¿Cuál es la diferencia entre los Padres de la Iglesia y los Doctores de la Iglesia?

Los Padres y los Doctores son conjuntos diferentes pero relacionados. Los Doctores de la Iglesia incluyen eminentes maestros de la fe sin un criterio temporal. El grupo de los Padres obedece a un criterio temporal y doctrinal en la primera época del cristianismo. Por tanto, el grupo de los Doctores es más amplio en cuanto a tiempo.

Tanto en Oriente como en Occidente, la Iglesia ha dado mentes brillantes para el mundo. En su seno se han configurado grandes maestros teólogos, filósofos y humanistas. Los primeros autores cristianos que se encontraron con la filosofía y el pensamiento clásico fueron los Padres de la Iglesia.

Los Padres tuvieron acción en un rango definido de tiempo. Con precisión, del siglo I al Siglo VII, tiempo en el cual el cristianismo se consolidó doctrinal e institucionalmente. Por tanto, los Padres de la Iglesia son los autores que trabajaron para la consolidación doctrinal del cristianismo a través de sus escritos y predicaciones. La época de oro de los Padres fue al rededor del siglo IV, pero, naturalmente, todos los otros siglos del período tuvieron autores brillantes y elocuentes.

Algunos Padres de la Iglesia también son llamados Doctores. ¿Es lo mismo un Padre que un Doctor de la Iglesia?  Revisemos la cuestión con brevedad.

Parece que los Doctores y los Padres son lo mismo

Algunos Padres de la Iglesia han recibido el título de Doctores debido a su sabiduría y magisterio. En latín, doctor significa «el que enseña». Algunos eximios Padres como San Agustín o San Ambrosio enseñaron  admirablemente. Luego, los Padres que enseñan admirablemente son doctores. Esto es verdad, por años algunos Padres fueron llamados doctores. Sin embargo, la tradición se extendió a otros autores que no fueron Padres.

La tradición escolástica

Durante los siglos de la Edad Media, se desarrollaron los sistemas universitarios impulsados por el Papa, los gobernantes y los gobiernos de las ciudades independientes. En muchas de ellas los maestros pertenecían a las órdenes mendicantes, que conjuntaron estudio con vida religiosa. Varios de estos profesores recibieron el título de doctor. Los más famosos recibieron un título en particular que conservaron con fama para la posteridad.  Estos títulos fueron puestos por la tradición escolástica, ya que los alumnos y maestros comenzaron a valorar las enseñanzas de estos sabios. Así, tenemos a algunos profesores medievales famosos como Santo Tomás de Aquino, Doctor Angelicus; San Buenaventura, Doctor Seraphicus, Roger Bacon, Doctor Mirabilis; San Alberto Magno, Doctor Universalis. Otros maestros que no fueron santos pero llevaron una vida ejemplar en lo espiritual y lo académico también llevaron el título de Doctor, ejemplos de esto son Raimundo LLul que fue denominado Doctor Illuminatus, e Inocencio V, llamado Doctor famosissimus.

Vemos, entonces, que hubo algunos autores importantes que contaban con las características que hicieron a los Padres de la Iglesia destacarse:

  • Doctrina ortodoxa
  • Santidad de vida
  • Aprobación de la Iglesia

También contaron con dos características adicionales que les daban crédito para ser reconocidos:

  • Eminente erudición
  • La expresa declaración de la Iglesia.

Sin embargo, el problema era que no coincidían temporalmente con los Padres de la Iglesia, ya que el cristianismo estaba consolidado. Por tanto, no podían ser Padres aunque hubieran contribuido a la teología con la solución de nuevos problemas. Ya que estos santos sabios no podían recibir el mismo título que algunos de los santos teólogos recibieron, se comenzó a usar la tradición escolástica de llamarlos Doctores.

