Tu amabilidad con todos : El criado estaba embriagado

San Francisco de Sales se distinguió durante toda su vida por la dulzura y amabilidad de su trato. Todas las gentes, de cualquier condición social que fueran, rico o pobre, que iban a tratar algún asunto con él, salían encantados de su amor y comportamiento.

Su amabilidad y dulzura tenía doble mérito, porque su temperamento era nervioso, colérico. A veces le costaba dominar su mal genio y sus impaciencias y cóleras. Pero se propuso ser paciente y amable con todo el mundo y con la ayuda de Dios y su esfuerzo personal lo consiguió.

San Francisco de Sales, cuando ya era obispo de Ginebra, tenía un criado, llamado Francisco Favre. Un día el criado regresó a casa embriagado. San Francisco de Sales tuvo que abrirle la puerta de casa. El criado apenas podía tenerse en pie. San Francisco le cogió en brazos, lo llevó a su habitación y lo acostó. Quedó Francisco Favre en la cama profundamente dormido.

A la mañana siguiente se despertó el criado y recordó cómo su santo amo le había ayudado a acostarse. Confuso y avergonzado se fue donde San Francisco. Pidió permiso para entrar en el despacho. Una vez delante del santo obispo, le dijo: "Monseñor, perdóneme, no volveré a beber vino". A lo que le contestó San Francisco de Sales: "Sigue bebiendo, pero bebe menos".

La actitud del santo obispo conmovió tanto al criado que nunca jamás volvió a emborracharse.

Explicación Doctrinal:

Sé siempre amable, respetuoso y educado con los demás. Con la amabilidad conquistarás todos los corazones, serás más apreciado y las gentes te amarán. En cambio, un hombre antipático, mal educado y grosero es un hombre que repele, tiene pocos amigos, el trato con él es desagradable. No seas de éstos. Sé siempre y en todo momento un hombre respetuoso, educado y amable en tu trato con todo el mundo, pero en especial debes serlo con las gentes sencillas y humildes.

El ser amable no significa que has de ser una persona servil, sujeta a los caprichos de los demás. Se puede ser amable y negar algo que nos piden porque no podemos o no debemos concederlo. Pero al negarlo, hazlo con amabilidad y delicadeza. No permitas que abusen de tu amabilidad. No cedas a lo injusto, al error y al capricho, o a lo que no puedes. Si cedes, abusarán de ti y serás un hombre servil y encogido. Jesucristo nos dice que seamos inocentes como palomas y prudentes como serpientes.

Norma de Conducta:

En tu trato con las gentes ten amabilidad y firmeza.

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Un comentario

  1. Quiero agradecer estearticulo de San Francisco de Sales sobre el valor de la amabilidad que me encantó y quiero vivirlo como El.Gracias estoy muyagradecida!

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