La detención del empresario nipón Takafumi Horie

Fundó la empresa de Internet Livedoor con US$ 50.000. Y construyó un imperio. Acusado de fraude, su detención provocó el peor desplome accionario en 15 años.

Tokio. Ansa, AP y The New York Times.

Takafumi Horie, presidente y fundador de la empresa Livedoor, y considerado el nuevo símbolo de la economía japonesa, fue arrestado ayer acusado de publicar y beneficiarse con información falsa acerca de su compañía, lo que ha generado en Japón uno de los peores escándalos financieros desde la devaluación del yen en 1990.

Según fuentes de la fiscalía, Livedoor logró expandirse mediante un esquema basado en la manipulación de acciones y difusión de rumores para hacer subir el precio de las acciones al igual que la falsificación de los libros contables, lo que les permitió un aumento del valor de sus propiedades.

Al conocerse las acusaciones contra Horie, y otros tres ejecutivos de la empresa, la confianza de los inversores en el mercado japonés se puso en duda, lo que llevó a la Bolsa de Valores de Tokio —considerada la más importante de Asia— a finalizar el miércoles pasado sus actividades 20 minutos antes de su horario de cierre, debido a la cantidad de movimientos accionarios que se produjeron y que generaron una saturación de su sistema de ventas.

El resultado final de este cierre, fue el desplome del Nikkei. El índice bursátil más importante de esa plaza llegó a su punto más bajo de los últimos 15 años. Este referente financiero —igual que el Dow Jones en Wall Street— se basa en las 225 empresas más sólidas del Japón, por lo que el alza o la baja de este indicador, refleja el comportamiento del resto de las acciones que se negocian durante el día en la Bolsa.

Livedoor, compañía creada en 1996 por el propio Horie con un presupuesto de 50 mil dólares, logró en 10 años convertirse en un gigante de US$ 6 mil millones y abarcar un conglomerado de 40 empresas, convirtiendo a su portal en Internet "www.livedoor.co.jp"; en su principal fuente de ingresos. En el sitio se pueden encontrar desde consultoras financieras hasta entradas para conciertos. Con la caída de la Bolsa de Tokio, y la no compra de acciones de la empresa, Livedoor perdió cerca de dos tercios de su valor, cotizándose la semana pasada en US$ 4.500 millones.

Excéntrico, popular y con una vida llena de lujos, Horie implementó dentro de la sociedad nipona la llamada "doctrina Horiemon", apodo que ganó por su actitud poco convencional de hacer negocios. "El dinero es todo y es fácil hacerlo en la Bolsa", repetía en sus entrevistas, por lo que para muchos jóvenes empresarios, "Horiemon" era considerado el nuevo Bill Gates japonés. El año pasado, el primer ministro Junichiro Koizumi, y quien muchos consideran uno de sus "protegidos", lo invitó a participar de las elecciones parlamentarias con el fin de atraer el voto de los jóvenes, pero no logró alcanzar los votos necesarios.

A pesar de su popularidad, la clase tradicional japonesa nunca estuvo de acuerdo con su "doctrina" por lo que no dudaron en asegurar que "el dinero se debe ganar con el sudor de la frente. La fortuna de Horie es un insulto para millones de trabajadores honestos y conscientes".

Las reacciones en el mundo de la economía y las finanzas fueron similares. "Habrá que revisar las leyes para prevenir escándalos semejantes", dijeron desde la Bolsa de Tokio. A pesar de estas declaraciones, el centro financiero cerró ayer en baja, arrastrado por un nuevo escándalo: el allanamiento de las instalaciones de Yamaha Motor, empresa acusada de haber vendido de manera ilegal, nueve helicópteros a China entre 2002 y 2005.

El Clarín. Martes 24.01.2006

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