Comer juntos en familia

La comida familiar es un excelente momento para educar en los buenos modales, dar encargos y conversar sobre las actividades de cada uno de los miembros de la familia.

El comer todos juntos es buen momento para unir, educar y compartir. De aquí la necesidad de fomentar, desde que los niños son pequeños –siete años o incluso antes- la importancia de comer en la mesa.

ENTRADA:

La importancia de comer en familia

– Ingredientes: Todos los miembros de la familia.

1 mesa de comedor.

– Comida.

Con estos pocos y simples ingredientes se prepara una sabrosa entrada con grandes beneficios familiares.

Saber lo que le está sucediendo a cada miembro y compartir experiencias.

Unir y formar a los miembros de una familia.

Transmitir valores familiares.

Inculcar gustos y tradiciones propias, como por ejemplo una buena receta.

Para lograrlo no se trata de comer juntos en esas ocasiones especiales que se festejan en la mesa como bautizos o cumpleaños, sino por el contrario es la comida diaria la que tiene un gran valor formador para la familia y los padres deben defenderla a toda costa.

Al respecto, la historiadora Lucía Santa Cruz, autora del libro «La Buena Mano» dice: «Hoy se tiende a la dispersión. Por eso es imperioso que quienes viven en un mismo techo tengan la costumbre de juntarse. Y la hora de las comidas permite ese encuentro con periodicidad. Es ahí donde aflora lo que está sucediendo en cada uno de sus miembros, la instancia donde se expresa lo bueno y lo malo que hay en ella. Por el contrario, bandeja en mano, el grupo se reduce a átomos aislados que han perdido toda sociabilización».

Además, como dice José Aldunate, director del Museo de Arte Decorativo «Comer en la mesa es una manera de cuidar lo propio. En la mesa nacen gustos y tradiciones familiares, se repite en los hijos el cómo fuiste educado, se rescatan recetas de la familia».

PLATO DE FONDO: Formación y Enseñanzas

– Ingredientes:

Una buena dosis de paciencia.

Un poco de tolerancia.

Muchas normas de urbanidad.

En muchas casas la «política» es que los más chicos no coman con los grandes porque no se aceptan mañas ni faltas de educación. Pero con este criterio, ¿cuándo se educa si no es en la mesa? Sin duda, que los niños que comen con los grandes aprenden mucho sobre buen comportamiento, pues se está en el lugar preciso para hacerlo.

Con los ingredientes mencionados, la meta es inculcar urbanidad y lograr actitudes tan simples pero importantes como:

– Buena presencia: peinado y manos limpias.

– Respetar el turno para servirse, contener la ansiedad.

– Servirse bien: saber tomar y dejar los cubiertos como corresponde.

– Esperar que todos se sirvan para empezar a comer.

– Sentarse bien y no poner los codos sobre la mesa.

– Comer bien: con la boca cerrada y llevar el cubierto a la boca.

– No jugar con los cubiertos, ni hablar con la boca llena.

– Usar correctamente la servilleta y no levantarse a mitad de la comida.

Con estos detalles se logra un excelente plato de fondo que es el respeto a los demás, evitando que bajo el pretexto de la autenticidad o sencillez se deje entrar la ordinariez.

POSTRE: Todos al servicio

– Ingredientes:

Abundancia de buena voluntad.

Mucha organización.

Un poco de creatividad.

Tras una comida ha habido un esfuerzo oculto de muchos. Alguien compró lo necesario y dispuso qué comer, hubo que poner la mesa y preparar la comida, será necesario lavar y guardar. Entonces, como postre, nada mejor que coronar la comida con una organización en la que todos participen y aprendan desde chicos la importancia de ayudar.

El menú: ¿Qué hago de comer mañana? Puede ser una frase torturadora para una dueña de casa si ésta se repite todos los días. Por eso se puede encontrar un minuto para que todos lancen ideas para el menú semanal. Así éste incluirá las salchichas y papas fritas que pidieron los niños, pero también el charquicán y las lentejas que los alimentan. Además se podrá balancear el menú, de modo que no se topen dos días de caldo o de masas. Y, sobre todo, hará que sea responsabilidad de todos la comida.

