Primera Misa: adhesión a Cristo

En la homilía de este miércoles durante su primera Misa como pontífice habló del ecumenismo, prosegur los compromisos del Vaticano II la reconstitución de la unidad plena y visible de los cristianos

El Papa Benedicto XVI dijo este miércoles durante su primera homilía, pronunciada en la Capilla Sixtina, que seguirá las enseñanzas del Concilio Vaticano II para que la luz de Cristo “resplandezca ante los hombres y mujeres de hoy”.

El Pontífice señaló esta mañana romana que “al elegirme como obispo de Roma, el Señor me ha querido vicario suyo, me ha querido ‘piedra’ en la que todos puedan apoyarse con seguridad. A El pido que supla a la pobreza de mis fuerzas, para que sea valiente y fiel pastor de su rebaño, siempre dócil a las inspiraciones del Espíritu Santo”.

“Me dispongo a emprender este ministerio peculiar –agregó el Papa Benedicto-, el ministerio ‘petrino’ al servicio de la Iglesia universal, con humilde abandono en las manos de la Providencia de Dios. Es a Cristo en primer lugar a quien renuevo mi adhesión total y confiada”.

“Quiero reafirmar con fuerza la voluntad decidida de proseguir en el compromiso de realización del Concilio Vaticano II,  siguiendo a mis predecesores y en continuidad fiel con la tradición bimilenaria de la Iglesia”, recalcó el Sumo Pontífice.

El Santo Padre prometió  “trabajar sin ahorrar energías en la reconstitución de la unidad plena y visible de todos los seguidores de Cristo. Esta es su ambición –agregó-, este es su acuciante deber”.

Dijo además ser conciente de que “para ello no bastan las manifestaciones de buenos sentimientos. Son precisos gestos concretos que entren en los ánimos y remuevan las conciencias, llevando a cada uno a aquella conversión interior que es el presupuesto de todo progreso en el camino del ecumenismo”.

El actual Sucesor de Pedro “está dispuesto a hacer todo lo posible para promover la fundamental causa del ecumenismo”, agregó.

Anunciar a Jesucristo

“Al emprender su ministerio”, continuó Benedicto XVI en su homilía, “el nuevo Papa sabe que su deber es hacer que resplandezca ante los hombres y mujeres de hoy la luz de Cristo: no la propia luz, sino la de Cristo”.

“Me dirijo a todos con sencillez y afecto –dijo después-, para asegurar que la Iglesia quiere seguir manteniendo con ellos un diálogo abierto y sincero, la búsqueda del verdadero bien del ser humano y de la sociedad”.

Viaje a Colonia

El Santo Padre señaló más adelante que piensa “en particular en los jóvenes. A ellos, interlocutores privilegiados del Papa Juan Pablo II, dirijo mi afectuoso abrazo en espera -si Dios quiere-, de encontrarles en Colonia, con motivo de la próxima Jornada Mundial de la Juventud”.

“Queridos jóvenes, futuro y esperanza de la Iglesia y de la humanidad, seguiré dialogando y escuchando vuestras esperanzas para ayudaros a encontrar cada vez con mayor profundidad a Cristo viviente, el eternamente joven”, destacó luego.

Finalmente, el Sucesor de Pedro invocó “la materna intercesión de María Santísima para que sostenga esta promesa. En sus manos pongo el presente y el futuro de mi persona y de la Iglesia. Que intercedan también los santos apóstoles Pedro y Pablo y todos los santos”.

La Historia:

El anuncio del nuevo Pontífice

A las 5:56 pm del martes 19 de abril, en el tejado de la Capilla Sixtina apareció humo blanco. El tañir de las campanas diez minutos después del humo confirmó el signo. El nuevo Pontífice había sido elegido en la cuarta ronda de votaciones del segundo día del Cónclave.

Según anunció el cardenal chileno Jorge Medina, el nuevo Papa es el cardenal alemán Joseph Ratzinger, quien eligió el nombre de Benedicto XVI.

El humo blanco, producto de la incineración de los sufragios de la tarde del martes, y el repique de las campanas, indicaron 45 minutos antes que al menos las dos terceras partes de los 115 cardenales electores definieron al nuevo Sumo Pontífice.

Primer mensaje de Su Santidad Benedicto XVI

"Queridos hermanos y hermanas, después del gran Papa Juan Pablo II, los señores cardenales eligieron a un humilde servidor de la viña del Señor (…) también me reconfortan vuestras plegarias."

