C. La confesión antes de la boda

La Confesión es una excelente oportunidad para que los futuros esposos empiecen una nueva vida y reciban todas las gracias necesarias para que su matrimonio tenga éxito.

"Para aquellos que hayan estado retirados del sacramento de la Reconciliación y de la vida de indulgencias, yo les hago esta súplica: regresen a esta fuente de gracia; no teman. Cristo los está preparando. El los curará y ustedes estarán en paz con Dios".[1]

Prepárense cuidadosamente para la Confesión antes de recibir el sacramento del Matrimonio. La Confesión es una excelente oportunidad para que los futuros esposos empiecen una nueva vida y reciban todas las gracias necesarias para que su matrimonio tenga éxito. Se recomienda una Confesión general por todos los pecados de la vida pasada, especialmente en los casos en los que pueden haber pasado varios años desde la última confesión y antes del matrimonio.

El requerimiento básico para una buena Confesión es tener la intención de regresar a Dios como el hijo pródigo[2] y confesar los pecoados con verdadero arrepentimiento ante su representante, el sacerdote.[3] Muchas parejas han encontrado que este sacramento, aparte de su beneficio espiritual, les ha permitido llegar al matrimonio con más alegría.

I. EXAMEN DE CONCIENCIA[4]

Examine su conciencia. Recuerde sus pecados. Pregúntese calmadamente lo que ha hecho con pleno conocimiento y consentimiento contra los Matrimonios de Dios. La lista que sigue no pretende intimidar a los penitentes prospectos. Es necesario ser minucioso y demandante con uno mismo. Si ha pasado mucho tiempo desde la última confesión, probablemente vale la pena acudir al sacerdote más de una vez. No tema buscar sus consejos con la confianza de que a pesar de que los pecados pueden ser graves y muchos, con verdadero arrepentimiento, Nuestro Señor siempre perdona.

PRIMER MANDAMIENTO

. ¿He realizado mis obligaciones hacia Dios de mala gana?

. ¿Hice mis oraciones usuales?

. ¿Recibí la Sagrada Comunión en estado de pecado mortal o sin la preparación necesaria?

. ¿Guardé una hora de ayuno antes de la Eucaristía?

. ¿Omití decir algún pecado grave en mis confesiones anteriores?

. ¿Creí seriamente en supersticiones o participé en prácticas supersticiosas (lectura de cartas, horóscopos, lectura de la palma de la mano, etc.)?

. ¿He dudado en asuntos de la Fe?

. ¿He puesto mi fe en peligro leyendo libros, panfletos o revistas que contienen errores o son contrarios a la Fe y moral Católicas?

. ¿He puesto en peligro mi fe uniéndome o asistiendo a reuniones y actividades de organizaciones contrarias a la Iglesia o a la Fe Católica (reuniones de oración no Católicas, Partido Comunista, Francomasonería, "cultos misteriosos" y otras religiones)?

– ¿He cometido el pecado de sacrilegio (profanación de una persona, lugar o cosa sagrados)?

SEGUNDO MANDAMIENTO

– ¿He tratado de hacer lo mejor para cumplir las promesas y resoluciones que le he hecho a Dios?

. ¿He tomado el nombre de Dios en Vano?

– ¿He empleado el nombre de Dios mofándome, bromeando, enojándome o en alguna otra forma irreverente?

– ¿He utilizado el nombre de la Virgen María o de los santos mofándome, bromeando, enojándome o en alguna forma erreverente?

. ¿He sido padrino de bautismo y ceremenias fuera de la Iglesia Católica?

– ¿He mentido bajo juramento?

. ¿He roto votos (privados o públicos)?

TERCER MANDAMIENTO

. ¿He faltado a Misa los domingos o días festivos de obligación?

. ¿Me he distraído durante la Misa, no poniendo atención, viendo algo por curiosidad, etc?

. ¿He llegado a Misa muy tarde sin motivo suficiente, de manera que no he cumplido con la obligación dominical?. ¿Me he comportado mal o adoptado posturas o vestido inadecuado en la Iglesia?, ¿He provocado que otros se distraigan?

. ¿He ayudado con generosidad a la Iglesia de acuerdo a mis posibilidades?

. ¿He guardado el ayuno y la abstinencia los días prescritos por la Iglersia?

. ¿He hecho algún trabajo o negocios que pudieran impedir la devoción debida a Dios, guardar el Día del Señor o la relajación adecuada de mente y cuerpo los domingos y días festivos de obligación?

CUARTO MANDAMIENTO

. ¿Me he negado a ayudar a mi familia en sus necesidades?

. ¿He desobedecido a mis padres?

