San Guillermo

17.6.14

 

     Un exhausto pero siempre seguro servidor de ustedes les saluda desde Fortaleza, Brasil, donde el equipo mexicano ha jugado su segundo partido de la copa del mundo.

Resulta que, por esas cosas raras de la vida, fui convocado de último momento para viajar con el grupo de narradores que cubriría el partido para la televisión mexicana, por supuesto con Televisa Deportes, saliendo la madrugada de hoy a las 5:00 a.m. y prácticamente sin dormir.

Llegamos directamente al estadio y ahí hemos estado todo el santo día, comiendo comida chatarra y aburriéndonos como ostiones, acompañados de Cuauhtémoc Blanco y Javier Aguirre, quienes la verdad, se la han rifado como machines.

Pero todo tuvo su recompensa luego de ver al cuadro azteca sacar un empate a sangre y fuego ante la selección anfitriona, con una soberbia actuación del arquero Guillermo Ochoa.

La verdad, todo mundo habla de un resultado histórico y tienen razón pero hasta el momento, no sirve para nada. Si Croacia le gana a Camerún, el Tri estará obligado a, por lo menos, empatar con los europeos para calificar.

Lo mejor del encuentro después de Ochoa fue la impresionante cantidad de mexicanos que asistieron al estadio Castelao de esta pequeña pero bonita ciudad. De los sesenta mil que le caben, por lo menos quince mil portaban camisolas verdes o rojas, tomaban cerveza como descosidos y cantaban el cielito lindo a la menor provocación.

En las redes sociales hay personas que preguntan si de verdad el empate ante Brasil es para hacer tanta boruca. Creo que no, sinceramente, pero de haber perdido, se hubiera comprometido seriamente la posibilidad de calificar.

Otro tema que preocupaba era el arbitraje, ya que los pupilos del “piojo” fueron perjudicados en su primer partido y a la verde-amarelha se le echó una manita en su juego ante Croacia.

Afortunadamente, el arbitraje del turco Cuneyt Cakir no influyó absolutamente nada en el resultado final. El tipo  sacó los cartones que tenía que sacar y en el momento justo del encuentro. Brasileños y mexicanos tienen que reconocer que si no se hicieron daño, nada tuvo que ver el nazareno en ello.

En otro tema, hizo su aparición en el mundial el juez azteca Marco Antonio Rodríguez en el juego entre Bélgica ante Argelia. Los reportes son muy halagadores y espero que siga por la senda del triunfo.

Ya me voy de regreso para Río de Janeiro y mañana le cuento como nos fue. Un abrazo

 

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