Dios la tiene la persona que vive en graciad de Dios porque eso es posible gracias a la fuerza del ESPIRITU Samto
    Sin tener a Dios nada bueno es posible sin embargo con Dios Todo es posible incluso rezar y querer a los q persiguen la fe.
    Dios murió y dio la salvación a todos los hombres y mujeres

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