. ¿He tratado a mis padres con poco afecto o respeto?

. ¿ He peleado con mis hermanos?

QUINTO MANDAMIENTO

. ¿Me enojo fácilmente?

. ¿He tenido envidia o celos de otros?

. ¿He lesionado o quitado la vida a alguien. ¿He sido imprudente al manejar?

. ¿He sido ocasión para que otros pequen con mis conversaciones, bromas sucias, forma de vestir, invitaciones a ciertos espectáculos, prestándoles libros o revistas nocivos, invitándolos a que roben, etc.? ¿He tratado de reparar el escándalo?

. ¿He conducido a alguna persona para que peque? ¿Qué pecados?

. ¿He descuidado mi salud? ¿He intentado quitarme la vida?

. ¿Me he mutilado a mí mismo o a otro?

. ¿He tomado bebidas alcohólicas o drogas prohibidas?

. ¿He comido o bebido más de lo debido, dejándome llevar por la glotonería?¿He participado en alguna forma de violencia física?

. ¿He consentido o participado activamente en la esterilización directa ("salpingoclasia", vasectomía, etc.)?. ¿ He consentido, recomendado o tomado parte en un aborto? ¿Estoy conciente que la Iglesia castiga con la excomunión a los que procuran o practiquen el aborto?

. ¿Me doy cuenta que esto es un crimen grave?

. ¿He lastimado a alguien con mis palabras o acciones?

. Cuando alguien me ofende, ¿deseo vengarme, albergo enemistad, aborrecimiento o sentimientos enfermizos?

. ¿He pedido perdón cuando ofendo a alguien?

.¿He insultado o bromeado a otros?

SEXTO Y NOVENO MANDAMIENTOS

. ¿Me he recreado en pensamientos indecentes?

. ¿He recordado pensamientos impuros?

. ¿He consentido deseos contra la virtud de la pureza, aunque no los haya llevado a cabo? ¿Hubo circunstancias que agravan el pecado (p. ej. la afinidad con, el estado matrimonial o la consagración a Dios de la persona involucrada?¿He participado en conversaciones impuras? ¿Las he iniciado yo?

. ¿He buscado diversión en formas de entretenimiento que me aproximen a ocasiones de pecado (algunas danzas, películas o espectáculos inmorales, lecturas, malas compañías, casas de mala repuración)?

. ¿Me doy cuenta que pude haber cometido un pecado al ponerme en ocasiones de pecado (compartiendo una habitación con una persona del sexo opuesto, estar solo con una persona del sexo opuesto en lugares que se prestan al pecado, etc.)?

. ¿Tengo cuidado de los detalles de modestia y decencia que son salvaguardas de la pureza?

. ¿Antes de asistir a un espectáculo o leer un libro, trato de buscar sus implicaciones morales, para no ponerme en peligro inmediato de pecar y para evitar distorsionar mi conciencia?

. ¿ He albergado sentimientos impuros?. ¿He visto deliberadamente películas inmodestas o buscado libros impuros para mí o para otros? .¿Desee yo deliberadamente cometer estos pecados?

. ¿He inducido a otros a que cometan pecados de impureza o falta de modestia? ¿Qué pecados?

. ¿He cometido actos impuros? ¿Conmigo mismo por medio de la masturbasción, la cual es un pecado mortal? ¿Con alguien más? ¿Cuántas veces? ¿Con personas del mismo sexo o del sexo opuesto? ¿Hubo alguna circunstancia de relación, afinidad, etc. que pudo haberle imprimido al pecado gravedad especial? ¿Tuvieron consecuencias estas relaciones ilícitas? ¿Hice algo para evitar estas consecuencias?

. ¿Tengo amistades que son ocasiones habituales de pecado? ¿Estoy preparado para romper con ellas?

. ¿En el noviazgo, es el amor verdadero mi razón fundamental para tratar a la otra persona? ¿Vivo el sacrificio constante y cariñoso de no poner a la persona que amo en peligro de pecar? ¿Degrado el amor humano confundiéndolo con el egoísmo o el placer?

. ¿He participado en actos como "besuqueo" "caricias", besos apasionados o abrazos prolongados?

SÉPTIMO Y DÉCIMO MANDAMIENTOS

. ¿He robado algún objeto o dinero? ¿Cuál era su costo? ¿Lo regresé, o por lo menos he tenido la intención de hacerlo?

. ¿He causado daño a la propiedad de otros? ¿En qué cantidad?

. ¿He dañado a alguien por decepción, fraude o coerción en contratos o transacciones de negocios?

. ¿He gastado más de lo que tengo? ¿Gasto demasiado dinero innecesariamente por antojo, vanidad o capricho?. ¿He dado limosnas de acuerdo con mi capacidad?

