La aventura con el Papa

Las horas de espera y la temperatura fueran aumentando poco a poco desde que a las 11:00 am se abrieron las puertas del aeródromo de Cuatro Vientos para la espera de la Vigilia con el Santo Padre. Grupos de peregrinos recorrieron 3, 6 y hasta 12 kms para llegar ahí. “En esto no se escatima esfuerzos, lo que cuesta, se ofrece y cuando uno va tan feliz por las calles no es ningún sacrificio”, dice Miguel Agustín, que recorrió cerca de 10kms para llegar al recinto.

Fueron más de 200,000 los jóvenes acreditados que se quedaron fuera y no pudieron acceder; “vino mucha más gente de la que esperábamos”, dijo Manolo que trabajó como Voluntario durante la JMJ. Más de un millón de jóvenes se congregaron esta ocasión para escuchar al San Padre. María Zepeda de 17 años comentó durante la espera: “Me muero de ganas de escuchar al Papa. De verdad quiero ver qué me dice a mi”.

Una aventura inolvidable

El Papa Benedicto XVI llegó al aeródromo de Cuatro Vientos a las 8:30 de la noche, tras saludar a los jóvenes discapacitados en el Instituto de San José. Al llegar, la noche parecía tranquila. Sin embargo, en el momento en el que el Papa se disponía para pronunciar la Homilía, comenzó una tormenta con un viento muy fuerte que llegaba de frente, lo que le impidió hablar. Desde la explanada al Papa se le veía sonriente bajo los tres paraguas blancos que trataban de impedir se mojara.

Además del agua, el ruido de los truenos hizo imposible que el Papa continuara su discurso, por lo que los jóvenes comenzaron a agitar banderas y gritar porras: “No pasa nada, estamos con el Papa”; “Esta es la juventud del Papa”; “Be-ne-dicto.” Todos los presentes, incluidos los Príncipes de Asturias, fueron partícipes de la aventura.

Fueron unos minutos inolvidables, un ambiente realmente festivo que duró más de 10 minutos. En cuanto pudo, el Papa cautivó a los peregrinos con estas palabras: “¡Jóvenes, gracias por vuestra alegría, gracias por vuestra resistencia! Vuestra fuerza es mayor que la lluvia. El Señor con la lluvia nos manda muchas bendiciones. También en esto sois un ejemplo”.

No continuó con el resto de la homilía, improvisó los saludos finales bromeando con los jóvenes y pasó después al acto central del evento donde se llevó a cabo la Adoración al Santísimo.

Al terminar, el Papa concluyó la ceremonia: “Queridos jóvenes hemos vivido una aventura juntos. Firmes en la fe en Cristo habéis resistido la lluvia. Antes de marcharme deseo daros las buenas noches a todos. Que descanséis bien. Gracias por el sacrificio que estáis haciendo. Y que no dudo ofreceréis generosamente al Señor. Nos vemos mañana, si Dios quiere. Os espero a todos. Os doy la gracias por el maravilloso ejemplo que habéis dado. Igual que esta noche, con Cristo podréis siempre afrontar las prueba s de la vida. No lo olvidéis. ¡Gracias a todos!”

Por Marilú Esponda Sada

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