Orar en la vida diaria

La Oración es un método eficaz que nos acerca a Dios y a la Santidad.

ORAR EN LA VIDA DIARIA

OBJETIVO:

Descubrir el valor y la importancia que tiene la oración en la vida del joven, y a si mismo, comprender lo que Jesús nos pide a cada uno de nosotros.

PARTIMOS DE LA EXPERIENCIA.

Para contestar en grupos:

– ¿Por qué algunos jóvenes no rezan?

– ¿Es necesaria la Oración en nuestras vidas?

– ¿Qué valores aporta la Oración a los jóvenes?

– ¿Cómo ha de ser la auténtica Oración?

– ¿Cuándo hay que Orar?

BUSCAMOS LUZ SOBRE EL TEMA.

A. “LA ORACIÓN CRISTIANA”

¿Puede orar el hombre de hoy? ¿Sabe el hombre de hoy hablar con Dios? ¿Le interesa?

Vivimos en un mundo cada vez más materializado donde predomina la técnica, el consumismo, el bombardeo de noticias y estímulos audiovisuales, la valoración de la eficiencia y de la acción exterior. En este cuadro, la oración no tiene sentido, ya que distrae de la única acción importante en la vida: “la transformación del mundo visible”.

Este marco sociocultural influye negativamente en los jóvenes y hace difícil la oración en sus vidas, ya que no propicia la vida en profundidad y la atención a una interiorización basada en el silencio y en la reflexión.

B. ¿QUÉ ES ORAR?

La oración es una relación personal, consciente y amorosa con Dios. Es un dialogo familiar con Dios o, como decía Santa Teresa, “un trato amistoso con quien sabemos que nos ama”. La oración, por tanto, es una relación vital entre dos personas. Es encuentro personal. Mutua presencia, intimidad gratuita y amistosa.

La oración es un DON DE DIOS. La oración, efectivamente, comienza en Dios, actúa la mente y el corazón del hombre y termina en Dios. La Oración no es, pues, una acción meramente humana.

Es Dios quien nos mueve a orar, quien nos da la gracia de orar, iluminando nuestra mente por la fe y moviendo nuestro corazón por la caridad. Sin su gracia somos incapaces de hacer oración.

La oración es una ACTITUD FUNDAMENTAL DEL CREYENTE. Para el no creyente la oración no tiene sentido, ya que sería un absurdo orar ante la nada. Para el cristiano, la oración es el sustento y el alimento de nuestra fe. En ella expresamos la fe, cimentamos la esperanza y nos llenamos de amor a Dios y a los hermanos. La oración, en este sentido es una necesidad para todo cristiano que desea ser fiel a sus compromisos.

LAS DIFICULTADES QUE TIENEN LOS JÓVENES PARA ORAR.

A. DE TIPO TEOLÓGICO.

– LA FALTA DE FE. La oración no les dice nada porque no ha crecido en ellos la fe. No interiorizan. Tienen una fe débil. Todo lo que se refiere a “rezos”, a Dios, les suena a “Rollos” enfadosos.

– MAL CONCEPTO DE LA ORACIÓN. No tienen muy claro en qué consiste la oración: se identifica el “rezar” con el “recitar fórmulas”; la consideran como una imposición. No encuentran sentido a la oración.

– LA FALTA DE CONCIENCIA ECLESIAL. Hacen sus oraciones individuales, entendiéndose “a solas” con Dios. Rezan por “sus” problemas y sus propios asuntos.

B. DE TIPO SOCIOLÓGICO.

– EL AMBIENTE FAMILIAR. Por lo general tal ambiente no les suele ayudar. Algunos no son practicantes, otros no acostumbran hacer oración, etc. Los padres no tienen el cuidado de iniciar en la oración a sus hijos.

– EL PRAGMATISMO. La tendencia a considerar lo inmediato y lo útil como criterio de valor, convierte la oración en algo “no rentable”.

– LAS FORMAS CONCRETAS DE ORACIÓN. En algunas familias se usan fórmulas caducas de oración. En la parroquia, a veces el lenguaje oficial litúrgico no es el más apropiado para ellos, ya que lo sienten difícil, demasiado teológico, lejano a sus vidas.

– EL CONSUMISMO. Vienen con la cabeza llena de cosas y el corazón está como embotado. El ambiente consumista impide la reflexión y el silencio.

C. DE TIPO PSICOLÓGICO.

– LA RUTINA EN LA ORACIÓN. Se cae en la repetición. No se personaliza. La oración es algo tan usado que llega a perder valor.

– LA INCOHERENCIA DE LOS JÓVENES. A veces suelen dejar la oración porque se dan cuenta de que su vida sigue igual y no se comprometen.

– EL SILENCIO. Incapacidad para hacerlo. No se vive en un “ambiente de oración”.

– LA SUPERFICIALIDAD. Nada de esfuerzo, nada de reflexión.

– EL ACTIVISMO. Se está tan ocupado que no se tiene tiempo para nada. ¿Cómo puedo rezar con tantas horas de trabajo o de estudio?

