Muerte del Bautista

En los días en que los discípulos desempeñan su primera misión, ocurre un hecho que será un duro golpe, para el Señor y para todos: la muerte del Baustista a manos de Herodes.

Juan había sido detenido y encarcelado en la fortaleza de Maqueronte en la región de Perea. Herodes , sin embargo, "hacía muchas cosas por el consejo de Juan, pues le oía con gusto"(Mc). Rara circunstancia en la que se combinan la injusticia y el respeto.

Este Herodes era hijo de Herodes el Grande, que había muerto dos años después de ordenar la matanza de los inocentes en Belén. Su reino se dividió entre los hijos que habían sobrevivido a sus matanzas. Filipo en el norte, Arquelao en Judea y Herodes en Galilea y Perea. Había subido a trono con diecisiete años y tendría un reinado largo, hasta el año 40 de la era cristiana. Amante del lujo y del poder, como su padre, aunque menos violento y sanguinario. Estande Roma se enamoró de la mujer de su hermanastro Filipo, Herodías. Esta mujer le prefirió a él y se fueron a vivir a Palestina. Herodes estaba casado con la hija del rey árabe Aretas y la abandonó. Herodías también tenía una hija adolescente. El escándalo que producían en el pueblo era grande.

Juan fue la voz de la conciencia en aquella relación de adulterio público, y denunció, también en público que aquella unión era ilegal e inmoral. Herodes se indignó y le detuvo, pero a pesar de la insistencia de Herodías, no se atrevió a matarle, por su talante supersticioso. Simplemente amordazó su voz.

En el banquete de un cumpleaños de Herodes se urdió la tragedia. Las comidas festivas eran sólo de hombres. Asisten casi todos los principales del reino; comen en abundancia, beben mucho más. Mientras tanto, bailan danzarinas que solían ser esclavas o prostitutas. Cuando, de repente, sale a bailar Salomé, la hija de Herodías. La imaginación popular ha puesto en aquel baile un vértigo de lujuria y provocación. Es posible que fuese así. En medio de su embriaguez, Herodes hace un juramento extraño. "Pídeme lo que quieras", "te lo daré, aunque sea la mitad de mi reino". La muchacha se retira consciente de su triunfo, habla con su madre que estaba en la estancia separada para las mujeres y ella ve la oportunidad de venganza por eso le dice: "Pídele la cabeza de Juan Bautista"

La joven vuelve ante Herodes que ríe en su estado de semiinsconciencia. El reyezuelo espera recibir la petición de joyas, palacios o cualquier otra cosa. Cuando de labios de aquella mujer escucha la feroz sentencia: "quiero que ahora mismo en esta bandeja la cabeza de Juan, el Bautista". Madre e hija forman una triste unidad en la lujuria, la violencia y el odio. No quiere una sentencia y esperar, pues cabe el arrepentimiento del rey cuando recupere la cordura. La quiere ahora, y muestra la bandeja que ha traído. Todos miran al rey estupefactos. Herodes tiembla. No quiere realizar aquel asesinato, pero es débil. Se excusa por el juramento y manda al soldado que le traiga la cabeza del Bautista. Todos esperan con risas nerviosas, cuando al poco tiempo llega la macabra embajada con el horroroso regalo, la cabeza de un hombre bueno y valiente que muere por un exceso de frivolidad, impureza y odio. Herodes mira horrorizado, pero ya está hecho, no se puede volver atrás. Más adelante, al extenderse la fama de Jesús, Herodes verá, desde su conciencia lacerada, en Él una reencarnación del Bautista. La conciencia le remuerde en lo más hondo

Con esta muerte Herodes se puso al pueblo en contra. Aretas, el padre de la esposa repudiada, se vengó invadiendo su reino, destruyendo y arruinando palacios. Herodes acabó huyendo a las Galias con Herodías, donde murió.

Los discípulos de Juan "fueron y cogieron el cadáver y lo sepultaron. Después vinieron a confiárselo a Jesús" (Mt). No sabemos su reacción, pero debió ser de consternación para Él y para todos, especialmente para los que habían sido discípulos de Juan. El Señor decide llevarse a los discípulos aparte, a un lugar desierto, para que descansen, y para que los ánimos se calmen, ante los hechos dolorosos de la muerte de Juan y ante los frutos gozosos de la primera predicación. Conviene reflexionar y rezar a Dios para unirse a su voluntad. El enemigo, que es el pecado, se revela duro y sangriento. Era el martirio del hombre más grande nacido de mujer.

Reproducido con permiso del Autor,

Enrique Cases, Tres años con Jesús, Ediciones internacionales universitarias

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9 comentarios

  1. todo esta bien, lo único que falto a todo esto es que valla acompañado de citas biblicas para darle un mejor fundamento

  2. GRACIAS POR TODO LO QUE NOS ENSEÑAN PARA SEGUIR ADELANTE Y PONER NUESTRA CONFIANZA EN NUESTRO DIOS Y SEÑOR. DIOS LOS BENDIGA

  3. conocia como murio juan el bautista mas no los hechos lo he leido y he quedado sorprendido ahunque sientoque falto un poco mas por que salome queria su cabeza gracias y buen dia

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