Contigo mejoraré

El único medio para mejorar en cuanto persona es acrecer y aquilatar la categoría de nuestro amor: amar más y mejor.” – Ocho lecciones sobre al amor humano, Tomás Melendo.

Amar a un hombre y convertirse en su esposa te presenta uno de los retos más hermosos y grandes de tu vida: confirmar al hombre que amas por lo que es y llenar su vida de bien. Cuando pronuncias las palabras “sí quiero ser tu esposa” le entregas a tu compañero una promesa y misión específica como mujer: mejorar junto a él, en la medida en la que vas encontrando quién eres y la capacidad que tienes para amar llevándolo así, a su plenitud como persona, el amor de esposa es la entrega, la conquista de una infinita paciencia.

Es maravilloso estar enamorada y comenzar a tejer ilusiones de una vida juntos, de retos y aventuras que comienzan. La prueba más clara de que estás enamorada, podría expresarse con los siguientes términos: “es bueno, muy bueno, que tú existas”;“yo quiero, con todas las fuerzas de mi alma, que tú existas”; ¡qué maravilla que hayas sido creado!” y descubrir junto a ti quién soy y quién seré a medida que mi vocación al matrimonio sea probada.

La llamada de complementar al otro

El diccionario define el término complemento como aquello que completa una cosa u obra comenzada. Es muy importante, amiga mía, entender que ser esposa significa la reafirmación en el ser de ese hombre que has escogido para caminar junto a ti a lo largo de tu existencia en la tierra. De la actitud con la que vayas al matrimonio dependerán muchas cosas, entre ellas:

– La armonía que se viva aun en medio de los disgustos o desacuerdos.

¿Tienes propósitos claros y comprometidos para que esto suceda? ¿Qué haces cuando tienes una discusión? Muy importante es que sobre todo te des cuenta que los momentos de las discusiones o desacuerdos son momentos que ponen a prueba tu fortaleza interior y una excelente oportunidad para probar la calidad de tu amor.

– El aprendizaje de la donación de sí misma como agente de bien. Muchas de nosotras vamos al matrimonio con ilusiones un poco irreales de ser mimadas y tratadas como reinas en todos los momentos y circunstancias. La televisión, novelas y artistas de cine especialmente han contribuido a esto. Escuchas expresiones como “el que me quiera me debe de dar lo que yo merezco”. Es muy importante meditar y sobre todo estudiar los valores que viven estas personas en el fondo. Si tienes clara tu posición como mujer cristiana la donación o el don de ti misma en el matrimonio no te dará espacio a dudas ni temores, pues estarás firmemente segura que eso es lo que quieres hacer para el bien tuyo y de tu pareja. Sólo en la medida en que haces de ti un holocausto de amor para el otro puedes “realizarte” como mujer. Para esto es necesario que aprendas un desarrollo sano de tu sexto sentido.

– La capacidad que tienes para ser humilde y optar por la luz en lugar de la oscuridad. Se aprende a ser humilde en la medida en que se crece en vida interior. A través de la propia oración vas descubriendo quién eres, tus flaquezas e infidelidades y aparece la luz que te hace ver que sin la ayuda de la gracia puedes poco y la subida no puede ser realizada. Amiga, sin humildad no podrá haber paciencia y sin paciencia en el amor y en los defectos del otro no puede ejecutarse la búsqueda del bien y mucho menos corroborar en plenitud. Por esto mismo te invito a que examines, cada vez que haya conflictos en tu matrimonio ¿cuál es la raíz de mi enojo? ¿Por qué no puedo ceder en esto si sé que nos aleja? Con un poco de sinceridad de tu parte podrás darte cuenta que es la perversa soberbia la que siempre se interpone entre los dos. Tú tienes la última palabra.

– La comprensión de ese paso del amor pasional al amor maduro, sereno y espiritual. El amor tiene sus etapas y la disminución de la pasión a medida en que los años pasan es una de ellas. Llega a tu vida y la suya la rutina, llegan los hijos, las responsabilidades se acrecentan, además de esto se empieza a notar el paso de los años y tal vez unas libras extra, o muchas. Como mujeres tú y yo somos muy sensibles ante esto y también podemos peligrosamente tomar la actitud equivocada. Es de capital importancia amiga que te esfuerces en crecer emocionalmente para estar dispuesta a entender que el amor de la pasión poco a poco se va haciendo más denso, fuerte, rocoso y apasionadamente espiritual y fraterno si tú eres lo suficientemente inteligente como para reconocerlo.

En nuestros días hacen mucha falta mujeres que se salgan de ellas mismas y reinventen el amor conyugal ignorándose a sí mismas. Pero al mismo tiempo conscientes de su enorme dignidad como hijas de Dios y como portadoras de una misión sublime: ser complemento.

Por Sheila Morataya

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Un comentario

  1. TE AMO TE QUIERO. ACUERDATE COMO CRISTIANO ESTAR SIEMPRE ALEGRE FILIPENSES 4, 4-5 ANTES DE EMPEZAR EL TRABAJO PERSINATE RECIBE BESOS SATA LA PRÓXIMA SONRISA

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