Las compras: A esta edad los hijos pueden ser grandes colaboradores a la hora de hacer las compras. Llevarlos para que se hagan cargo de un carro es una buena manera de involucrarlos.

Poner la mesa y ayudar a servir: Los más chicos son especiales para esta tarea. Darlo como encargo fijo y por turnos, evita el desorden que significa que todos se paren o que ninguno lo haga esperando que el del lado «atine».

Salidas fáciles: Hay veces que por falta de tiempo o presupuesto se tiende a la salida fácil. Pero no hay que dejarse engañar: una pizza puede ser más cara que un puré con huevo; y se preparan más rápido unos sabrosos tallarines que los típicos hot dog.

MÁS ALLÁ DE LA MESA

Tal es la trascendencia de sentarse en la mesa, que José Aldunate, director del Museo de Arte Decorativo, analiza paso a paso el acto:

El llamado: El hecho de ser llamado a la mesa implica un momento de calma. Se detiene todo lo que se estaba haciendo por ir a sentarse y estar con los otros. Es un paréntesis en la vida, una especie de retiro espiritual de la familia.

La posición: En la mesa se obliga a estar derecho y hacia adelante, con ello hay una disposición del cuerpo de comunicación y de mirarse más directamente. Hay que destacar que toda reunión importante se hace en torno a una mesa.

El abocarse a comer implica un tiempo obligado de atención, porque en la mesa no se aceptan interrupciones. Para levantarse o ausentarse de ella, debe ocurrir un hecho muy urgente o muy violento.

Alimentarse es un momento que te obliga a hablar. El diálogo es más fluido, porque hay elementos distractores como el «pásame la sal o la ensalada».

Esta instancia es la gran escuela de educación.

LOS SÍ Y LOS NO

A la hora de comida hay reglas que hay que respetar. Y es mejor dejarlas claras con anticipación para evitar peleas posteriores.

– No a las quejas y reclamos por la comida.

– Sí enseñar a agradecer que se tiene algo bueno y caliente para comer y aceptar sugerencias en el menú.

– No poner la televisión en el comedor, pues ella corta toda comunicación.

– Sí a las excepciones que confirman la regla. Por ejemplo, cuando el equipo nacional juega un importante partido.

– No hablar por teléfono y mucho menos ponerle un puesto al inalámbrico.

– Sí aceptar recados que podrán ser contestados después de comida.

– No permitir el sistema de comer en bandeja. No hay excusa que valga para no sentarse en la mesa.

– Sí preparar un detalle que rompa la rutina, como un mantel de papel y lápices el día del santo de uno de los niños.

Publicaciones relacionadas

11 comentarios

  1. Muchas gracias por los consejos, cuando era niña e incluso de adultos en mi familia siempre se compartió las comidas, se oraba agradeciendo por los alimentos recibidos siempre empezaba mi padre, nunca fue permitido levantarnos antes que él terminara y todos ayudabamos con la limpieza de los platos. Ahora me casé y tengo un niño de 3 años pero en la flia de mi esposo nunca se acostumbraron estas cosas y el niño siempre debe comer aparte…luego de NN discusiones terminé sediendo y además está el hecho de que entre el tiempo de refrigerio y el perdido en el tráfico de recoger a mi niño del Nido saliendo del trabajo sólo nos quedan 15 min para comer y mi esposo tiene razón en que cuando lo atiende la Nana come mucho mejor que conmigo….Cómo puedo hacer para inculcar estos valores en mi familia sin contrariar a mi esposo? será que sólo hacerlo los fines de semana es sufieciente? no me ha resultado hasta ahora…espero su apoyo, gracias

  2. mi familia no me cree pero quisiera saber si es cierto que cuando uno esta comiendo no puede hablar de salud o ver en la television cosas como salud heridas cuando uno esta en la mesa comiendo , yo soy bien asquienta ellos no me creen pero quiero ayuda

  3. Muchas gracias por tocar este importante tema, fui también educada con estas normas y recuerdo que al final de la comida quien terminara primero tenía la oportunidad de sentarse en las piernas de mi abuelo y hacer también los daditos de pan que él hacía ….. Pienso ahora, que lo hacía para tener paciencia y esperar hasta que el último termine la comida de su plato….. Mi abuelo era el primero en sentarse y el último en levantarse y no comenzaba a comer hasta que estuviéramos todos reunidos…… De nuevo muchas gracias, lo imprimiré…….

