Seguir a Jesucristo

Ser discípulo de Cristo es algo que cuesta trabajo, pero da muchísima felicidad.

SEGUIR A JESUCRISTO

CHARLA: “EL SEGUIMIENTO DE JESÚS”

A partir de la resurrección, el proyecto del Reino de Dios, anunciado y vivido por Jesús, se presenta a los DISCÍPULOS como una exigencia, como un reto, como un proyecto de vida. Por eso los discípulos siguen el camino que les señaló su Maestro. Aceptan a Jesús como el valor central de sus vidas y se deciden a vivir sus mismas actitudes y a continuar su misión de anunciar y hacer presente el Reino de Dios.

El libro de los Hechos de los Apóstoles nos narra en sus primeros capítulos cómo vivían LOS PRIMEROS CRISTIANOS. Su vida era también un seguimiento de Jesús. Seguían a Cristo en la fe, aceptando su Persona y su doctrina; seguían a Cristo en el culto, por medio de la oración y de la «fracción del pan»; seguían a Cristo en la vida, viviendo la fraternidad y compartiendo los bienes que poseían; seguían a Cristo en el apostolado, llevando el Evangelio a las personas y comunidades que no lo conocían.

Hoy, como ayer, Cristo sigue cruzándose en la vida de muchos hombres y mujeres y los invita a seguirlo en el servicio a los demás. Algunos han aceptado la invitación: Martin Luther King, el obispo brasileño Hélder Cámara, el hermano Roger de- Taize (Francia), la Madre Teresa de Calculta, Raúl Follereau, Pedro Casaldáliga, etc.

Cristo nos invita también a nosotros a seguirlo. Creer en él es ponerse en camino y seguir sus huellas. EI auténtico seguidor de Cristo es, en primer lugar, aquel que tiene las ACTITUDES FUNDAMENTALES que vivió Jesús: actitudes de servicio, de solidaridad, de liberación, de perdón, de obediencia y entrega total a Dios y a su proyecto de salvación.

El seguidor de Jesús, en segundo lugar, es UN TESTIGO del Evangelio que se pone a anunciar y construir el Reino de Dios que está ya en marcha.

El seguimiento es un CAMINO DE CRUZ Y SERVICIO. El seguidor no puede esperar mejor suerte que Jesús. El seguimiento exige renuncia, pobreza, humillación, sacrificio. Cruz y servicio son los signos del verdadero seguidor de Cristo.

A todos esos jóvenes desorientados, despersonalizados, mediocres, que siguen a las «estrellas» del espectáculo, Cristo los invita a que sigan el camino que recorrió Él: el camino del Evangelio. Un camino que no conduce al desencanto sino a la realización plena y a la felicidad verdadera.

COMPROMISOS

Cómo puedo ser seguidor de Cristo:

… en mi casa

…en mi escuela

…en mi trabajo

…en mi barrio

…en mi parroquia

ERES DISCÍPULO DE JESÚS SI…

1. SI clavas sonrisas como banderas en todos los caminos de los que están sentados en la angustia existencial y en la marginación.

2. SI prestas a Cristo tus manos para que siga acogiendo y acariciando a los sin rostro atrayente… si prestas a Cristo tus labios, tu corazón, tu ser entero, para que siga amando a los desheredados de caricias y de los más elementales cuidados.

3. SI pasas por la vida disminuyendo las tristezas y las penas de los hermanos, que es, según el poeta, el trabajo más grande.

4. SI ofreces la propia sangre a cada instante como moneda de rescate por los aburridos y desencantados.

5. SI tienes manos abiertas para acoger, acariciar, levantar, sostener y ayudar a los débiles y pequeños.

6. SI tienes un estilo festivo de vivir, y el encanto, la sonrisa, el saludo y felicidad son los cuatro pilares de tu personalidad.

7. SI pasas por este mundo brindando alegría y disminuyendo las tristezas de los enganchados a las esclavitudes de la sociedad de consumo.

8. SI repartes a diario el pan de la alegría a los hambrientos del gozo y de la sonrisa.

9. SI te haces fortaleza para el débil, amistad para el abandonado y sonrisa para el desilusionado.

10. SI proclamas que el Cristianismo es una convivencia festiva, un estar de fiesta con Jesús, que es El mejor amigo, porque es el amigo que nunca falla. Si das a entender que el elemento festivo es algo esencial al Cristianismo… Si vives todo esto desde tu corazón, tú, chica o chico, serás «discípulo de Jesús».

¡Evidente!

(RICHARD CUADRADO T.)

LAS OPCIONES DE JESÚS

Jesús opta por no alardear

de su rango de Dios,

de su poder de hacer milagros,

de su condición de Rey o Mesías,

de su sabiduría y santidad.

Jesús opta con preferencia

por los humildes y sencillos,

por los niños y los ancianos,

por los ciegos y los leprosos,

por los pecadores y las prostitutas,

por los pobres y los medios pobres,

por los que hacen obra de paz.

Jesús opta siempre por el amor,

por la alegría y la esperanza,

por la igualdad y la libertad,

por la oración íntima con su Padre,

por liberar a los oprimidos,

por quitar carga y fuego a la Ley,

por las flores y los pájaros,

por renunciar a los ejércitos aún de ángeles.