– EL PSICOLOGÍSMO. Algunos jóvenes van a los grupos juveniles a experimentar la amistad. A hacer algo juntos, más que vivir la fe y poder hacer oración. Buscan más el consuelo, la afectividad que hacer un itinerario creyente.

– LA COMODIDAD. Los jóvenes que están dominados por las comodidades y llevan una vida egoísta no necesitan a Dios. Si no son sensibles a los problemas de los demás, no tienen motivos para rezar.

– EL ESPIRITUALISMO. Algunos practican una oración desvinculada de su vida. Llaman a Dios Padre, pero no construyen fraternidad.

EL MAESTRO DE LA ORACIÓN: “JESÚS”.

Jesucristo recomienda la oración: “es preciso orar en todo tiempo y no desfallecer” (Lc 18,1); “ustedes, pues, oren de esta manera: Padre nuestro que estás en los cielos” (Mt. 6,9): “pidan y se les dará, busquen y hallarán” (Lc 11,9)…

Jesucristo vive en continua oración: “Se retiraba a lugares solitarios y se daba a la oración” (Lc. 5,16). Jesús ora antes de elegir a los apóstoles, antes de la resurrección de Lázaro, antes de la pasión, etc.

PERO LA PREGUNTA ES: ¿CÓMO ORAR?

Para orar no basta presentar una lista de peticiones a Dios, ni contentarnos con repetir mecánicamente algunos “rezos” aprendidos de memoria.

– ESCUCHA A DIOS. NO HABLES DEMASIADO.

Dios tiene para cada uno de nosotros una palabra original, dicha en muchas maneras a lo largo de nuestra vida (encuentros, llamadas, sucesos, inspiraciones). Si no la escuchas, esa palabra caerá al vacío.

– ORA CON FE EN NOMBRE DE JESÚS.

Para orar es necesario que creamos en Jesucristo, que nos apoyemos en Él… Oremos “en nombre de Jesús”, ya que Dios no puede negar nada a su hijo.

– ORA CON HUMILDAD.

La oración mana de los corazones humildes. Para orar, por consiguiente, hay que sentirse pobre, necesitado de la gracia de Dios. Como el publicano de la parábola que solamente decía: “Señor, ten compasión de mí, que soy un pecador”.

– ORA CON CONSTANCIA.

Cristo en el Evangelio nos exhorta a perseverar en la oración, a mantenernos en ella con una actitud constante. Perseverar en la oración significa no dejarla, no cansarse de ella aunque sea difícil, aunque no sintamos nada, aunque nos digan que es inútil.

– ORA AMANDO AL PRÓJIMO.

Sin amor es imposible la oración. Si el amor al prójimo es sincero y creciente, éste es la más clara señal de que nuestra oración es verdadera. Si no amamos a los demás nuestra oración es una farsa.

– ORA DESDE LA VIDA.

La oración debe partir de la vida, expresar la vida y comprometer la vida. Por eso hay que orar desde la vida: en los momentos felices y amargos, en el triunfo y en el fracaso. Sobre todo hay que orar en los momentos importantes de la vida: al tomar una decisión importante, al escoger la profesión o el estado de vida, al viajar, en las necesidades personales, familiares, sociales, etc.

La oración nos debe llevar a comprometernos más en nuestra vida, a ser más responsables con nuestros deberes cotidianos.

– ORA EN COMUNIDAD.

Además de la oración individual que se realiza en la sociedad y en la intimidad del corazón humano, es necesaria la ORACIÓN COMUNITARIA con el grupo juvenil y, sobre todo, con la comunidad eclesial (ORACIÓN LITÚRGICA).

LA ORACIÓN.

• Comienza por saber escuchar. El cielo emite noche y día.

• No ores para que Dios realice tus planes, sino para que tú realices los planes de Dios.

• No olvides que la fuerza de tu debilidad es la oración.

• Para orar, Cristo te pide una técnica: humildad, confianza y perseverancia.

• ¿No sabes qué decirle a Dios? Háblale de tus sentimientos e intereses.

• No conviertas tu corazón en un monólogo, pues harías a Dios, autor de tus propios pensamientos.

• Cuando ores no seas engreído ni demasiado humilde. Con Dios no valen los trucos. Sé cual eres.

• ¿Y las distracciones voluntarias? Descuida.

• Nunca pienses que cuando hables a Dios Él no te responde. La oración nunca cae en el vacío.

• Ten vida de oración, no ratos de oración.

EXPERIENCIA COMUNITARIA DE ORACIÓN.

Se debe preparar un momento fuerte de reflexión, de la manera que el coordinador crea pertinente de acuerdo a la realidad de su grupo.

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Fuente: Pastoral Juvenil Coyuca.

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3 comentarios

  1. Si tantos defectos tiene la juventud, «por qué se le dá tanta importancia en el ámbito católico???»

    Porque la esperanza está puesta en ellos, pero quienes mantenemos las Iglesias llenas, somos los adultos y los adultos mayores –

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