La Santa Misa y la Liturgia

Los catequistas y las personas interesadas en conocer con mayor profundidad la liturgia católica, encontrarán en esta compilación de textos algunos conceptos básicos sobre la Santa Misa, entresacados de diversos documentos del Magisterio y publicaciones de estudiosos de la Liturgia. Son apuntes generales, dirigidos al gran público y a lectores no especializados. Para ampliar conocimientos, los interesados pueden consultar la bibliografía que se señala o acudir a los enlaces que se sugieren. Muchos de los textos proceden de El Espíritu de la Liturgia de Joseph Ratzinger, ahora Benedicto XVI; de La Santa Misa de Alberto Clavell; del estudio de Abad y Garrido Iniciación a la Liturgia de la Iglesia o de la Guía Práctica para la Liturgia de Peter J. Elliot.

La Santa Misa

I – Algunos conceptos básicos

La Iglesia y la iglesia

¿Por qué los cristianos usan templos?

Cristo es el único y verdadero Templo donde el Pueblo de la Nueva Alianza realiza el culto agradable al Padre.

Sin embargo, el carácter social y visible de ese pueblo exige lugares de culto, templos. Así lo vivieron los primeros cristianos y todas las generaciones de cristianos desde entonces, que han enriquecido con lugares de culto los cinco continentes.

Incluso los enemigos más decididos de lo sacro, en este caso del lugar sagrado, admiten que la comunidad cristiana necesita un lugar para reunirse. A partir de aquí, definen la función de la Iglesia, en un sentido no sagrado sino estrictamente funcional, como algo que posibilita la reunión litúrgica.

Ésta es, indiscutiblemente, una función fundamental de la iglesia como edificio, que la distingue también de la forma clásica del templo en todas las religiones. (…)

El hecho de que el templo cristiano recibiera ya desde bien pronto el nombre de «domus ecclesiae» (casa de la «Iglesia», de la asamblea del pueblo de Dios) y más tarde y, de forma abreviada, se utilizara la palabra ecclesia (asamblea, Iglesia) no sólo para la comunidad viva, sino también para la casa que la acogía, pone de manifiesto una concepción distinta: Cristo mismo realiza «el culto» ante el Padre, se convierte en culto para los suyos, desde el momento en el que se reúnen con Él y en torno a Él..

¿Qué es la Iglesia?

La Iglesia es el conjunto de todos los bautizados.

También se llama iglesia al lugar donde los fieles se reúnen para dar culto a Dios. Las iglesias se construyen para el sacrificio eucarístico, es decir, para albergar un altar y un lugar donde se proclame la palabra de Dios.

El templo expresa, en su forma y función, la jerarquía de los ministerios dentro del Cuerpo Místico de Cristo. En este sentido, la catedral es modelo para todas las demás iglesias. La iglesia material simboliza la Iglesia viva

La universalidad del culto cristiano

El culto cristiano implica universalidad. La liturgia cristiana nunca es la iniciativa de un grupo determinado, de un círculo particular o, incluso, de una Iglesia local concreta. La Humanidad que sale al encuentro de Cristo se encuentra con Cristo que sale al encuentro de la Humanidad.

Joseph Ratzinger, El espíritu de la Liturgia

¿Para qué se va a la Iglesia?

Para participar en el Santo Sacrificio de la Misa, en el que Cristo mismo nos alimenta con su Palabra y con su Cuerpo y Sangre; y para rezar y visitar a Jesús, que está en el sagrario.

Las iglesias católicas se construyen de forma que permitan celebrar con orden y claridad los principales actos litúrgicos, en especial la Santa Misa.

“En estos templos, la Iglesia celebra el culto público para gloria de la Santísima Trinidad; en ellos escucha la Palabra de Dios y canta sus alabanzas, eleva su oración y ofrece el Sacrificio de Cristo, sacramentalmente presente en medio de la asamblea.

Estas iglesias son también lugares de recogimiento y de oración personal”. (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1199)

“En la casa de oración se celebra y se reserva la sagrada Eucaristía, se reúnen los fieles y se venera para ayuda y consuelo de los fieles la presencia del Hijo de Dios, nuestro Salvador, ofrecido por nosotros en el altar del sacrificio.

Esta casa de oración debe ser hermosa y apropiada para la oración y para las celebraciones sagradas”. (Presbiterorum Ordinis, 5)

¿Cómo deben construirse las iglesias?

Como una imagen de la asamblea que se reúne, que permita un orden proporcionado, y que favorezca la realización de cada uno de los ministerios.

Por esa razón, el altar, la sede, el ambón y el lugar destinado a los fieles deben constituir un espacio orgánicamente articulado en el que se vea la Iglesia como Pueblo de Dios, jerárquicamente organizado.

¿Qué sucede en la iglesia durante el culto?

En la Iglesia se da el encuentro entre Dios y el hombre cuando la comunidad cristiana celebra la liturgia.

