TRES NOTICIAS

Cuando está por reanudarse la actividad deportiva en el Mundial de Sudáfrica, hemos recibido sin pesar la noticia, esperada por demás, de la renuncia de Javier Aguirre a la dirección técnica de la selección mexicana.

Lástima que la imagen de congruencia, valor y rectitud con la que el “Vasco” se integró al timón nacional haya quedado tan maltrecha, por culpa no de la eliminación del equipo sino por la forma poco clara y directa con que se condujo. Ni hablar, suerte para lo que le venga.

En los entretelones mundialistas, hubo noticias en cuanto al “otro equipo” mexicano, el integrado por los señores silbantes y ora sí que como se dice coloquialmente, las hubo buenas y malas, ¿cual quieren oír primero?

La primera es que nuestros coterráneos libraron el corte de jueces que la FIFA lleva a cabo terminando los octavos de final. Ahí son “cepillados” aquellos árbitros cuya incapacidad quedó de manifiesto en los juegos que les tocaron y esos cuyos equipos están involucrados en la decisiva fase de cuartos de final.

Jamás he estado de acuerdo con esta liberación de nazarenos ya que creo obedece a un criterio meramente económico. Un árbitro sueña y se prepara toda su vida para asistir a un Mundial y me parece injusto que a la mitad del evento, ¡adiós!, por las razones que sea. La Comisión respectiva tiene el derecho de no volverlos a designar pero regresarlos es algo cercano a la humillación.

La segunda noticia es mala: Ninguno de los árbitros mexicanos, centrales o asistentes, fueron tomados en cuenta para la fase que se disputará entre viernes y sábado. Teníamos confianza en que aparecieran en estos encuentros donde, con todo respeto, han tenido cabida jueces de poca personalidad como Carlos Batres de Guatemala pero ni hablar, los criterios para designar pueden parecer insondables.

La tercera indica que nuestros conspicuos representantes arbitrales, en caso de ser tomados en cuenta, saltarían a la cancha a uno de los partidos más importantes del torneo como son las dos semifinales, el juego por el tercer lugar o la Gran Final.

Particularmente creo que la intervención de Marco Antonio Rodríguez ha concluído y no por falta de aplicación sino por que tiene cuerda y edad para asistir a otros eventos de esta categoría. El caso de Armando Archundia es distinto pues por edad, es su último torneo y seguramente lo veremos aparecer de nuevo.

El único juego que no me gustaría que le dieran es esa “patochada” consistente en sacar al tercer y cuarto lugares. En FIFA le llaman la “pequeña final” y yo les digo que es el partido que nadie quiere jugar.

En fin, suerte para los nuestros y de todo corazón deseamos que se le tenga reservado a uno de ellos incluso el partido grande, la mera mera Final. Esa sería una gran noticia.

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