La Paz: Entrevistas

Conversando sobre la paz con Víctor Melícias López

Víctor Melícias López, portugués, es miembro ejecutivo del Comité Económico y Social de las Comunidades Europeas (ECOSOC-UE) y Vicepresidente del Comité Social Europeo (CSE). También responsable de la Delegación del Comisionado de Soporte a la Transición en Timor Oriental (CATTL) y Presidente de la Fundación de Casas de la Misericordia de Portugal.

Usted siempre manifiesta que en la diversidad se encuentra la riqueza del hombre, pero frecuentemente las diferencias son la causa de los conflictos.

-Construir una casa de todos y para todos es esencial para que haya paz en el mundo. Necesitamos crear una globalización humana de hombres y para los hombres. Tenemos que hallar espacios de equilibrio, armonía y convivencia pacífica, aunque cada vez más hayan más condiciones contrarias que nos dificulten este fin. En estos momentos el reto de los hombres es muy grande. Debemos conseguir que sin matar la diferencia, es más, valorizando la diferencia cultural de cada persona, todos los hombres podamos darnos las manos para construir un mundo donde vivir en plena libertad personal. Tenemos que conseguir que la especifidad de cada persona y cada pueblo no sea contraria a la construcción de lo común. En el fondo de todo está la necesidad de comprender que la diferencia enriquece, vuelve más vivo el ser cultural del hombre. La multiculturalidad debe transformarse en interculturalidad, enriqueciéndonos mutuamente, no dominando imperialísticamente.

Es decir, ¿deberíamos hallar una globalización opuesta a la actual?

-Sí. Ahora estamos viviendo una globalización errónea, no estamos haciendo el camino que deberíamos hacer. El escritor inglés Gilbert Keith Chesterton decía: «El hombre moderno esta un poco fuera de los caminos porque ha perdido los valores y está en riesgo de perder el horizonte, está en riesgo de caer en la desolación total. Para que nuestra casa sea la de todos, hay que redescubrir y revalorizar los valores, hay que hacer una globalización ética, una globalización de valores».

¿Pero hallaríamos valores universales?

-No pido una globalización de las éticas o de cada valor, sino una globalización respetuosa con los valores propios de cada cultura. Debemos crear una globalización en que los intereses no estén por delante del amor. Hay que redescubrir la relación del afecto y acabar con la globalización que tenemos ahora, conducida sólo por los intereses comerciales, financieros y materiales. Actualmente no estamos globalizando la solidaridad, los intereses de unos por los otros; al contrario. No nos creemos que todos somos hombres.

¿Ha sido esta globalización mal entendida la causante de tantas guerras en este último siglo?

-Muchas guerras nacen de la injusticia de los que piensan que su cultura es más importante, más moderna, más perfecta que la cultura del otro, o que su religión también es más perfecta que la religión del otro, sus derechos más derechos y su justicia más justa que la del otro. Estas presunciones hacen que se generen conflictos entre las personas, entre los grupos.

¿ Y para hallar la paz por donde empezaría usted?

-El desarrollo de la paz debe hacerse desde la solidaridad. La solidaridad quiere decir «todos», sólido. Es decir, somos parte de un mismo todo, somos corres-ponsables. Si hay hambre en el mundo, tenemos parte de responsabilidad. Si hay injusticia, si hay desorientación, … también tenemos parte de responsabilidad. La solidaridad no es un sentimiento ocasional del corazón delante una imagen, es una voluntad determinada orientada a realizar el bien de todos. Solidaridad es igual a corresponsabilidad.

Usted ha sido responsable del Comisariado de la Transición en Timor Oriental. ¿Este país, después de tantos sufrimiento, como puede tener paz?

-La paz no se puede imponer por decreto, se debe llegar a ella mediante la pedagogía, es decir, educando a la gente. Antes se educaba a la gente desde los púlpitos o en el hogar, allí se enseñaban los valores. Pero ahora tenemos que aprovechar las nuevas tecnologías y hacerlo mediante la televisión o internet. Pero la realidad es que en muchas parte del mundo este lenguaje mediático no se entiende. En Timor hubieron muchas barbaridades, tanto entre los mismos habitantes como por parte de los indonesios. ¿Cómo construir la paz encima de tanta crueldad sufrida? Pues sólo hay una forma, haciendo justicia y pidiendo y dando perdón desde el corazón, olvidando toda venganza. El discurso de la reconciliación tiene que ser diario.

Entrevista elaborada por los redactores de la Hoja Informativa de la Carta de la Paz.

Octubre de 2007

http://www.cartadelapaz.org

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