La JMJ desde otro punto de vista

Durante esta semana de la JMJ, las calles de Madrid se llenaron de diversas escenas, emociones y acontecimientos que fueron parte de la experiencia de los jóvenes y que es bueno dar a conocer.

En primer lugar, el calor, el sol y el cansancio que pasaron el millón y medio de personas que acompañaron al Papa en esta semana. Se alcanzaron temperaturas de 45 grados centígrados, con un cielo sin nubes. Era común ver mujeres mojándose el pelo, y sobre todo durante la Vigilia, todos bañándose con el agua que los bomberos echaban sobre ello. ¡Una bendición sentir el agua fría!

También, el sueño. Todos los días los peregrinos llegaban tarde a los hoteles, casas y colegios donde se hospedaban, y se levantaban temprano al día siguiente para los eventos programados. Era común la escena de un grupo de peregrinos acostados en el suelo tomando la siesta, recobrando energías mientras esperaban la llegada del Santo Padre. Además, en el momento que terminó la Vigilia en Cuatro Vientos, la mayoría de los jóvenes quedaron profundamente dormidos.

Por supuesto, no podía faltar la veneración y entusiasmo que se sentía por Benedicto XVI. Se escuchaban porras por toda la ciudad que gritaban: “¡Benedicto!”, “¡Esta es la juventud del Papa!”, “Benedicto, Equis, Uve, Palito (X-V-I)”; además de las porras que hacía cada país para demostrar su presencia en la JMJ. Por todos lados se escuchaban gritos y cantos. El amor que siente la juventud al Papa era notable, todos le veneraban y apoyaban. Cuando pasaba junto a ellos en el Papamóvil no se contenían: había alegría en todas las calles de Madrid. Algunos hasta a los árboles se subían para poder tener una mejor perspectiva del Santo Padre.

Y finalmente en la Vigilia, cuando Su Santidad iba a comenzar su discurso a los jóvenes se desataron los vientos y las lluvias, que le impidieron al Santo Padre continuar e interrumpieron las actividades por unos minutos. En estos momentos la juventud se levantó, todos apoyando a Benedicto XVI con porras: “¡No pasa nada, estamos con el Papa!”. Todos los presentes le demostraron a Su Santidad que estaban con él en todo momento y que le eran fieles. Cuando calmó el clima, el Papa les expresó su agradecimiento por haber enfrentado las adversidades del clima diciendo que eran un ejemplo de fe y augurando que la lluvia les llenaría de bendiciones.

Fue una experiencia llena de retos y pruebas para la generación católica de Benedicto XVI, lo cual hizo que la JMJ 2011 en Madrid fuera todo un éxito.

Mariana Acedo M

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