Después de ser presentado a los fieles congregados en el Vaticano, ofreció su primera bendición Urbe et Orbi, a la ciudad y al mundo desde el balcón central de la Basílica de San Pedro.

A las 11:50 am (hora de Roma) del martes 19 de abril, apareció la segunda fumata negra de la chimenea ubicada en la Capilla Sixtina. El humo oscuro indicó que después de las dos votaciones de la jornada matutina del Cónclave ningún cardenal obtuvo los dos tercios, es decir, los 77 votos necesarios para ser elegido Pontífice.

Tanto las miles de personas reunidas en la Plaza de San Pedro como cientos de periodistas que aguardaban la segunda fumata del Cónclave vivieron un momento de desconcierto a las 12:00 pm cuando las campanas de la Basílica vaticana comenzaron a tañer en su acostumbrado horario de mediodía. Sin embargo, el panorama se aclaró después de unos instantes al verificarse el motivo del toque de campanas acompañado del inequívoco color negro del humo.

Después de esta jornada de votaciones del Cónclave los 115 cardenales se dirigieron a la Casa de Santa Marta.

Hoy por la tarde comenzó la tercera jornada de votaciones, donde finalmente se eligió al nuevo Pontífice.

La elección comenzó el lunes pasado a las 4:30 pm, hora de Roma, (14:30 GMT), cuando los 115 cardenales de 52 países que tienen derecho a voto entraron a la Capilla Sixtina en solemne procesión. Después de haber prestado juramento el último de los Cardenales electores, el Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias pronunció el extra omnes ("fuera todos") y los ajenos al Cónclave salieron de la Capilla Sixtina. Los cardenales, ahora a puerta cerrada, han quedado incomunicados hasta que seleccionen al próximo líder de la Iglesia Católica.

Los Cardenales Electores celebraron por la mañana la Santa Misa "pro eligendo Papa" en la Basílica de San Pedro, que precede al cónclave, y en la que se invoca la Guía Divina.

La Misa fue presidida por el hoy Santo Padre quien en su homilía, ya hablaba a los cardenales resistir los peligros que acechan a la fe católica.

El Vaticano dispuso estrictas medidas de seguridad para que los detalles de las deliberaciones de los cardenales no lleguen al mundo exterior.

Un acto de Fe*

“El nuevo Papa ya ha sido escogido por el Espíritu Santo. Nuestra tarea es la de rezar para comprender quién es el elegido”, dijo por su parte el Cardenal Ennio Antonelli, Arzobispo de Florencia (Italia), durante una concurrida Misa celebrada en Sant’ Andrea delle Fratte, ubicada en el centro de Roma, cerca de la Plaza España.

“Nosotros no sabemos quién será el Papa. Ninguno de nosotros puede decirlo en este momento”, dijo a su vez el Cardenal Norberto Rivera Carrera, Arzobispo de Ciudad de México. “Creo que el Espíritu Santo ya lo sabe, pero aún no nos lo ha comunicado”, agregó el purpurado mexicano, durante la Misa que celebró en la Iglesia de San Francisco de Asís en la zona de Ripa Grande en Roma.

El Cardenal Marc Ouellet, Arzobispo de Québec (Canadá), dijo el domingo en Roma que el Cónclave no es un acto político, sino un acto de fe. Comentando el Evangelio del Buen Pastor, el Purpurado canadiense recordó que “el Cónclave le da a esta fiesta un carácter particular ante la ausencia del Papa. Por eso, quiero invitarlos a la oración por elección que harán los cardenales”.

El Cónclave, explicó el Cardenal, “no es un acto político, basado en cálculos humanos, sino un acto de fe, que busca elegir al buen Pastor sucesor de Pedro”; y por eso “involucra a toda la comunidad y no sólo a los cardenales”.

El Cardenal describió el período de Juan Pablo II como “el Pontificado que ha macado la historia contemporánea como ningún otro del siglo 20”; y recordó que el Papa difunto “escogió hace seis meses a mi ciudad, Québec, como sede para el próximo Congreso Eucarístico Internacional en el 2008, coincidiendo con el 400 aniversario de su fundación”.

“Los días inolvidables que vivimos ahora nos hacen apreciar la grandeza de ser miembros de la Iglesia católica”, dijo el Cardenal; quien concluyó pidiendo a Dios para que “podamos estar bien preparados para acoger al nuevo Papa y prestar nuestra solicitud a su ministerio pastoral y a su magisterio”.

Con Información de Aci Digital reproducida con permiso.

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