Dios desciende hasta el hombre y lo eleva hasta Él, convirtiendo la iglesia en el lugar por excelencia de todos los lugares de culto, y en realidad, santa y sagrada.

La Iglesia, casa de oración

El Verbo Encarnado es el nuevo Templo en el que se celebra el nuevo culto de la nueva Alianza.

Pero esto no invalida que el Verbo encarnado se haya establecido en un templo hecho por manos de hombres, porque Él mismo ha querido hacerse presente, de modo verdadero, real y substancial en las Especies Eucarísticas, que se consumen durante la celebración o se reservan para la comunión y veneración de los fieles.

Por eso, es muy recomendable que el lugar destinado a la reserva de la Eucaristía sea una capilla donde los fieles puedan hacer oración privada.

Partes de la iglesia

Las iglesias tienen varias zonas principales como el baptisterio, la nave y el presbiterio.

El Baptisterio: es el lugar donde el pueblo puede participar en la celebración del Bautismo.

Puede ser un edificio separado, una capilla o un lugar diferenciado, puesto en una posición destacada, también cuando se le coloca en o cerca del presbiterio.

Escribe Ratzinger que los Padres consideraron la historia del mundo como una gran semana de siete días, que tendría su paralelismo con las edades del hombre.

El octavo día expresaría el tiempo nuevo que comienza con la Resurrección. Por eso los baptisterios -iglesias bautismales se construían con frecuencia sobre una planta octogonal para explicar el bautismo como nacimiento en el octavo día, en la resurrección de Cristo y en el tiempo nuevo que con ella se ha inaugurado.

La Nave: es el espacio destinado al Pueblo, a todos los fieles. Se dispone de modo que el pueblo pueda participar fácilmente en el culto viendo el altar, el ambón y la sede.

Los asientos se colocan dejando suficiente espacio para que los fieles puedan arrodillarse.

Si no se hiciera así, se anularía un derecho litúrgico del fiel y se menoscabaría la libertad de su devoción privada.

En la nave se colocan las estaciones del Via Crucis.

El Presbiterio: es el principal lugar sagrado donde tienen lugar la mayoría de las ceremonias litúrgicas.

Es espacioso y suele estar delimitado por escalones, que facilita que los fieles puedan seguir fácilmente la acción sagrada.

Es un lugar estable y suele estar un poco más elevado que la nave para facilitar la participación de todos.

¿Qué elementos principales hay en una iglesia?

El altar

1) El Altar: es el lugar fijo donde se ofrece el Santo Sacrificio de la Misa. El altar representa a Cristo, por eso el sacerdote lo besa al llegar y al despedirse.

El altar debe ocupar un lugar tan importante en el edificio sagrado, que sea realmente el centro de atención de los fieles.

¿Con qué material deben hacerse?

La materia más apta para el altar es la piedra natural (que simboliza mejor Cristo-piedra, Cristo-único altar) pero a juicio de la Conferencia Episcopal puede utilizarse otra materia digna y sólida. Puede ser de madera natural, distinguiéndose siempre de otro tipo de mesas por su forma y ornamentación.

¿Qué es el altar cristiano?

Es, al mismo tiempo:

El ara, donde se realiza sacramentalmente el sacrificio de la Cruz.

La mesa del Señor en torno a la cual se congrega el Pueblo de Dios para participar en la Misa, comiendo y bebiendo el Cuerpo y la Sangre de Cristo.

El centro de la acción de gracias que realiza la Eucaristía.

¿Qué simboliza el altar?

El altar es en sí un signo de Cristo, que es Sacerdote, Víctima y Altar de su propio sacrificio. Por eso está diseñado para ser reverenciado y respetado en todo momento.

Es símbolo de los cristianos, que al estar unidos al verdadero Altar, se convierten en altares espirituales en los que se ofrece a Dios el sacrificio de una vida santa.

Cuando se dedica un altar nuevo pueden colocarse bajo la mesa las reliquias auténticas y de una parte identificable del cuerpo de un santo, mártir o no, dentro de un relicario.

El misal contempla que la Misa puede celebrarse cara al pueblo o cara al altar.

Sobre el altar se coloca el mantel, el frontal en algún caso; la cruz; las velas; los candeleros; las flores y un micrófono discreto que no desvíe la atención, ya que nada que no pertenezca al sacrificio eucarístico debe permanecer sobre el altar. Señala el Directorio (65) que el altar «no debe transformarse en estante. Cuídese que en la Mesa del Sacrificio no haya hojas, ni folletos, ni libros superfluos, ni gafas, ni cerillas…, sino velas y flores, discretamente».

“Podríamos afirmar que el altar es, por así decir, el lugar del cielo abierto; no cierra el espacio del templo, sino que lo abre a la liturgia eterna”.

