La Copa del Mundo está a punto de empezar y personas procedentes de todo el mundo hacen su llegada en forma masiva a las diferentes ciudades del país anfitrión, llevándose en ese sentido las palmas Johannesburgo, dado que ahí tendrá lugar el juego inaugural.
Lo primero que llama la atención del visitante es el contraste que se mira por doquier entre las diferentes zonas de la ciudad. Podemos estar en el centro de la ciudad, lleno de bancos y oficinas que aunque viejos, transmiten una sensación de modernidad; De pronto aparecen barrios marginales que a decir de los lugareños, son peligrosos hasta para la policía y se pasa también por tramos fabriles y con bodegones que albergan a la industria maquiladora del país.
Esos mismos contrastes se encuentran a lo largo y ancho de Sudáfrica y eso que esta ciudad es el centro financiero no solo de esta nación sino de toda África, así que hasta frío da imaginarse como andarán los demás.
Los periodistas del mundo tendremos como albergue laboral el Centro Internacional de Prensa, (IBC, por sus siglas en inglés) y desde esta especie de “Torre de Babel” dónde se pueden escuchar todas las lenguas, saldrá la información calientita que llegará hasta el último rincón del planeta.
Este centro neurálgico de la información parece funcional pero, otra vez los contrastes, nada tiene que ver con lo presenciado en Japón-Corea y en Alemania. Para que tenga usted una idea, solo está pavimentada la calle de la entrada y todo lo que queda alrededor para área de estacionamiento, pues no se alcanzó a terminar y nos lo dejaron con pura tierrita.
Otra cosa digna de mencionar es la amabilidad de los habitantes, ya sean empleados del hotel, de los comercios o ciudadanos en general que se esmeran en atender y orientar al visitante. Eso sí, he entendido que en Sudáfrica se habla un idioma muy parecido al inglés, por lo que cuesta un trabajo endemoniado comprender las explicaciones de los lugareños.
Se maneja al revés, es decir, con el volante del lado derecho y casi todos los vehículos son standard o sea, de velocidades. Esto ha motivado el enojo y la preocupación de varios de mis compañeros, sobre todo los que tiene que viajar al interior, pues temen darse un buen golpanazo a las primeras de cambio.
La moneda es el “Rand” y para que tenga usted una idea, vale más o menos 2 pesos mexicanos y cambiar dinero es una monserga pues hay que llenar varios formularios y hacerlo solamente en instituciones bancarias.
Asistimos a un Centro Comercial que es supuestamente el lujo de la ciudad y la verdad, es un complejo con tiendas de marca y restaurantes pero bastante modestito.
En fin, solo esperamos el arranque formal del evento pero nos han dado una buena bienvenida a Sudáfrica.
