La familia y el mandato cristiano

A veces olvidamos vivir la caridad con quienes más la merecen. ¿Por qué nos cuesta querer a nuestra familia?

Querer al enemigo es, en efecto, un mandamiento del cristianismo: poner la otra mejilla es vencerse y perdonar a quien nos ha hecho daño de algún modo. Querer al prójimo bajo cualquier circunstancia, perdonar y actuar, no cómo quisiéramos, sino como hijos de Dios.

Sin embargo, muchas veces pensamos que la caridad sólo vale cuando somos objeto de vejaciones o malos tratos. El gran reto que impone la caridad es con la gente que se mantiene cerca de nosotros, sea por un vínculo familiar o de amistad. El verdadero cariño tiene su prueba de fuego en los círculos más íntimos, en la casa, en el trabajo

Y en algunos casos tristemente, la caridad muere a manos de la confianza. La estrechez de los lazos y la cercanía hace que nos olvidemos del respeto que va aparejado al cariño. Un grito, una petición hecha con desdén o cualquier gesto hiriente para con quienes nos rodean suceden cuando el cariño se mal interpreta y la confianza se confunde con la tosquedad.

Es muy común que, por tratarse de un hermano, un padre o cualquier familiar, a esa persona no le tratemos cómo se merece. Arrebatamos las cosas, exigimos un servicio o no somos corteses con aquellos que llamamos “nuestros seres queridos” simplemente porque son “de confianza”.

La costumbre y la convivencia pueden prestarse a bajar el nivel en el trato, a que nos tomemos libertades con nuestros hijos, padres o hermanos. Se trata de personas que comparten un lazo muy íntimo con nosotros, cierto, pero que son individuos que merecen nuestro respeto y, con mayor razón, por ser sangre de nuestra sangre.

«Un mandamiento nuevo os doy, que os ameís los unos a los otros como yo os he amado». Este mandamiento nuevo que nos dio Cristo debe vivirse, primero, en la familia.

En esta iglesia doméstica, que es la familia, deben resonar con fuerza las palabras de san Pablo: “si no tengo caridad, no tengo nada”. Si en la familia no hay un verdadero amor, no tendremos nada.

Y es que el amor que debemos a nuestros seres queridos tiene que mostrarse en actos concretos. Obras son amores y no buenas razones, canta la sabiduría popular, y es una exigencia que debe reinar en la familia:

– Ser servicial y ayudar sin que nos lo pidan a las tareas cotidianas dentro del hogar (levantar la loza después de las comidas, hacer algún encargo, mostrarse diligente en los favores que se nos piden, acompañar a quien lo necesita, adelantarse a los favores, etc.)

– Convivir con la familia con una buena actitud, conversar e interesarnos por los asuntos de padres, hijos y hermanos para conocerlos mejor y poder tratarlos con verdadero cariño.

– Tratar a nuestra familia con el respeto que merece. Evitar las situaciones incómodas, no intrometernos en su intimidad (a menos que se nos permita), respetar el tono humano (cuidar el pudor, el lenguaje y el trato).

– Hay que recordar siempre que la familia es una pequeña comunidad donde conviven varones y mujeres: cuidar el trato permitirá que esa convivencia sea atractiva y plenamente familiar.

– Mostrarnos realmente a su disposición cuando lo necesitan. Que de verdad sepan que pueden contar con nuestra ayuda en cualquier momento.

– Evitar ser molestos o abusivos. En efecto, un hijo, hermano o padre, es incondicional, pero el vínculo familiar también exige de una buena dosis de prudencia y sentido común para pedir favores.

No hay que olvidar que la caridad primero ha de vivirse con las personas más cercanas: hijos, padres, hermanos… ellos son lo más importante y a veces lo que menos cuidamos. Si permitimos que la costumbre y el hecho de compartir un techo se vuelvan motivo de un trato corriente, estaremos faltando gravemente a la caridad.

Recordemos el amor que se vivía en la Sagrada Familia, reflejo del cariño que debe respirarse en cualquier hogar. Ese será siempre el mejor ejemplo para tratar a quienes forman nuestra familia.

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11 comentarios

  1. muy bueno por que nos hacen reflexionar y a veces no sabemos valorar a los que tenemos más cerca que son nuestra familia desde ahora trataré de ser mas caritativa con mi propia familia.MUCHAS GRACIAS

  2. Me mueve mucho sus recomendaciones,siempre han sido ideales para mi, llevo 32 años de matrimonio y ha sido muy dificil. el alcohol y los farmacos psiquiatricos creo yo han destruido a mi marido.. el nunca ha aceptado nada… no ha sido facil nunca pero ahora es cada dia peor, se me cae el mundo ensima y no veo por donde.. emocinalmente estoy destrozada, veo a mis hijos muy lastimados .. No se que hacer..

  3. Este material es muy rico. Lo he leido varias veces, como instructivo para preparar catequesis de comunidades. A traves de estos temas nos educamos y educamos a l projimo. Gracias

  4. SABER DE ESTOS TEMAS TAN IMPORTANTES PARA LLEGAR UN POCO MAS A CADA UNO (A) DE MIS ALUMNOS Y TAMBIEN A MIS HIJOS Y A MI ESPOSO, GRACIAS POR LOS TEMAS ENVIADOS PARA LA MEJORA DE MI VIDA DIARIA,

  5. Qué maravilla de artículo.Cuantas veces los hijos creen que, porque han crecido un poco, tienen todo el derecho de tratar a los padres, abuelos y hermanos menores, como les viene en gana. Creen que todo se los merecen. Gritan y exigen, muchas veces con violencia y amenazas. Claro está que los padres hemos permitido que estas situaciones se den porque hemos confundido el cariño con la falta de autoridad que se debe inculcar desde que loshijos son muy pequeños. Muy sabio es el refrán que reza: "eduquemos al niño para no tener que castigar al hombre".Gracias.

  6. Muchas gracias por el artículo, sobretodo ahora que no se aprecia a la familia y se descuida tanto la caridad en esta célula fundamental de la sociedad.

  7. me gusto mucho el articulo porque nos recuerda desde el punto de la palabra de dios el amarnos los unos alos otros ese mandamiento tan importante y que casi nunca practicamos y como dice el articulo hay veces que en el ceno familiar donde se deve practicar muchas veces no lo practicamos ni como padres,ni damos ejemplo para que lo practiquen nuestros hijos gracias a ustedes por recordarnos esos valores tan importantes y tan olvidados.Que dios los vendiga.atte. CARO

  8. Gracias por compartirnos este tipo de artículos que nos hacen tanta falta en este tiempo de crisis espiritual, de crisis de valores y sobre todo de crisis familiar en el mundo.

  9. ESTIMADOS SEÑORES.MUCHOS SALUDOS, Y A LA VEZ MUCHAS GRACIAS, ES UNA OPORTUNIDAD MAS QUE LA VIDA ME DA AL SABER DE ESTOS TEMAS TAN IMPORTANTES PARA LLEGAR UN POCO MAS A CADA UNO (A) DE MIS ALUMNOS Y TAMBIEN A MIS HIJOS Y A MI ESPOSO, GRACIAS POR LOS TEMAS ENVIADOS PARA LA MEJORA DE MI VIDA DIARIA, ES NECESARIO QUE EL HOMBRE VALORE A NUESTRO PADRE POR LO MENOS CON ESTAS CLASES QUE SE LE DAN, HASTA PRONTO . NUEVAMENTE MUCHAS GRACIAS.ATENTAMENTEYRIS

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