Joseph Ratzinger, El espíritu de la liturgia

La sede presidencial y la cátedra

2) La Sede presidencial:

Es un asiento situado detrás o cerca del altar, en un lugar y altura idónea, para que el celebrante pueda ser visto como presidente de la Asamblea.

Debe ser adecuada al estilo y tamaño de la iglesia, sin dar sensación de trono, porque la cátedra o sede de una catedral, sí que es un trono reservado a los obispos.

Junto a la sede hay asientos para los diáconos. La sede puede ser de piedra o de madera, y debe tener dignidad.

¿Qué simboliza la cátedra o sede en la catedral?

La cátedra o sede del obispo en la catedral es la silla eminente, el trono reservado al obispo cuando preside la comunidad cristiana, especialmente cuando celebra la Eucaristía. Es un trono y se sitúa sobre unos escalones.

Simboliza la autoridad magisterial que posee el obispo en su iglesia particular.

¿La catedral -donde está la cátedra del obispo- es la más importante de todas las iglesias?

Sí. «La catedral es la iglesia donde el obispo tiene su cátedra, símbolo de Magisterio y de la potestad del Pastor de la iglesia particular y signo de la unidad de la fe de los creyentes, que anuncia el obispo como Pastor de la grey».

El ambón

3) El Ambón: Es una tribuna elevada, estable, que sirve fundamentalmente para proclamar la Palabra de Dios desde el presbiterio o cerca de él.

Suele estar a la izquierda del altar, en lo que se llamó «lado del Evangelio».

Desde el ambón se proclaman las lecturas, se canta o lee el salmo responsorial y el pregón pascual, y se puede tener la homilía y la oración universal o de los fieles.

También se llama facistol.

A veces, el ambón se cubre con un paño o antipendio, del color del tiempo litúrgico.

El Sagrario

4) El Sagrario o Tabernáculo:

Es un pequeño cofre o arca inamovible en el que se guardan las Sagradas Especies para que los fieles puedan adorar al Señor, y para que pueda llevarse la comunión a los ancianos o enfermos que no pueden participar de la Misa.

“Es muy de recomendar que el lugar destinado para la reserva de la Santísima Eucaristía sea una capilla adecuada para la adoración y la oración privada de los fieles.

Si esto no puede hacerse, el Santísimo Sacramento se pondrá, según la estructura de cada iglesia y las legítimas costumbres de cada lugar, o en algún altar, o fuera del altar, en una parte más noble de la iglesia, bien ornamentada” (OGMR, 276).

Es costumbre poner un pequeño corporal dentro y debe cubrirse con un conopeo, un velo. Este velo es señal principal de la presencia real de Cristo. Puede ser blanco o del color del día, pero nunca negro.

Representa la tienda santa del Señor; y se manifiesta la paradoja del misterio: la revelación, por velación de la presencia del Enmanuel que acampa entre nosotros.

¿Desde cuándo se guardan las Especies Eucarísticas en las iglesias?

Es una costumbre muy antigua, que se remonta, al menos, a la época en que terminaron las persecuciones.

¿Dónde ha de estar situado el Sagrario?

En una parte de la iglesia u oratorio verdaderamente noble, destacada, convenientemente adornada y apropiada para la oración.

Este lugar debe ser muy destacado, verdaderamente noble y debidamente decorado.

Debe ser inamovible, hecho de materia sólida no transparente, de manera que se evite al máximo el peligro de profanación.

El espacio que rodea al Sagrario debe conducir a la adoración y la oración personal. Por eso el Pueblo suele contar con asientos, reclinatorios y libros de espiritualidad o la Sagrada Escritura.

El Crucifijo:

¿Dónde se sitúa el Crucifijo y qué significa?

El Crucifijo se sitúa en el altar. También puede estar cerca de él o a modo de retablo, en la pared del fondo del presbiterio.

Cristo en la cruz nos recuerda qué es la Misa: la renovación incruenta del Sacrificio del Calvario.

La lámpara del Sagrario

¿Cómo se sabe si en una iglesia está presente Jesús Sacramentado?

Una lámpara encendida colocada en un lateral del Sagrario -no sobre el sagrario o delante del mismo- indica la presencia de Jesús Sacramentado en el Sagrario. Debe estar alimentada con aceite o con cera, no con otro combustible; y se prefiere la llama natural porque significa tanto ofrenda como luz, aunque el obispo, por motivos prácticos, puede autorizar el empleo de una lámpara eléctrica.

Las imágenes – Las imágenes en la Iglesia

Ya en la iglesia primitiva los artistas cristianos decoraron los primeros lugares de culto y las catacumbas con pinturas y mosaicos.

¿Por qué se honra a las imágenes?

No tiene nada que ver con la idolatría. No se les honra por creer que esas imágenes tengan algo divino, o alguna virtud, sino para honrar a quienes representan esas imágenes.

¿Qué enseña el concilio Vaticano II?