  4. Mi pareja no gusta de cocinar ella es como si lo hiciera por cumplirle a su hija de 15 años, y cuando su hija no esta no cocina cosa que a mi no me importa, al contrario a mi me encanta cocinarles y que te digan que rico¡¡¡ ella cocina sirve y esta como enojada todo el tiempo, no habla nadadie a no ser que yo saque algun tema de conversación pero contestan con un si, no, no se, bien mal…. y ya,… cada quien come cuando sea o sea no esperan a que estemos sentados a la mesa y todo lo que aqui exponen en este articulo tan magistralmente,… ¿como sugeris que se hagan turnos para cocinar lavar los platos, limpiar casa etc para que todo sea en armonia y no parezca ella la victima todo el tiempo?, pienso que cuando le toque cocinar a alguien lo debe de hacer con amor e ilusión no por que «lo tenga que hacer» como obligación.
    Gracias.

  5. Muchísimas gracias. La verdad son tics importantísimos que debemos tener en cuenta sobre todo cuando hablamos de integración familiar, de buenos modales y sobre todo de la urbanidad y el respeto hacia los demás-

  6. También tenemos 4 hijos, todos varones, y aunque a la hora del almuerzo no coincidimos todos, la hora de la cena se comparte y disfruta mucho en familia. Totalmente de acuerdo con lo expresado en la nota. Agradezco la difusión de este tipo de buenas prácticas, que además de educar nos dan fuerza para seguir en el empeño de mantener el concepto de «familia».

  7. Tengo cuatro hijos y comparto plenamente el contenido de esta nota. Voy a leerla a mi familia. Cuesta tenerlos ordenados en la mesa, pero es para mi el mejor momento para compartir . Gracias, excelente reflexión.

  8. Aunque mi familia hoy se ha achicado estoy de acuerdo en que el almuerzo sobre todo debe reunir a la familia para "encontrarse" e intercambiar ideas.los padres deben aprovechar esta instancia para inculcar no sólo buenos modales ,sino también valores.lamentablemente la familia tradicional se está perdiendo y con ella todo lo bueno que aportaba la anterior

  9. muy bien por estas sugerencias hay que difundirlas para que todas las familias hagamos lo mismouna preguntota quien me puede auxiliar para que yo aga mis platicas de bautizo lo que pasa es que yo voy a ser padrino de bautizo pero no tengo el pase y alguien me dio una pagina para que las hisiera en linea es verdad o como puedo aserle es que yo no soy de aqui y la verdad me urge se los agradecere mucho si son tan amables de informarme sobre esto gracias

  10. Tiene razon al ser discreta y no criticar a los padres. Pero ud. tiene la ventaja de ser abuelita, la persona que engrie y ama sin tener la obligacion de imponer disciplinas o castigos (eso es trabajo de los padres). Soy nuera y con dos hijos de 13 y 10, y he visto que tienen una relacion distinta con los abuelitos paternos, les hablan con confianza y desde chiquitos algo tan simple como ir al mercado del barrio se transformaba en una aventura y regresaban todos contentos con algun dulce o juguetito. Me di cuenta que esperaban la proxima visita de su abuelita para regresar al mercado y saludar al frutero, al carnicero y a la vendedora de dulces!!. Saludos desde Lima, Peru.

  11. VINO MI NIETO 4 DIAS DE VACACIONES, Y ME HE SENTIDO TRISTE, PORQUE ES MUY ENOJON, Y DICE MENTIRAS, CAMBIA PRONTO DE CARACTER, ME AGLIGE MUCHO, PORQUE POBRECITO, NO LO VAN A QUERER EN NINGUN LADO. Y A MI COMO ABUELA ME TOCA CALLAR Y NO DECIR NADA A LOS PAPAS, SOBRE TODO COMO VEO QUE LE DEBEN TRATAR. SOY ABUELA POR EL LADO PATERNO, MAS DIFICIL AUN…QUISIERA UN CONSEJO, MUCHAS GRACIAS

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba

Copyright © 2024 Encuentra by Juan Diego Network. Todos los derechos reservados.