Los medios de comunicación viven de levantar polémica. Todo lo dicen con la intención de desatar una controversia. La elección del sucesor de Pedro no escapa a ese afán mediático.
Sobre Benedicto XVI los medios de comunicación han puesto dos titulares que vale la pena analizar: Papa de transición y Pontífice de hierro.
Papa de transición
Ningún Papa ha sido de transición y, al mismo tiempo, todos los han sido. No hay transición porque la Iglesia, en sus dos milenios de historia, ha sido una continuidad que ninguna otra institución humana ha conocido. Por otra parte, todos los papas han sido de transición porque en este mundo estamos en tránsito hacia el Cielo y la Tierra Nueva que ha prometido Nuestro Señor Jesucristo.
En los medios se ha dicho que la decisión de elegir al cardenal Ratzinger como Papa obedece a que los electores quieren un Papa anciano, que “no dure mucho y permita a su sucesor trabajar sin la sombra de Juan Pablo II”. Es ingenuo pensar que los motivos que movieron al Colegio Cardenalicio a elegir a este Papa son los mismos que los medios de comunicación traen en la cabeza.
Al Papa lo elige el Colegio de Cardenales, cierto, pero es el Espíritu Santo quien guía su voto y los inspira. No es trata de una elección meramente humana, sino sobrenatural.
Pontífice de hierro
Otro de los nombres favoritos del medios de comunicación para llamar la atención. “Ya desde que era cardenal –dicen–, Joseph Ratiznger era conocido como el Panzerkardinal (en alusión al famoso tanque militar)”. Con esta metáfora insisten en hacer de él una figura más perecida a un coronel de infantería que a un padre bueno.
Para ello se basan en lugares comunes del trabajo informativo que se realiza alrededor de la Iglesia: ordenación sacerdotal de mujeres, teología de la liberación, derecho a la vida y familia. Los medios de comunicación reducen la Iglesia a estos tópicos y suponen que sólo a ello dedica toda su energía.
Son temas, en efecto, en los que se debe ser claro, pero que sólo muestran una pequeñísima parte de los asuntos que preocupan a la Iglesia.
El simplismo con el que se desenvuelven los medios masivos no debe hacernos creer que la Iglesia está en un momento delicado o que el nuevo Papa será un tirano. Benedicto XVI dejó muy claro su verdadera función al recibir la encomienda de dirigir a la Iglesia: “soy un sencillo y humilde trabajador en la viña del Señor”.