Esto lo explica un experto en Patrología: “El título “Doctor de la Iglesia” no es idéntico al de “Padre de la Iglesia”: a algunos de los doctores de la Iglesia les falta la nota de antigüedad, pero, en cambio, tienen, además de las tres notas características de doctrina ortodoxa, santidad de vida y aprobación de la Iglesia, los dos requisitos de eminente erudición y expresa declaración de la Iglesia” (1)

Dos grupos diferentes pero relacionados

Algunos Padres son Doctores de la Iglesia, pero no todos los Doctores son Padres. Esto se debe a que el título de Doctor se instauró para destacar a un pensador de importancia ajeno a la época patrística. Igualmente se instauró este título para reforzar la autoridad de algunos Padres. Tenemos que el título de Doctor se aplica con mayor extensión a santos que no fueron Padres. Y sólo se aplica para algunos Padres que fueron más destacados en lo magisterial que otros.

Vimos que la instauración del título obedece a dos criterios: al reconocimiento de los eminentes y maestros de la fe para los fieles de todos los tiempos. De este modo, el título de Doctor no queda anclado a un tiempo, sino que abarca a los autores más importantes que se consideren maestros universales. La lista de los Doctores incluye maestros desde el Siglo V hasta el Siglo XIX.

Algunos Padres fueron nombrados doctores por decisión papal. Esto se hizo con el fin de remarcar la importancia de la tradición patrística en el grupo de los Doctores de la Iglesia. “En el Occidente, Bonifacio VIII declaró en 1298 que deseaba que Ambrosio, Jerónimo, Agustín y Gregorio Magno fueran considerados como egregios doctores de la Iglesia. Estos cuatro Padres han sido llamados también los grandes Padres de la Iglesia.” (2)

Actualmente es potestad del Papa nombrar nuevos Doctores, que según su decisión, hayan marcado doctrinas importantes para el desarrollo de la Iglesia universal. Hasta el momento la lista de los doctores de la Iglesia es de 33, siendo 3 de ellos mujeres. La lista se agranda a medida en que algunos santos son reconocidos como maestros eminentes.

(1)QUAESTEN, Patrología, Vol I, BAC, Madrid, 1961, pp.12-13.

(2) Ibid.

Por Gabriel Gonzáles Nares

Publicaciones relacionadas

5 comentarios

  1. Por eso la Iglesia Católica ha sido, es y será la única fundada por Jesucristo, sostenida por el Espíritu Santo que asistió en sabiduría a sus padres y doctores para defenderla de los ataques y embates de las fuerzas del mal. «TÚ ERES PEDRO Y SOBRE ESTA PIEDRA EDIFICARÉ MI IGLESIA».

  2. Doctor/a de la Iglesia» es un título que la Iglesia (el Papa o un concilio ecuménico) otorga oficialmente a ciertos santos para reconocerlos como eminentes maestros de la fe para los fieles de todos los tiempos.

    De los ocho Doctores originales, cuatro eran Padres del Occidente: San Gregorio Magno, San Ambrosio, San Agustín, y San Jerónimo (proclamados Doctores en el 1298) y cuatro eran del Oriente: (1568): San Atanasio, San Juan Crisóstomo, San Basilio Magno y San Gregorio Nacianceno. En la actualidad (2000 A.D.) hay 33 Doctores, entre ellos tres mujeres (Santa Teresa de Ávila, Santa Catalina de Siena y Santa Teresa de Lisieux).