«Hay que mantener firmemente la práctica de exponer imágenes sagradas a la veneración de los fieles; con todo, deben ser pocas en número y guardar entre ellas el debido Orden (SAC, 125) .

Las imágenes han de fomentar la piedad de los fieles, sin distraerles de la celebración.

¿Qué son las imágenes que veneramos? ¿Qué fin tienen?

Joseph Ratzinger, El espíritu de la Liturgia

La ausencia total de imágenes no es compatible con la fe en la encarnación de Dios. Dios, en su actuación histórica, ha entrado en nuestro mundo sensible para que el mundo se haga transparente hacia Él.

Las imágenes de lo bello en las que se hace visible el misterio del Dios invisible forman parte del culto cristiano.

La imagen de Cristo y las imágenes de los santos no son fotografías. Su cometido es llevar más allá de lo constatable desde el punto de vista material, consiste en despertar los sentidos internos y enseñar una nueva forma de mirar que perciba lo invisible en lo visible.

La sacralidad de la imagen consiste precisamente en que procede de una contemplación interior y, por esto mismo, lleva a una contemplación interior.

¿Para qué sirven las imágenes?

“Las imágenes sagradas, presentes en nuestras iglesias y en nuestras casas, están destinadas a despertar y alimentar nuestra fe en el Misterio de Cristo. A través del icono de Cristo y de sus obras de salvación, es a El a quien adoramos.

A través de las sagradas imágenes de la Santísima Madre de Dios, de los ángeles y de los santos, veneramos a quienes en ellas son representados”

(Catecismo de la Iglesia Católica n. 1192)

África: san Lwanga y san Kisito

“…La contemplación de las sagradas imágenes, unida a la meditación de la Palabra de Dios y al canto de los himnos litúrgicos, forma parte de la armonía de los signos de la celebración para que el misterio celebrado se grabe en la memoria del corazón y se exprese luego en la vida nueva de los fieles” .

(Catecismo de la I. C. n. 1162)

El retablo

¿Qué es el retablo?

Normalmente la imagen de la Virgen o de algún santo se coloca en un retablo, que suele estar colocado en la pared del fondo y del suelo al techo.

Su fin es ayudar a la piedad de los fieles. Hay retablos con los estilos más diversos.

La credencia y la Pila Bautismal

La credencia

En el presbiterio encontramos también un lugar llamado Credencia, donde se colocan las cosas necesarias para la “Liturgia Eucarística”, desde el cáliz hasta las vinajeras y el lavabo. En su momento, los acólitos lo trasladarán al altar.

En el Rito Romano la credencia desempeña un papel destacado, similar a la próthesis del Rito Bizantino.

¿Cómo debe ser la Pila bautismal?

Debe ser estable, de material idóneo, limpia y estética. Dependiendo de la práctica local, en algunas iglesias se requerirá contar con una pila de mayor tamaño para la inmersión de adultos.

Salvo durante la Pascua, el cirio pascual debe permanecer cerca de la pila bautismal en un candelero adecuado.

El Via Crucis

¿Qué es el Via Crucis?

Via Crucis significa Camino de la Cruz. Es un ejercicio de devoción cristiana. Se colocan en la nave, en una capilla o en una zona donde los fieles puedan vivir esta devoción.

Cuenta con 14 cuadros o “estaciones”, bendecidas por un obispo o un sacerdote, en los que se representan con claridad diversos momentos de la Pasión de Jesús, desde la condena a muerte hasta la sepultura.

Los confesionarios

¿Qué es un confesionario?

Un lugar – que se encuentra normalmente cerca de la nave de la iglesia- donde se administra el Sacramento de la Reconciliación, para que el perdón de Dios llegue a los fieles.

Los confesionarios deben ser cómodos, razonablemente espaciosos e insonorizados, provistos con una silla, un reclinatorio y una rejilla entre el sacerdote y el penitente, tal como establece el Código, canon 964.

La pila de agua bendita

¿Qué es la pila del agua bendita?

A la entrada de la iglesia se encuentra un recipiente con agua bendita.

Son signos del lavado bautismal de los fieles. Al santiguarse con ese agua los fieles hacen la señal del cristiano: la señal de la cruz. Esa señal les recuerda que Cristo, al morir en la Cruz, les obtuvo la salvación, que les llega a través del Bautismo.

La sacristía

¿Qué es la Sacristía?

Es una habitación contigua al templo donde el sacerdote y los ministros se revisten de los ornamentos sagrados.

No forma parte del conjunto litúrgico, pero tiene un papel importante en la preparación digna del culto. El motivo principal puede ser un crucifijo o una imagen sagrada. En la puerta de acceso hay una pila de agua bendita.

Cuenta con una mesa espaciosa para extender los ornamentos,y cajones amplios en los que se guardan, con dignidad, seguridad y cuidado, los objetos necesarios para el culto.

La Santa Misa II.

Vasos sagrados, objetos litúrgicos, ornamentos.