Jesús opta desde su propia libertad interior

-Él, el hombre libre por excelencia-;

desde las limpias raíces de su corazón

buscando siempre la voluntad del Padre

desde su profunda comprensión de los hombres

Y odiarse siendo hermanos.

Jesús, Palabra del Padre, opta

no tanto por la palabra sino por la vida:

es su vida el anuncio del Reino,

es su experiencia lo que convierte en mensaje,

es su amistad lo que ofrece,

es su muerte la denuncia y la crítica del pecado.

Jesús opta y queda comprometido:

su carne es carne de dolor,

su Madre, una mujer de pueblo,

su cuna, la cueva de Belén,

sus pajes, pastores que velan al raso,

su profesión, carpintero de Nazaret,

sus elegidos, pescadores de Tiberíades,

su casa, los caminos desérticos de Palestina,

su trono real, la cruz del Viernes Santo,

sus sacramentos, agua-pan-vino-aceite-amor,

su Reino, un pueblo de luces y sombras.

Jesús ha optado -y no se vuelve atrás

por ti, hermano y por mí,

por nuestros amigos y compañeros,

por quienes sufren en el hospital,

por los que están en paro,

por los inocentes que mueren, por quienes…

(Juan SANCHIS FERRAIRO)

ORACIÓN

Señor Jesús, a tu paso por el mundo,

inauguraste un nuevo estilo de ser persona;

una forma nueva de ser hombre entre los hombres.

De entrada renunciaste al poder y al tener.

Por no tener, no tenías ni un palmo de tierra para recostar la cabeza.

Para ti, el amor nunca fue propiedad privada.

Derribaste la barrera entre el pariente y el extraño,

el amigo y el enemigo, el pecador y el santo.

Tú amaste a corazón abierto; a nadie negaste la amistad y el trato.

A libertad ninguno pudo ganarte.

Andabas por calles y plazas diciendo tus verdades;

saltaban de gozo los pequeños, rechinaban los dientes los sagaces.

Unos te odiaban, otros te aclamaban,

y tú sin reparar en colores,

te dedicabas a hacer el bien a manos llenas.

Nunca te faltó un grupo de incondicionales, amigos de verdad.

Los Herodes y Pilatos de turno no perdonan; un día acabaron contigo.

Pero una mañana de Pascua alguien gritó:

«El que matasteis está vivo; aquí hay unos testigos».

Señor Jesús, como ayer, hoy nos dices: Amigos veniros conmigo;

no traigáis ni cayado de mando ni cartera;

dejad los dividendos y vuestra abultada cuenta de egoísmos;

el servicio aquí es de valde y a fondo perdido.

Desde hoy nos vamos contigo.

«Tú lograrás que los sin-amor de esta tierra seamos tu amor;

los deformes y feos, tu hermosura;

los inquietos, tu descanso; los sin-palabra, tu palabra».

Aunque no tengas madriguera ni nido, te seguiremos a donde vayas,

entre los más pobres, los mas sucios, los más proscritos y perdidos.

(A. DANOZ)

————–

Un proceso de Formación para los Grupos Juveniles 2

Javier González Ramírez

Editorial San Pablo

(Este texto sólo puede ser utilizado para fines de formación juvenil. Se prohíbe el uso lucrativo con cualquier contenido de este material)

Fuente:

Pastoral Juvenil Monterrey.

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10 comentarios

  1. 5Y de la misma manera, también ha quedado en el tiempo presente un remanente conforme a la elección de la gracia de Dios. 6Pero si es por gracia, ya no es a base de obras, de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra.

  2. Seguir a Jesús significa esforzarse por ser como Él. Él siempre obedeció a Su Padre, por tanto esto es lo que nos esforzamos a hacer (Juan 8:29; 15:10). Para seguir a Cristo verdaderamente significa hacerle a Él el jefe. Eso es lo que significa hacer a Jesús Señor de nuestras vidas (Romanos 10:9; 1 Corintios 12:3; 2 Corintios 4:5). Cada decisión y sueño se filtran a través de Su Palabra con el objetivo de glorificarlo en todo (1 Corintios 10:31). No somos salvos por las cosas que hacemos para Cristo (Efesios 2:8–9) sino por lo que Él ha hecho por nosotros. Debido a Su gracia, queremos agradarle en todo. Todo esto se logra cuando permitimos que el Espíritu Santo tenga un control completo de cada área de nuestras vidas (Efesios 5:18). Él explica las Escrituras (1 Corintios 2:14), nos capacita con dones espirituales (1 Corintios 12:4-11), nos consuela (Juan 14:16) y nos guía (Juan 14:26). Seguir a Cristo significa aplicar las verdades que aprendemos de Su Palabra, y vivir como si Jesús camine junto a nosotros en persona.

    Romanos 11-6
    5Y de la misma manera, también ha quedado en el tiempo presente un remanente conforme a la elección de la gracia de Dios. 6Pero si es por gracia, ya no es a base de obras, de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra.

  3. me gusta pues es lo que ando buscando, tengo 3 grupos de jovenes y siempre busco algo diferente, ser mas dinamica y directa, esto me gusta muchas gracias.

  4. Me gusta el artículo por lo directo y claro del mensaje. Excelente para evangelizar a los hermanos. Muchas gracias, era lo que buscaba

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