    LOS 33 DOCTORES DE LA IGLESIA
    EN ORDEN ALFABÉTICO CON FECHAS Y REFERENCIAS

    San Agustín (354-430). Obispo de Hippo. Uno de los cuatro doctores originales de la Iglesia Latina. «Doctor de la Gracia». Aclamado doctor el 20 de septiembre, 1295 by Bonifacio XIII.
    San Alberto Magno (1200-1280). Dominico. Patrón de las ciencias naturales; llamado «Doctor Universallis» «Doctor Expertus». Aclamado doctor el 16 diciembre, 1931 por Pío XI.
    San Alfonso Ligorio (1696-1787). Patrón de confesores y moralistas. Fundador de los redentoristas. Aclamado doctor el 7 de julio, 1871 por Pío IX.
    San Ambrosio: (340-397). Uno de los cuatro tradicionales Doctores de la Iglesia latina. Combatió el arrianismo en el Occidente. Obispo de Milán y mentor de San Agustín. Aclamado doctor el 20 de septiembre, 1295 by Bonifacio VIII.
    San. Anselmo (1033-1109). Arzobispo de Canterbury. Padre del Escolasticismo. Aclamado doctor el 3 de febrero, 1720 por Clemente XI.
    San Antonio de Padua (1195-1231). Fraile franciscano. Doctor Evangélico. Aclamado doctor el 16 de enero, 1946 por Pío XII.
    San Atanasio (296-373). Obispo de Alejandría (Egipto). Principal opositor al arrianismo. Padre de la Ortodoxia. Aclamado doctor el año 1568 por Pió V.
    San Basilio Magno (329-379). Uno de los tres Padres Capadocios. Padre del monasticismo del Este. Aclamado doctor en 1568 por Pío V.
    San Beda el Venerable (673-735). Sacerdote benedictino. Padre de la Historia inglesa. Aclamado doctor el 13 de noviembre, 1899 por León XIII.
    San Bernardo de Claraval (Clairvaux) (1090-1153). Cisterciense. Llamado «Mellifluous Doctor» por su elocuencia. Aclamado doctor el 20 de agosto, 1830 por Pío VIII.
    San Buenaventura (1217-1274). Teólogo franciscano. «Doctor Seráfico». Aclamado doctor el 14 de marzo, 1588 por Sixto V.
    Santa Catalina de Siena. (1347-1380). Mística. Segunda mujer doctora de la Iglesia. Aclamada doctora el 4 de octubre, 1970 por Pablo VI.
    San Cirilo de Alejandría (376-444). Patriarca. Combatió el nestorianismo. Hizo contribuciones claves a la cristología. Aclamado doctor el 28 de julio, 1882 por León XIII.
    San Cirilo de Jerusalén (315-387). Obispo opositor del arianismo en el Este. Aclamado doctor en 28 de julio, 1882 por León XIII.
    San Efrén de Siria (306-373). Exegeta de la Biblia y escritor eclesiástico. Llamado «el harpa del Espíritu Santo. Aclamado doctor el 5 de octubre, 1920 por Benedicto XV.
    San Francisco de Sales (1567-1622). Obispo y lider de la contrareforma. Patrón de los escritores y la prensa católica. Aclamado doctor el 16 de noviembre, 1871 por Pío IX.
    San Gregorio Magno (540-604). Papa. Cuarto y último de los cuatro originales Doctores de la Iglesia Latina. Defendió la supremacía del Papa y trabajó por la reforma del clero y la vida monástica. Aclamado doctor el 20 de septiembre, 1295 por Bonifacio XIII.
    San Gregorio Nacianceno. (330-390). Llamado el Demóstenes cristiano por su elocuencia y, en la Iglesia Oriental, «El Teólogo». Uno de los tres Padres Capadocios. Aclamado doctor en 1568 por Pío V.
    San Hilario de Poitiers (315-368). Obispo. Llamado el Atanasio del Occidente. Aclamado doctor en 13 mayo, 1851 por Pío IX.
    San Isidoro de Sevilla (560-636). Arzobispo, teólogo, historiador. Reconocido como el hombre mas sabio de su época. Aclamado doctor el 25 abril, 1722 por Inocente XIII.
    San Jerónimo (343-420). Uno de los cuatro Doctores originales de la Iglesia Latina. Padre de las ciencias bíblicas y traductor de la biblia al latín. Aclamado doctor el 20 de septiembre, 1295 por Boniface XIII.
    San Juán Crisóstomo (347-407). Obispo de Constantinopla. Patrón de los predicadores. Llamado «boca de oro» por su gran elocuencia. Aclamado doctor en 1568 por Pío V.
    San Juán Damasceno (675-749). Teólogo griego. Aclamado doctor el 19 agosto, 1890 por León XIII.
    San Juán de la Cruz. (1542-1591). Cofundador de los carmelitas descalzos. Doctor de la teología mística. Aclamado doctor el 24 de agosto, 1926 por Pío XI.
    San León Magno (400-46l). Papa. Escribió contra las ejerejías del Nestorianismo, el Monofisismo, el Maniqueismo y el Pelagianismo. Aclamado doctor el 15 de octubre, 1754 por Benedicto XIV.
    San Lorenzo de Brindis (1559-1619). Vigoroso predicador de gran influencia en el período pos-reformación. Aclamado doctor en 19 de marzo, 1959 por Juan XXIII.
    San Pedro Canisio. (1521-97). Teólogo Jesuita. Líder de la Contrareforma. Aclamado doctor el 21 de mayo, 1925 by Pío XI.
    San Pedro Crisólogo (400-50). Obispo de Ravenna. Llamado «Palabra de Oro». Aclamado doctor el 10 de febrero, 1729 por Benedicto XIII.
    San Pedro Damián (1007-72). Benedictino. Reformador eclesiástico y clerical. Aclamado doctor el 27 de septiembre, 1828 por León XII.
    San Roberto Belarmino (1542-1621). Jesuita. Defensor de la doctrina durante y después de la Reforma Protestante. Escribió dos catecismos. Aclamado doctor el 17 de septiembre 17, 1931 por Pío XI.
    Santa Teresa de Avila. (1515-82). Española, fundadora de las carmelitas descalzas, mística. Primera mujer Doctora de la Iglesia. Aclamada doctora el 27 de septiembre, 1970 por Pablo VI.
    Santa Teresa de Lisieux. (1873-1897) Religiosa francesa carmelita. Autora de «La Historia de un Alma». Aclamada doctora el 19 de octubre, 1997 por Juan Pablo II.
    Santo Tomás de Aquino. (1225-74). Filósofo dominico y teólogo. Llamado «Doctor Angélico». Autor de la Suma Teólogica, obra insigne de teología. Patrón de las escuelas católicas y de la educación. Aclamado doctor el 11 de abril, 1567 por Pío V.