Los vasos sagrados: el cáliz, la patena, la píxide, la custodia y las crismeras.

El Cáliz es un vaso sagrado, el más importante de los objetos litúrgicos; es la copa que, a semejanza de la que Jesús usó en la Última Cena, se usará para realizar el milagro de la conversión del vino en la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo.

Por su gran dignidad, es de metal noble: oro, plata, latón, etc., siempre con la copa dorada en su interior. Es, por su belleza, expresión de la majestad del sacrificio eucarístico.

La pobreza artificial de un cáliz -de madera o de barro, por ejemplo- expresaría falta de amor a la Eucaristía: los que se aman procuran darse objetos de valor en la medida de sus posibilidades.

Mientras el Cáliz está en la credencia, se suele cubrir con un paño llamado “cubrecáliz”.

La Patena

La Patena es un vaso sagrado, que acompaña al Cáliz. Ordinariamente tiene la forma de un plato en el que se coloca la hostia grande que el sacerdote consagrará durante la Misa.

Existen también patenas más grandes y hondas que -junto con la hostia grande- pueden contener muchas hostias pequeñas.

Las hostias, tanto la que usará el sacerdote como las más pequeñas, se hacen de harina de trigo, blanca y limpia, sin levadura. A este tipo de pan se le llama “ázimo”.

La Custodia u Ostensorio

La Custodia u Ostensorio se utiliza para mostrar la Hostia consagrada en los momentos de adoración (Exposición del Santísimo) y durante las procesiones eucarísticas.

Puede tener diversas formas, siempre con una media luna dorada o un viril, donde se deposita la Hostia Consagrada.

Es un trono de gloria para Nuestro Señor: por eso se procura que sea digno y hermoso.

Finalidad: prolongar el momento de la exposición en las elevaciones, presentando a Nuestro Señor para que el Pueblo le adore.

Los vasos para los Santos Óleos o crismeras.

Las crismeras son los vasos para los Santos Óleos.

El Evangeliario y objetos litúrgicos para el ornato del altar: el Mantel, la Cruz, los candeleros y velas, las flores, el atril de altar .

El Evangeliario

¿Qué es?

El libro de los Evangelios o Evangeliario es el elemento principal de la Liturgia de la Palabra.

Después del cáliz y la patena, figura en primer lugar entre los objetos litúrgicos.

¿Qué significa?

Es un signo visible de Jesucristo, Palabra de Dios. Por eso se suele encuadernar con metales preciosos de valor artístico.

El Mantel

Mantel de altar

Cubriendo el altar, que es mesa festiva donde Jesús se nos ofrece como alimento, se coloca el Mantel.

En la tradición occidental el mantel del altar es de color blanco y largo, llegando incluso hasta el suelo. Puede estar adornado con bordados que realcen la dignidad del altar.

Está prescrito cubrir el altar al menos con un mantel «por reverencia a la celebración del memorial del Señor y al banquete en el que se distribuye el Cuerpo y la Sangre del Señor». OGMR, 268.

No se deja el mantel sin altar, ya que el altar desnudo es un signo distintivo del Viernes Santo. Por eso suele cubrirse con un cubremantel, para mantenerlo limpio en todo momento.

Frontal de altar

El mantel es distinto del frontal de color, con telas de buena calidad, que puede ponerse para realzar la dignidad del altar y no es obligatorio.

La Cruz

El primer testimonio de la cruz sobre el altar es del griego Narsai (450). Puede ser una cruz de estilos muy variados, dentro de la dignidad del culto. Si está sobre el altar, no debe ocultar al celebrante. No es algo para la devoción personal del celebrante, sino un signo que anuncia delante de la asamblea litúrgica que la misma es el mismo sacrificio del Calvario.

Está establecido que «sobre el altar o junto a él se coloque una cruz que sea bien visible para la comunidad reunida». Puede estar sobre el altar, junto a él, justo detrás, o suspendida sobre el mismo. En ese último caso no debe ser muy grande.

Se pone la cruz -y no una figura de Cristo resucitado, por ejemplo- porque la cruz recuerda el sentido sacrificial de la Eucaristía, que es la renovación incruenta del sacrificio de la Cruz.

Los candeleros y velas Los Candeleros sirven para poner las velas -de cera blanca o de color crema- que siempre deben encenderse para la Misa. Para distinguir los días y las celebraciones se varía el número de velas. Hay varios modos para ponerlas sobre el altar o cerca del mismo.

En algunos sitios se utilizan dos para los días feriales, cuatro para las fiestas y seis para los domingos y fiestas importantes.

La luz es un signo de Cristo resucitado y un antiguo signo de fiesta, de alegría y de vida; por ello, a los primeros cristianos les gustaba iluminar los altares con velas encendidas. Se pueden colocar encima del altar o a un costado del mismo. También simbolizan la presencia de los ángeles.

