Gestión por valores en la empresa desde lo femenino

“Que tu vida no dé testimonio contrario al que proclama tu voz." -San Agustín.

Vemos como hoy en día las organizaciones están preocupadas por la correcta formación de su personal. Gestión del cambio, comunicación e integración, aprendizaje organizacional, gestión de proyectos, gestión del conocimiento, formación en competencias clave. Estos son sólo algunos de los seminarios y capacitaciones que se imparten actualmente en las organizaciones y empresas con el fin de tener personal desarrollado y capacitado con las habilidades necesarias, las cuales son requisito indispensable para un desempeño con alta calidad que mantenga como número uno a la empresa en un mundo aceleradamente competitivo.

 

Tu llamado

 

Si tú como mujer ocupas algún cargo clave en el ámbito de la gestión de personal como son: recursos humanos, capacitación o dirección, tienes ante ti la maravillosa oportunidad de crear ambientes laborales diferentes. El genio femenino al gozar de esa fina conciencia de lo humano, de su habilidad para ser modificadora de actitudes y encauzadora de las relaciones humanas puede hacer que la formación en competencias clave llegue más allá de lo que dicen los manuales y gurús de moda.

Capacitación y valores

 

Gestionar personas, promover la comunicación y negociar cambios es lo que se nos dice en lenguaje de negocios. Los encargados de capacitación buscan desarrollar seminarios en “Administración por Valores”movidos por la preocupación de llevar un poco más de formación humana y ética a aquellos que llegan a formar parte de su fuerza de trabajo. Comentarios como: “no sabe cómo nos cuesta con esta gente” o “queremos que los motive a ser mejores” están en boca de casi todo aquel que trabaja en recursos humanos. El autor norteamericano Warren Bennis menciona en una de sus publicaciones que es importante que las personas que ejerzan una función de liderazgo en las organizaciones tengan el compromiso con ellos mismos de influir sobre la cultura, quieran convertirse en una especie de arquitecto social de su organización y mantengan determinados valores. Pero pasa que los valores deben ser captados desde lo espiritual para determinarse a vivirlos y así inspirarlos a otros a través de la propia conducta.

 

El valor específicamente femenino

 

Como mujer tu participación dentro de la empresa, es importante ya que puedes motivar o desmotivar a otros. No pocas veces me he topado con mujeres en posiciones de liderazgo cuya característica principal es la dureza de personalidad. Ésta se manifiesta a través de su arrogancia para dar órdenes y dirigir a otros; sus modales poco femeninos, su extrema seguridad en ella misma y en sus propias capacidades y su apatía en torno al bienestar de los otros como líder en su organización o en su propio departamento. La gran filósofa alemana Edith Stein, judía, atea convertida al catolicismo, menciona en sus estudios sobre la mujer como profesional, que en la especificidad femenina está dada una elevada tarea: ayudar a cada uno a descubrirse persona en cuanto a naturaleza y gracia y así elevarse como humano y por ende perfeccionar el trabajo. Por lo cual no estará de más que te preguntes: ¿cuando pienso en capacitación y formación del personal, me incluyo yo también? ¿Exijo tomando en cuenta el temperamento de cada empleado? ¿Qué importancia doy a vivir el significado real de las relaciones humanas en mi departamento? ¿Alguna vez atiendo los seminarios de relaciones humanas como cualquier otro empleado de la organización? Y si no lo hago, ¿cuáles son mis motivos?

Como mujer puedes y debes convertirte en arquitecto social de tu organización: allí donde una mujer se reúna con otros seres humanos, escribiría Edith Stein, “allí encontrará la ocasión de apoyarles, de aconsejarles, de ayudarles y de motivar a través de su propio ejemplo el desarrollo a una humanidad verdadera” (Obras completas). Lo anterior requiere que no se vea el trabajo sólo como campo de la realización propia, sino como el terreno donde estará ese conjunto de personas cuya atención se te ha confiado, pero también personas a las que puedes llevar a descubrir sentidos distintos de estar y realizarse en el mundo con su trabajo profesional a través de las capacitaciones que tú elijas para su formación ética y humana. Cuando se contempla la capacitación no sólo como arma que incrementará la productividad y bienes económicos de la empresa, sino como un bien que mejorará a una familia más dentro de la sociedad, te estás convirtiendo amiga en una verdadera arquitecta social dentro de tu organización. ¿Habías pensado en esto?

 

El valor de los valores

 

Ser mujer es atreverse con convicción y audacia a ayudar a descubrir los valores a otros. Como profesional estás en la mirilla pues debes de dar testimonio de tus convicciones, estás siendo probada y observada por otros que te respetarán o tomarán mala voluntad de acuerdo a tus acciones. Especialmente en una sociedad en donde el bien y el mal se mezclan tan fácilmente se hace necesario ahondar y vivir comprometidamente las propias convicciones, de lo contrario corres el riesgo de no saber orientar a tus empleados o de ser ambivalente a la hora de tomar una postura ante un conflicto.

Martín Heidegger y Max Scheller fueron los grandes pensadores en los cuales hoy está sustentada casi toda la teoría de los valores. Estas teorías si bien brillantes y totalmente lúcidas no contemplan el enraizamiento de los valores en el ser como espiritual. El médico y siquiatra vienés Viktor Frankl, fundador de la tercera escuela de psicoterapia conocida como logoterapia, incorpora el estudio de la dimensión espiritual en el hombre dentro de la teoría de los valores. Pues los mismos se viven desde ese núcleo en el hombre. Y Edith Stein a quien ya antes me he referido, en su libro Ser finito y ser eterno invita a vivir los valores a partir de Dios en la persona de Jesucristo como modificador y perfeccionador de la conducta —pues la esencia de cada persona entendida como naturaleza— contiene todo un programa ontológico de posibilidades de perfeccionamiento propio, así como un programa de posibilidades de contribuir al perfeccionamiento ajeno.*

 

Concluyendo

 

Amiga profesional, como mujer que llega a formar parte de las filas de trabajo en el mundo laboral y cuya conducta y profesionalismo está enraizado en Dios como católica, sé que no eres ese tipo de profesional que busca sólo sus propios intereses y está sedienta de reconocimiento. Por el contrario, tú eres ese tipo de mujer profesional que llega a ejercer su trabajo como tarea y vocación de amor promoviendo el desarrollo humano y espiritual de cada uno de los miembros de tu organización. Tú llevas tu ambiente e influyes en el ambiente. Eres así una mujer trabajando para Dios con la capacidad suficiente como para dejar a un lado tus propios pensamientos, humores y sentimientos, eso excesivamente personal y emocional que impide dar paso a una libertad profesional más consciente, más honda, más constructora. Ante la crisis de valores que hoy se vive en el mundo no está de más que te animes a discernir cuáles son los valores que quieres que gobiernen tu vida en el campo profesional para ser de las empresas no sólo competitivas en el ámbito económico, sino competitivas en el ámbito humano y del corazón. Empresas que hagan la diferencia impregnando los muros de concreto de calor humano.

 

* El Pensamiento de Edith Stein, Michael Sparza.

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Un comentario

  1. Me identifico totalmente con lo expresado en este artìculo y me brinda la oportunidad de ser mejor conductora en mi desempeño. Gracias

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  3. Me identifico totalmente con lo expresado en este artìculo y me brinda la oportunidad de ser mejor conductora en mi desempeño. Gracias

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