El matrimonio no es, para un cristiano, una simple institución social, ni mucho menos un remedio para las debilidades humanas: es una auténtica vocación sobrenatural.Por Pbro. Pablo Arce Gargollo y James P. Socías Para que el Sí de los esposos sea un acto libre y responsable, y para que la alianza matrimonial tenga fundamentos humanos y cristianos, sólidos y estables, la preparación para el matrimonio es de primera importancia.[1] El matrimonio no es, para un cristiano, una simple institución social, ni mucho menos un remedio para las debilidades humanas: es una auténtica vocación sobrenatural. Sacramento grande en Cristo y en la Iglesia, dice San Pablo,[2] y, a la vez e inesperadamente, contrato que un hombre y una mujer hacen para siempre.[3] La mayoría de los cristianos tienen una vocación para el matrimonio. Como vocación, el matrimonio fue establecido por Dios y ha sido bendecido continuamente por El desde el tiempo de nuestros primeros padres. De todas las posibilidades de la creación, Dios eligió hacernos hombre y mujer. Dios vio que no era bueno que el hombre estuviera solo y creó una compañera para él. [4] El plan de Dios era que cada uno le hiciera compañía al otro y buscara el bien del cónyuge. En el paraíso, Dios estableció el enlace matrimonial. Desde el principio, el matrimonio fue considerado una unión sagrada entre marido y mujer. Permaneció así hasta la venida de Cristo quien elevó esta unión a sacramento. El matrimonio cristiano viene a ser por su parte signo eficaz, sacramento de la alianza de Cristo y de la Iglesia. Puesto que es signo y comunicación de la gracia, el matrimonio entre bautizados es un verdadero sacramento de la Nueva Alianza.[5] Así como Cristo es inseparable de la Iglesia, el sacramento del matrimonio, contraído libremente, crea una unión inviolable entre marido y mujer. En esta unión indisoluble, los esposos están unidos entre sí y con Cristo, convirtiéndose en un solo cuerpo y perfeccionando el amor humano. Marido y mujer reciben las gracias sacramentales necesarias para realizar sus obligaciones matrimoniales. Como el matrimonio es la imagen de la unión entre Dios y su Iglesia, Cristo es su modelo. Sin embargo, en la sociedad actual estamos constantemente bombardeados con imágenes falsas sobre el matrimonio. Libros, películas, series de televisión románticas etc. crean una propaganda sensacionalista de la pasión sexual que tiene poco o nada que ver con el concepto cristiano de amor y matrimonio. El verdadero significado del sacramento sólo puede ser dado por Jesucristo a través de su Iglesia. Es por eso que el hombre y la mujer que planean casarse necesitan dedicar tiempo para la reflexión y la preparación. Esta preparación requiere de una investigación adecuada respecto al significado del amor en el plan de Dios para la vida matrimonial. Comprende varios pasos antes de la ceremonia matrimonial y la adquisición de buenos hábitos durante toda la vida de las personas. Nuestra primera preparación para el matrimonio —llamada preparación remota— se inicia en la niñez temprana cuando empezamos a adquirir los valores esenciales de la vida humana y el desarrollo básico de las virtudes humanas. De nuestros padres, familiares y maestros recibimos una formación humana y espiritual. Esta educación continúa, en mayor o menor medida, en la juventud, cuando empezamos a tomar pasos más concretos hacia nuestras vidas de adultos en la sociedad. La preparación próxima comprende un estudio más específico para el sacramento. Es en este período cuando se requiere una formación religiosa más específica. Se necesita y estudiar el matrimonio con mayor profundidad, y además de los conceptos básicos hay que aprender lo que debemos buscar en el futuro cónyuge. Esta etapa también requiere de cierto "asentamiento" en una carrera o trabajo para poder sostener adecuadamente a una familia. Por último, la preparación inmediata tiene lugar en los meses y semanas anteriores a la ceremonia matrimonial. Comprende un estudio intenso y profundo del significado del matrimonio. También se necesita la preparación práctica para la ceremonia del matrimonio y las primeras semanas después del matrimonio. En la actualidad, el énfasis que se pone en estas preparaciones prácticas (invitaciones, fiesta, etc.) con frecuencia dejan a la pareja sin preparación para el viaje espiritual del matrimonio. Si no preparan bien el viaje más importante de su vida, luego no pueden sorprenderse si algo sale mal. Gran parte del éxito de un matrimonio depende de la preparación adecuada de los futuros esposos. Es importante obtener el conocimiento de ciertos elementos del matrimonio que se basan en una comprensión bien equilibrada y en la formación espiritual adquirida antes de la ceremonia del matrimonio. En una sociedad donde muchos matrimonios fracasan, esta preparación es crucial para poder lograr un matrimonio feliz que dure toda la vida.[6] Cuando consideramos los esfuerzos que hacemos en la preparación para lograr una carrera profesional o para aprovechar las oportunidades de negocios, el esfuerzo que debe hacerse para el compromiso matrimonial aparece en su verdadera perspectiva. -------------------------------------------------------------------------------- [1] C.C.C. 1632) [2] Cf. Efesios 5, 32[3] Josemaría Escrivá. Es Cristo que pasa (Editora de Revistas, México, 1992), 23[4] Cf. Génesis 2, 18[5] C.C.C. 1617 y C.I.C. 1055,1[6] Cf. C.C.C. 1632 y F. C. 23 Abreviaciones: C.A.FCarta a las familias, Ediciones Paulinas, México 1994C.C.CCatecismo de la Iglesia Católica, Ronma, Librería Editrice Vaticana, 1992. .C.I.CCodex Iuris Canonici (Código de Derecho Canónico) Ediciones Paulinas, México, 1983D.E.Directorio para el Ecumenismo, National Conference of Catholic Bishops (N.C.C.B)(Conferencia Episcopal de los Estados Unidos), Origins vol 23, no. 9, julio 29, 1993F.C.Familiaris Consortio: El papel de la Familia en el Mundo Moderno. Juan Pablo II, Roma, Librería Editrice Vaticana, 1981S.C.A.Siga el Camino del Amor: Mensaje Pastoral para las Familias, N.C.C.B., Origins vol no. 25, 1993G.S.Gaudium et Spes, Concilio Vaticano II, 1985G.E.Gravissimum educationis, Concilio Vasticano II, 1965H.V.Humanae Vitae. Paulo VI. Librería Editrice Vaticana, 1968L.G.Lumen Gentium, Concilio Vaticano II, 1964M.D.Mulieris Dignitalis. Juan Pablo II. Roma, Librería Editrice Vaticana, 1988N.C.C.B.National Conference of Catholic Bishops of the United States (Conferencia Episcopal de los Obispos Católicos de Estados Unidos.O.C.J.One in Christ Jesus (Uno en Cristo Jesús): Toward a Pastoral Response to the Concerns of Women for Church and Society, por la N.C.C.B., Ad Hoc Committee for a Pastoral Response to Women"s Concerns, Origins vol 22; no. 29, 1993.S.C.Sacrosantum Concilium, Concilio Vaticano II, 1963