Está establecido que «sobre el altar, o al menos a su alrededor, se coloque un mínimo de dos candeleros, con sus velas encendidas o incluso cuatro o seis, y, si celebra el obispo de la diócesis, siete».

Las flores

Es una costumbre antiquísima adornar el altar con flores. Se habla de esto en la Tradición apostólica, san Jerónimo y san Agustín. Se usan flores naturales, según las costumbres locales. Se ponen con poca frecuencia en Adviento, y nunca durante la Cuaresma, el día de los difuntos y en los funerales. Las flores expresan la veneración que merece el altar y el carácter festivo de la celebración. En las grandes solemnidades es buena costumbre adornar la iglesia con más flores, velas y lámparas, de forma que enriquezcan las celebraciones y no distraigan la atención sobre el altar y el desarrollo de la ceremonia. Por la misma razón, cuando se ponen carteles se procura que sean dignos, obras de arte -no simples posters con mensajes- que ayuden a la dignidad del culto.

Libros litúrgicos: el Misal Romano, El Leccionario y el Libro de la Sede

El Misal Romano se coloca, a partir del ofertorio, en el altar, encima del atril y sirve para que el sacerdote pueda recitar todas las oraciones de la Misa, desde los Ritos Introductorios hasta la Bendición final.

El Leccionario es el libro que contiene la Palabra de Dios. Se coloca en el Ambón para que los lectores, el salmista y el sacerdote puedan “proclamarla” con claridad.

El Libro de la Sede facilita al sacerdote -mientras preside la oración de la Iglesia reunida para la celebración de la Misa- la lectura de algunas oraciones anteriores a la Liturgia de la Palabra y posteriores a la Comunión. Este libro es opcional.

Los lienzos: el corporal, la palia, el purificador, el cubrecáliz.

El Corporal:

es el lienzo sobre el que se coloca el Cáliz y la patena durante la celebración eucarística.

La Palia:

es opcional.

Se confecciona en lino o tela almidonada. Es un cuadrado de tela, duro (o almidonado), con bordados o adornos, y que cubre el cáliz mientras está sobre el altar. Usando la palia se evita que caigan en el cáliz partículas extrañas.

La arte superior se suele adornar ricamente. En la palia de la fotografia se recuerda que Jesucristo es Dios y Hombre.

El Purificador

Para secarse los labios después de comulgar y para limpiar (purificar) los vasos sagrados, el sacerdote usa un paño blanco llamado Purificador.

Es un paño de lino blanco o otro tejido absorbente, con pocos adornos, que se pliega en tres partes:

El paño cubrecáliz

El cubrecáliz se debe utilizar en la Misa. La tela y el color hacen juego habitualmente con los ornamentos, aunque puede ser siempre blanco.

Cuando se pone debajo una palia, cae con elegancia. Elliot afirma que el uso de la carpeta de corporales tiene ventajas, ya que mantiene limpio el corporal que es usado frecuentemente por los ayudantes y otros ministros.

Otros objetos: vinajeras, aguamanil, copón, bandeja para la comunión, etc.

Las Vinajeras son dos pequeñas jarritas en las que se pone el vino y el agua necesarios para la Misa. El sacerdote mezcla con el vino unas gotas de agua. Puede usarse para ello una cucharilla.

Las vinajeras son de cristal o vidrio, por razón de limpieza y para que el sacerdote pueda identificar el agua y el vino. Pueden ser de plata, bronce o estaño.

“El vino para la celebración eucarística debe ser del fruto de la vid, es decir, vino natural y puro, sin mezcla de sustancias extrañas” (OGMR, 284)

Para el lavabo: el aguamanil

El celebrante utiliza para el lavabo una jarra con agua y un aguamanil, que pueden ser de cristal, de cerámica o de metal.

Para el Lavabo se necesita: una jarrita con agua; un recipiente o aguamanil para recogerla; y un Manutergio, para que el sacerdote se seque las manos.

Deben ser vasos nobles, no simples jarras. Habitualmente son de cristal.

El Copón

Para poder reservar (guardar) en el sagrario las hostias consagradas, se usa el Copón.

Es semejante a un cáliz, pero con una tapa rematada con una cruz. El copón se suele cubrir con un velo.

Bandeja para la comunión

La Bandeja para la Comunión se sigue utilizando en muchas iglesias. Tiene por finalidad evitar que, por descuido, pueda caer alguna Forma Consagrada al suelo. Es necesaria cuando la Eucaristía se administra por intinción, para evitar que puedan caer gotas de la Preciosa Sangre.

Es una muestra de fe, delicadeza y amor con Nuestro Señor Sacramentado.

Hay diferentes objetos litúrgicos que expresan la fe y el amor a Jesús Eucaristía:

Incensario

Para las ceremonias litúrgicas solemnes se usa el Incensario. Cuelga de cuatro cadenas de un metro de longitud, para que pueda balancearse de un lado a otro durante las procesiones.