. ¿Tengo envidia de los bienes de mi vecino?

. ¿He dejado de pagar mis deudas?

. ¿He retenido cosas encontradas o robadas?

. ¿He deseado robar?

. ¿Soy diligente en mi trabajo y estudios o me dejo llevar por la pereza o el amor a la comodidad?

. ¿He sido avaro? ¿Tengo un punto de vista exclusivamente materialista de la vida?

OCTAVO MANDAMIENTO

. ¿Acostumbro mentir? ¿He reparado algún daño que pudo haberse producido como consecuencia de esto?

. ¿He acusado injustamente a otros?

. ¿He pecado por detracción, es decir, contando las faltas de otros sin necesidad?

. ¿He pecado por calumnias, es decir, contando mentiras que degraden a otros?

. ¿He juzgado a otros precipitadamente o he sospechado de otros falsamente?

. ¿He participado en chismes, murmuraciones, o calumnias?

. ¿He revelado secretos sin causa debida?

Si recuerda otros pecados graves aparte de los indicados, menciónelos en su Confesión.

Estar verdaderamente arrepentido de los pecados. La expresión de la contrición verdadera por los pecados es la parte más importante del sacramento. Tener verdadero arrepentimiento, teniendo presente que un pecado mortal sin arrepentimiento amerita la pérdida del cielo y los sufrimientos del infierno (contrición imperfecta). La mayoría se arrepiente de haber ofendido a su Padre Dios, quien envió a su hijo único, Jesucristo para que sufriera y muriera por nuestros pecados (contrición perfectas).

La resolución de evitar cometer estos pecados en el futuro (propósito de enmienda) es un signo seguro de que el arrepentimiento es genuino y auténtico. Esto no significa que es necesaria una garantía o promesa de nunca volver a caer en pecado. Una resolución para tratar de evitar las ocasiones cercanas de pecado es suficiente para un arrepentimiento verdadero. La gracia de Dios en cooperación con la intención de rectificar la vida nos dará la fuerza necesaria para resistir y vencer la tentación en el futuro.

Ahora prepárate para hacer una buena confesión.

II DURANTE LA CONFESIÓN

Puede iniciarse la confesión haciendo la señal de la cruz. El sacerdote da una bendición para que pueda hacerse una buena confesión. Uno puede responder recitando una breve oración penitencial tomada de las Escrituras. por ejemplo: "Señor, tú sabes todas las cosas, tú sabes que te amo" (Juan 21, 17). También puede emplearse la apertura tradicional, "Bendígame Padre, porque he pecado. Mi última confesión fue… (cuántas semanas, meses o años aproximadamente).

Mencione los pecados que recuerde. Conviene empezar con el que es más difícil de confesar. Después de esto será más fácil mencionar el resto. Si se recibió la absolución general, decir esto al sacerdote y los pecados que se olvidaron entonces.

Si no se sabe cómo confesarse o si se siente incómodo o apenado, simplemente se pide al sacerdote que lo ayude. Asegúrese que le ayude a hacer una buena confesión. Simplemente se contestan las preguntas sin ocultar nada. Siempre que se haga el mejor esfuerzo, Dios perdona todos los pecados, aún si se olvida mencionar algunos.

Si no se rercuerdan los pecados graves, conviene asegurarse de confesar por lo menos los pecados veniales, diciendo al final: "Me arrepiento de estos y de todos los pecados de mi vida pasada, especialmente… (mencionar en general cualquier pecado pasado por el cual se sienta verdadero arrepentimiento, por ejemplo todos mis pecados contra la castidad, la pureza, etc.)"

Escuchar los consejos que pueda dar el sacerdote. Después de confesar los pecados, el sacerdote generalmente dice algunas palabras de aliento personal y consejos para mejorar la vida Cristiana.

Estar dispuestos a cumplir la penitencia que el sacerdote imponga (alguna oración o buen trabajo) para hacer la reparación de los pecados. Esta penitencia disminuirá el castigo temporal de los pecados ya perdonados.

Decir el Acto de Contrición cuando el sacerdote dice a la persona que exprese su arrepentimiento. Este puede ser en las siguientes palabras o en otras similares:

Oh mi Dios, estoy arrepentido de corazón por haberte ofendido y detesto todos mis pecados porque temí perder el cielo y a las penas del infierno; pero lo que más me pesa es porque te ofendí a ti, mi Dios, quien eres bueno y mereces todo mi amor. Firmemente propongo con la ayuda de tu gracia, confesar mis pecados, hacer la penitencia y enmendar mi vida. Amén.

o:

Señor Jesús, Hijo de Dios, ten misericordia de mi, un pecador.

