De la baja estimación de sí mismo

El Alma:

1. ¿Hablaré a mi Señor, siendo yo polvo y ceniza? Si por más me reputare, Tú estás contra mí, y mis maldades dan verdadero testimonio que no puedo contradecir.

Mas si me humillare y anonadare, y dejare toda propia estimación, y me volviere polvo como lo soy, será favorable para mí tu gracia, y tu luz se acercará a mi corazón, y toda estimación, por poca que sea, se hundirá en el valle de mi miseria, y perecerá para siempre.

Allí me hacer conocer a mí mismo lo que soy, lo que fui y en lo que he parado; porque soy nada y no lo conocí.

Abandonado a mis fuerzas, soy nada y todo flaqueza; pero al punto que Tú me miras, luego me hago fuerte, y me lleno de gozo nuevo.

Y es cosa maravillosa por cierto cómo tan de repente soy levantado sobre mí, y abrazado de Ti con tanta benignidad; siendo así que yo, según mi propio peso, siempre voy a lo bajo.

2. Esto hace tu amor gratuitamente, anticipándose y socorriéndome en tanta multitud de necesidades, guardándome también de graves peligros, y librándome de males verdaderamente innumerables.

Porque yo me pedí amándome desordenadamente; pero buscándote a Ti solo, y amándote puramente me hallé a mí no menos que a Ti; y por el amor me anonadé más profundamente.

Porque Tú, oh dulcísimo Señor, haces conmigo mucho más de lo que merezco y más de lo que me atrevo a esperar y pedir.

3. Bendito seas, Dios mío, que aunque soy indigno de todo bien, todavía tu liberalidad e infinita bondad nunca cesa de hacer bien aun a los desagradecidos y apartados lejos de Ti.

Vuélvenos a Ti para que seamos agradecidos, humildes y devotos; pues Tú eres nuestra salud, virtud y fortaleza.

1 2Página siguiente

Publicaciones relacionadas

5 comentarios

  1. Habla Señor que tu siervo escucha… Dime tan solo una palabra y mí alma quedará sana….
    No pongas oídos sordos a Tu Voz… Quiero oírte, escucharte, mirarte, hablarte, en fin, quiero que Tu y yo seamos uno, que yo no sea más que Tu Reflejo…
    Pero que lejos estoy de todo ello, pues el ruido del mundo me avasalla y me impide realizar mi sueño de tenerte junto a mí, aprender de Tí e imitarte en todo,,,
    Pero para Ti no hay nada imposible… por tu gran misericordia concédeme la gracia de ser el más humilde de tus siervos y como tal, amarte y servirte por el resto de mis días, PERO SIEMPRE CONTIGO… Amén…

  2. Estáte, Señor, conmigo
    siempre, sin jamás partirte,
    y, cuando decidas irte,
    llévame, Señor, contigo;
    porque el pensar que te irás
    me causa un terrible miedo
    de si yo sin ti me quedo,
    de si tú sin mí te vas.
    Llévame en tu compañía,
    donde tú vayas, Jesús,
    porque bien sé que eres tú
    la vida del alma mía;
    si tú vida no me das,
    yo sé que vivir no puedo,
    ni si yo sin ti me quedo,
    ni si tú sin mí te vas.
    Por eso, más que a la muerte,
    temo, Señor, tu partida
    y quiero perder la vida
    mil veces más que perderte;
    pues la inmortal que tú das
    sé que alcanzarla no puedo
    cuando yo sin ti me quedo,
    cuando tú sin mí te vas.

  3. … Tú eres nuestra salud, virtud y fortaleza…. Quédate con nosotros y parte para nosotros el pan… Amén…

  4. Señor… yo no soy digno de que vengas a mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanar mi alma…

    Habla Señor que tu siervo escucha…

    Soy tuyo Señor, de Tí nací y de Tí soy…

    No me dejes caer en tentación y líbrame de todo mal…

    Amén…

  5. Señor… Me pongo en tus manos… Haz de mi lo que quieras…
    Por todo lo que hagas de mi, te doy las gracias…
    Estoy dispuesto a todo… Lo acepto todo con tal de que Tu voluntad se haga en mí y en todas mis obras…
    No deseo nada para mí, sino para Tí…
    Ojallá y lo logre de una manera digna y perfecta…
    Así sea…

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Mira también
Cerrar
Botón volver arriba

Copyright © 2024 Encuentra by Juan Diego Network. Todos los derechos reservados.