  3. Los «Padres de la Iglesia» son los mas insignes pastores, generalmente obispos (no siempre), de la Iglesia de los primeros siglos. Sus enseñanzas, en sentido colectivo, son consideradas por la Iglesia como fundamento indispensable de la doctrina ortodoxa cristiana. Por su cercanía a los Apóstoles nos presentan la correcta interpretación de las Sagradas Escrituras.

    Los cuatro principales criterios para ser reconocido como «Padre de la Iglesia»: antigüedad, ortodoxia, santidad, aprobación de la Iglesia. No todos los escritos de los Padres son ortodoxos sino solo aquellos en los que hay común acuerdo entre ellos. (Ej.: Orígenes y Tertuliano cayeron en serios errores pero no se niega el valor de sus obras anteriores.) El Papa Gelasio (Pontificado: 492-496) hizo una lista de autores aprobados que contiene las «obras de los santos Padres aceptadas por la Iglesia»

    Los Padres se distinguen entre griegos (procedentes del Este) y latinos (del Occidente). Generalmente se considera que el último de los Padres latinos es Isidoro de Sevilla (560-636) y el último de los Padres del griegos es San Juan Damasceno (675-749).

    El título de «Padres» ya era común en el siglo IV.

    «Lo que nosotros enseñamos no es el resultado de nuestras reflexiones personales, sino lo que hemos aprendido de los Padres» -San Basilio

    Al estudio de los Padres se le llama «Patrística» (cuando el estudio se centra en la doctrina) y «Patrología» (cuando se centra en la vida personal)

    Padres Apostólicos: Estos son los Padres de la Iglesia que fueron discípulos directos de alguno de los Apóstoles. También se otorga este título a los Padres (siglo I, II) que constituyen un eslabón entre el Nuevo Testamento y los apologistas del segundo siglo. Los escritos de los Padres Apostólicos son considerados como un eco de la enseñanza de los Apóstoles. Ejemplo: San Policarpo, San Ignacio de Antioquía.