Después el sacerdote da la absolución en estas palabras: Yo te absuelvo por tus pecados, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Se escucha humildemente la absolución y se responde, "Amén".

III. DESPUÉS DE LA CONFESIÓN

Dar gracias al Salvador por la gracia de la reconciliación que acaba de recibirse.

Pronto y devotamente cumplir la penitencia dada por el sacerdote. Aunque puede recibirse la Sagrada Comunión aún antes de cumplir la penitencia, es recomendable hacerla lo antes posible.

Si se recuerda algún pecado grave que se olvidó decir, puede tenerse la seguridad de que ha sido perdonado con los otros. Pero conviene asegurarse de confesarlo en la próxima Confesión.

RITO DE LA CONFESIÓN

Después de los saludos acostumbrados, el penitente hace la señal de la cruz:

– En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

El sacerdote pide al penitente que tenga confianza en Dios. El sacerdote puede decir:

– Que el Señor esté en tu corazón y te ayude a confesar tus pecados con verdadero arrepentimiento.

Ya sea el sacerdote o el penitente pueden leer o decir de corazón algunas palabras tomadas de las Sagradas Escrituras sobre la misericordia de Dios y el arrepentimiento, por ejemplo:

– Señor, tú sabes todas las cosas; tú sabes que te amo (Juan 21, 17).

El penitente se acusa de sus pecados. El sacerdote da el consejo oportuno, impone la penitencia e invita al penitente a manifestar su contrición. El penitente puede decir, por ejemplo:

– Señor Jesús, Hijo de Dios, ten misericordia de mi, un pecador.

El sacerdote da la absolución:

– Dios, Padre de misericordia, por la muerte y resurección de su Hijo, has reconciliado al mundo con él mismo y enviado al Espíritu Santo entre nosotros por el perdón de los pecados: A través del ministro de la Iglesia, Dios te da su perdón y paz, y yo te absuelvo de tus pecados en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

El penitente responde: Amén.

El sacerdote despide al penitente con esta o con otra fórmula alternativa:

– Por la Pasión de nuestro Señor Jesucristo, la interseción de la Santísima Virgen María y de todos los santos, todo lo bueno que hagas y el sufrimiento que toleres, perdone tus pecados, te ayude a crecer en santidad y te premie con la vida eterna. Ve en paz.

El penitente debe cumplir con la penitencia impuesta.


[1] Homilía de Juan Pablo II en septiembre 13, 1987 en Westover Hills, San Antonio, Texas

[2] Cf. Lucas 15, 17-19

[3] Cf. Juan 20, 23

[4] James P. Socías. Handbook of Prayers. (Chicago, Il.: Midwest Theological Forum, 1993), pp. 323-324

Abreviaciones:

C.A.F

Carta a las familias, Ediciones Paulinas, México 1994

C.C.C

Catecismo de la Iglesia Católica, Ronma, Librería Editrice Vaticana, 1992. .

C.I.C

Codex Iuris Canonici (Código de Derecho Canónico) Ediciones Paulinas, México, 1983

D.E.

Directorio para el Ecumenismo, National Conference of Catholic Bishops (N.C.C.B)

(Conferencia Episcopal de los Estados Unidos), Origins vol 23, no. 9, julio 29, 1993

F.C.

Familiaris Consortio: El papel de la Familia en el Mundo Moderno. Juan Pablo II, Roma, Librería Editrice Vaticana, 1981

S.C.A.

Siga el Camino del Amor: Mensaje Pastoral para las Familias, N.C.C.B., Origins vol no. 25, 1993

G.S.

Gaudium et Spes, Concilio Vaticano II, 1985

G.E.

Gravissimum educationis, Concilio Vasticano II, 1965

H.V.

Humanae Vitae. Paulo VI. Librería Editrice Vaticana, 1968

L.G.

Lumen Gentium, Concilio Vaticano II, 1964

M.D.

Mulieris Dignitalis. Juan Pablo II. Roma, Librería Editrice Vaticana, 1988

N.C.C.B.

National Conference of Catholic Bishops of the United States (Conferencia Episcopal de los Obispos Católicos de Estados Unidos.

O.C.J.

One in Christ Jesus (Uno en Cristo Jesús): Toward a Pastoral Response to the Concerns of Women for Church and Society, por la N.C.C.B., Ad Hoc Committee for a Pastoral Response to Women"s Concerns, Origins vol 22; no. 29, 1993.

S.C.

Sacrosantum Concilium, Concilio Vaticano II, 1963

1 2Página siguiente

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba

Copyright © 2024 Encuentra by Juan Diego Network. Todos los derechos reservados.