Naveta:

El recipiente que contiene el incienso, que se usa para el incensario, se llama Naveta.

En su interior se colocan unos carbones encendidos que, al echarles incienso producen un humo oloroso. Ese humo que se eleva simboliza nuestra oración a Dios y es signo de alabanza.

Para llevar la Comunión a los enfermos se usa la píxide, el Portaviático. El sacerdote la coloca en una bolsa de seda con un cordón que se cuelga del cuello.

El Hisopo sirve para rociar con agua bendita durante las bendiciones, tanto de personas como de cosas.

El Acetre es el recipiente que contiene el agua bendita.

La campanilla

Hay diversas costumbres locales para el uso de la campanilla, afirma Elliot: «si el sonido es agradable y los ayudantes ensayan para tocarla con reverencia y sensibilidad, la campanilla acentúa y realza los momentos solemnes de la acción sagrada».

En algunos lugares se tocan durante las elevaciones.

Junto al Sagrario se coloca un recipiente cubierto, lleno de agua limpia, con un purificador o manutergio para el lavado de los dedos de los que distribuyen la Sagrada Comunión.

En muchos lugares se colocan dos velas cerca del Sagrario, cuando está en un lugar distinto del presbiterio, y se enciencen cuando se abre el Sagrario.

Los ornamentos litúrgicos

«Los ornamentos litúrgicos -el alba, la estola y la casulla- que el sacerdote lleva durante la celebración de la sagrada eucaristía quieren evidenciar, ante todo, que el sacerdote no está aquí como persona particular, como éste o aquél, sino en lugar de otro: Cristo. (…).

Los ornamentos litúrgicos nos recuerdan directamente los textos en que san Pablo habla de revestirse de Cristo. (…)

Los ornamentos litúrgicos recuerdan todo esto: este hacerse Cristo, y la nueva comunidad que ha de surgir a partir de ahí.

Es para el sacerdote un desafío: entrar en la dinámica que lo saca fuera del enclaustramiento de su propio yo, y lo lleva a convertirse en una realidad nueva a partir de Cristo y con Cristo.

Les recuerda, a su vez, a los que participan en la celebración, el nuevo camino, que comienza con el Bautismo y prosigue con la Eucaristía; camino hacia el mundo que ha de venir, y que, partiendo del sacramento, debe comunicarse y delinearse ya en nuestra vida cotidiana».

Josep Ratzinger, El espíritu de la liturgia, «El cuerpo y la liturgia» ed. Cristiandad

Ornamentos principales

Los ornamentos principales son: el alba, la estola y la casulla.

La casulla es la vestidura propia del sacerdote que celebra la Eucaristía. En la misa el celebrante la lleva sobre el alba y la estola.

La dalmática es la vestidura propia del diácono.

El alba es la vestidura común para ministros de cualquier grado.

El origen de los ornamentos para las celebraciones eucarísticas lo encontramos en las vestiduras que usaban los ciudadanos del Imperio Romano.

Con el tiempo esas vestiduras han ido cambiando de forma tamaño y color. Las actuales se asemejan a las del siglo V.

El Alba se corresponde a la “túnica” que usaban los romanos hacia el siglo IV. Era de forma amplia, con mangas largas y llegaba hasta el suelo. El nombre viene de la palabra latina que significa “blanco”.

Cuando los antiguos romanos tenían que caminar se ceñían el alba con un cinturón o Cíngulo que la ajustaba al cuerpo y la levantaba un poco del suelo.

Debajo del alba, en especial cuando no cubre completamente el cuello, se usa el Amito. Es facultativo.

Es un paño rectangular que se coloca alrededor del cuello y sobre los hombros. Antiguamente se usaba un paño similar por cuestiones de higiene.

Las personas distinguidas en la época romana usaban una prenda, alrededor del cuello.

En invierno preservaba del frío y en verano del calor.

Esta prenda dio origen a la Estola que usa el sacerdote en la Misa y para la administración de los sacramentos, como signo visible de su sacerdocio. Sólo la llevan obispos, sacerdotes y diáconos.

Comúnmente lleva tres cruces (una en el centro y las demás en los extremos) o algún símbolo cristiano.

La Casulla es el ornamento exterior que se pone sobre el alba y la estola.

Se usa para la celebración de la Misa o ritos relacionados con ella.

Son de muchos estilos y «diseños» Es una representación de la caridad de Cristo que cubre todas las cosas (Colos. 3, 14) .

El origen de la casulla lo encontramos en la antigua “pénula” romana, que era un vestido de lana, pesado, de forma redonda, con una sola abertura en el centro y que cubría completamente el cuerpo.

La Sobrepelliz es semejante al alba, pero más corta.

Se coloca encima de la sotana y se usa para administrar sacramentos y realizar algunas ceremonias litúrgicas.

La usan tanto los sacerdotes como los otros ministros.

