Regreso con gloria

  29.6.14

       Hace muchos años, vi una película que me impactó por su fuerte contenido y por las tremendas actuaciones de los protagonistas Jon Voight, Bruce Derm y ese cuerazo que hasta la fecha es Jane Fonda. El tipo que vuelve de la guerra, condecorado como héroe pero cuadripléjico, condenado a vivir una existencia miserable, con una pensión raquítica otorgada por el gobierno norteamericano y pegado a una silla de ruedas, hace un contrasentido difícil de comprender.

“Regreso sin gloria” era el título y me permito tomarlo para parafrasear lo sucedido con la selección nacional en la dolorosa eliminación ocurrida en el estadio “Castelao” de la ciudad de Fortaleza.

México hizo, según mis cuentas, un dignísimo mundial. Usted tiene todo el derecho a estar en desacuerdo pero me permito recordarle que un servidor es dueño solo de su opinión, no de la verdad.

Borrar los fantasmas de una eliminatoria de pesadilla, calificar acá en un grupo complicado que incluía al anfitrión y tener al subcampeón del mundo al borde de la derrota no pueden ser minimizados a la luz del resultado final.

Lo único que yo podría reprocharle al Tri es que siento que traicionó su estilo. Normalmente va en pos del arco rival y conserva la tenencia de la pelota pero ahora, luego de ponerse en ventaja, replegó las líneas dejándole la iniciativa a un cuadro holandés que parecía totalmente muerto.

Los cambios tampoco parecieron funcionar e incluso se antojó absurdo preferir a Javier Aquino, que no había jugado, sobre Marco Fabián, sobre todo si el que salía era un fundido Giovani dos Santos, autor de un gol de magnífica manufactura.

Pero llegó lo que muchos temíamos: El peso específico de los estrellas naranjas. En un rebote sin chiste, Wesley Sneidjer la prendió como si fuera sencillo, colocándola al rincón del arco defendido por Memo Ochoa.

De ahí en adelante faltó prudencia, ya que el tiempo extra, con un cuadro tulipán fundido, era inminente, sin embargo, nadie cuidó el resultado y Arjen Robben, en un esfuerzo digo de mención, alcanzando sobre la línea de meta un balón aparentemente perdido, finge una falta que compra barata el portugués Pedro Proenca y la historia empezaba a tomar tintes de tragedia.

En fin, el equipo mexicano, que había levantado una expectación como nunca, se va derrotado como siempre, solo con la diferencia de que ahora lo hizo con decoro. Sobrará tiempo para el análisis pero perder con Holanda, “háiga sido como háiga sido”, no es ningún desdoro.

También se siente feo saber que Costa Rica, supuesto rival en cuartos de final, ha llegado más lejos que el cuadro azteca. Ahora enfrentará a Holanda en lo que esperamos sea una venganza deportiva.

 

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