San Gregorio Taumaturgo (Año 268)
Nació en Neocesarea del Ponto cerca del mar negro de una familia noble y pagana, sus padres lo encauzaron a estudiar leyes.
Viajo a Palestina y ahí conocio a Orígenes el cual tenia una escuela de Teología e ingreso a ella. Decide dejar la abogacía y consagrarse a los estudios religiosos y a Dios.
Tiempo después regresa a su ciudad natal. Ahí se conviente en obispo y comienza una larga cadena de milagros (Taumaturgo significa: que hace muchos milagros). Convirtió muchos hombres al cristianismo, hasta que tuvo que construir un nuevo templo, pero en ese entonces no había terreno en su ciudad. Tan grande fue su fe que dijo: «Vamos a ver si es cierto lo que Jesús dijo: «si tenéis fe, podréis decir a un monte: ¡quítate de ahí! – y este obedecerá». Y se puso a rezar con mucha fe, y sobrevino un terremoto y el cerro se derrumbó quedando allí una buena explanada para construir el templo.
San Saturnino (siglo I)
Fue discípulo griego de San Juan Bautista, antes de seguir al Señor. Saturnino se unió a san Pedro en su viaje a Roma, pero en vez de detenerse en la Ciudad Eterna, fue evangelizar en España y en Francia. Terminó su carrera como obispo de Toulouse.
San Radbodo (siglo XIX)
Obispo de Utrecht, Holanda, restauró su diócesis tras las invasiones normandas. Su nombre fue adoptado por su sucesor en las letanías y el canon de la misa, tan edificante era su memoria. Radbodo era, por parte materna, el nieto del último soberano de la Frisia independiente.
San Cutberto (1544)
Originario de Devonshire, Inglaterra, había sido enviado a Oxford por su tío, un pastor anglicano que le reservaba su parroquia. Cutberto se convirtió al “papismo” y se ordenó sacerdote en Francia. Ejerció luego su ministerio en la Cornualles británica. Allí le descubrieron al cabo de un año en casa de un amigo que le daba refugio. Condenado a muerte “por haber introducido la superstición al país y haber celebrado la misa romana”, Cutbertom fue descuartizado en la plaza mayor de Launceston.