    Padres de la Iglesia:

    PADRES LATINOS
    (en algunos casos hemos dejado el nombre en latín)

    San Ambrosio, Obispo de Milán (340-97)
    Arnobius, apologista (327)
    San Agustín, Obispo de Hippo (354-430)
    San Benito, Padre del Monasticismo Occidental (480-546)
    San Caesarius, Arzobispo de Arles (470-542)
    San Juan Casiano, abad, escritor ascético (360-435)
    San Celestino I, Papa (m. 432)
    San Cornelio, Papa (m. 253)
    San Cipriano, Obispo de Cartago (m. 258)
    San Dámaso I, Papa (m. 384)
    San Dionisio, Papa (m. 268)
    San Enodio, Obispo de Pavia (473-521)
    San Euquerio, Obispo de Lyons (d. 449)
    San Fulgencio, Obispo de Ruspe (468-533)
    San Gregorio de Elvira (m. después del 392)
    San Gregorio Magno (I), Papa (540-604)
    San Hilario, Obispo de Poitiers (315-68)
    San Inocente I, Papa (m. 417)
    San Ireneo, Obispo de Lyons (130-200)
    San Isidoro, Arzobispo de Sevilla (560-636)
    San Jerónimo, sacerdote, exegeta, traductor de la Vulgata. (343-420)
    Lactancio Firmianus, apologista (240-320)
    San León Magno, Papa (390-461)
    Mario Mercator, (principios del siglo V)
    Mario Victorinus, romano (siglo IV)
    Minucio Felix, apologista (siglo II o III)
    Novatiano, el Sismático (200-62)
    San Optatus, Obispo de Mileve (finales del siglo IV)
    Orígenes (185ca. -254)
    San Paciano, Obispo de Barcelona (siglo IV)
    San Pamfilio, sacerdote (240-309)
    San Paulino, Obispo de Nola (353-431)
    San Pedro Crisólogo, Arzobispo de Ravenna (400-50)
    San Fobadio, Obispo de Agen (m. 395)
    San Próspero de Aquitaine, teólogo (390-463)
    Rufino, traductor al latín de la teología griega (345-410)
    Salvian, sacerdote (400-80)
    San Siricio, Papa (334-99)
    Tertuliano, apologista, fundador de la teología latina (160-223)
    San Vicente de Urins, sacerdote, monje (m. 450)

    PADRES GRIEGOS
    San Anastasio Sinaita, apologista, monje (m. 700)
    San Andrés de Creta, Arzobispo de Gortyna (660-740)
    Afrates, monje sirio (siglo IV)
    San Arquelao, Obispo de Cascar (m.. 282)
    San Atanasio, Arzobispo de Alejandria (c. 297-373)
    Atenágoras, apologista (siglo II)
    San Basilio Magno, Arzobispo de Cesarea (329-79)
    San Cesario de Nazianzus (330-69)
    San Clemente de Alejandría, teólogo (150-215)
    San Clemente I, Papa (Clemente Romano) (88-97)
    San Cirilo, Obispo de Jerusalén (315-86)
    San Cirilo, Patriarca de Alejandría (376-444)
    Didimus el ciego; teólogo (313-98)
    Diodoro, Obispo de Tarsus (m. 392)
    Dionisio el PseudoAreopagita, teólogo místico (finales del siglo V)
    San Dionisio el Grande, Arzobispo de Alejandría (190-264)
    San Epifanio, Obispo de Salamis (315-403)
    Eusebio, Obispo de Cesarea (260-340)
    San Eustaquio, Obispo de Antioquía (siglo IV)
    San Firmiliano, Obispo de Cesarea (m. 268)
    Genadio I, Patriarca de Constantinopla (m. 471)
    San Germano, Patriarca de Constantinopla (634-733)
    San Gregorio Nacianceno, Obispo de Sasima (329-90)
    San Gregorio de Nisa (330-95)
    San Gregorio Taumaturgo, Obispo de Neocesarea (213-70)
    Hermas, autor de El Pastor (siglo II)
    San Hipólito, mártir (170-236)
    San Ignacio de Antioquía (35-107)
    San Isidoro de Pelusium, Abad (360-c. 450)
    San Juan Crisóstomo, Patriarca de Constantinopla (347-407)
    San Juan Clímaco, monje (579-649)
    San Juan Damasceno, defensor de las imágenes sagradas (675-749)
    San Julio I, Papa (m. 352)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba

Copyright © 2024 Encuentra by Juan Diego Network. Todos los derechos reservados.