La Capa pluvial se usa en las procesiones, en la Exposición solemne con el Santísimo Sacramento y otras celebraciones.

Por lo general está bordada en sus dos franjas laterales y en el cuadrado -en forma de escudo- de su parte posterior.

Para las procesiones con el Santísimo y la Bendición eucarística, tanto si se hace con el copón como cuando se hace con la custodia, el sacerdote (o el diácono) usan el Paño de hombros o paño humeral de amplias proporciones.

La Mitra es una insignia propia de los obispos. Indica la plenitud del sacerdocio.

Normalmente es de color blanco y está especialmente adornada. En la actualidad, las mitras tienen dos puntas, una colocada hacia delante y otra hacia atrás.

COMENTADOR / MONITOR: Entre los ministros… está el comentarista (en latín «commentator», como ya en SC 29), que es el que hace las explicaciones y da avisos («admonitiones») a los fieles, para introducirlos en la celebración y disponerlos a entenderla mejor».

El servicio que un comentador realiza en la celebración es muy antiguo, aunque el nombre y la importancia actual sean recientes. Los diáconos, en los antiguos libros litúrgicos, tenían encomendado ir guiando al pueblo en la celebración. En el Concilio de Trento (Denz. 946), al tratar de la lengua latina o vulgar en la Eucaristía, se hablaba de un servicio a la comunidad que pudiera interpretarse en esta dirección: «Manda el Concilio a los pastores.. que frecuentemente durante la celebración de las Misas, por sí o por otro, expongan algo de lo que en la Misa se lee, y entre otras cosas declaren algún misterio de este santísimo sacrificio». Es dudoso si se refiere al comentador actual o a la explicación homilética.

Unos pocos años antes del Vaticano II es cuando se empezó a dibujar de nuevo esta figura del monitor, animador o comentador: en la Instrucción de 1958, sobre música y liturgia. Al principio, por la necesidad de ayudar a entender los textos que se proclamaban en latín, y luego, aun con textos en lengua viva, para ir motivando los diversos momentos y guiando la dinámica de la celebración. Las moniciones principales pertenecen más bien al mismo presidente de la celebración, pero hay otros momentos en que el comentador puede guiar, con breves y preparadas moniciones, hacia una oración más sentida, un canto más motivado, una lectura escuchada con mayor interés.

Se esperaba del comentador que «lleve bien preparados sus comentarios, con una sobriedad que los hagan asimilables» (IGMR 68), que antes y durante la celebración coordine los diversos ministerios que, en conexión con el ministerio principal del presidente, ayudan a la comunidad en su celebración, contribuyendo a que la celebración tenga su oportuno ritmo y eficacia pastoral.

El comentador «ocupa un lugar conveniente ante los fieles, pero no sube al ambón» (IGMR 68), porque el ambón está reservado a la Palabra de Dios.

LOS LIBROS: Con las oraciones (misal) y las lecturas (leccionario)

EL AMBÓN: Es el lugar desde donde se proclama la Palabra de Dios (en la Biblia)

PAN Y VINO: La Misa siempre es la conmemoración (=hacer actual) de lo que Jesús hizo en la última cena con sus discípulos antes de morir. El pan que se usa tiene forma de obleas -hostias-

VASOS SAGRADOS: Cáliz, copón y patena

LAS VINAJERAS: Son unas botellas de vidrio: una tiene vino y la otra agua

EL SACERDOTE: Es la persona que hace presente a Jesús y actúa en su nombre

ASAMBLEA: La primera realidad visible de la liturgia es la comunidad reunida, la asamblea cristiana.

En griego esta congregación de fieles se llama «synaxis». La palabra «asamblea» viene del latín «assimulare», «juntar», de «simul», «a la vez».

Ya en el Antiguo Testamento se dieron de modo muy significativo las grandes asambleas del pueblo de Israel, como en Ex 19-24, 1 Re 8 y Neh 8-9. En el Nuevo Testamento la convocatoria se produce en torno a Cristo Jesús y se llama sobre todo «Iglesia», «Ekklesia», pueblo congregado, y desde la primera generación es una realidad importante en el conjunto de la vida cristiana. Sobre todo en la convocatoria de la Eucaristía dominical.

La motivación no sólo es pedagógica, sino mas bien teológica: «En la celebración de la Misa los fieles forman la nación santa, el pueblo adquirido por Dios, el sacerdocio real» (IGMR 62).

Cristo prometió: «Donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos» (Mt 18, 20); esta es la razón fundamental de la dignidad de la asamblea litúrgica; es signo eficaz de la presencia de Cristo. A la vez es la realización concentrada de toda la Iglesia: «En la asamblea que se congrega para la Misa…se hará visible la Iglesia constituida en su diversidad de órdenes y misterios» (IGMR 58; Cf IGMR 257). Además la misma asamblea es la que, bajo la presidencia del ministro que la completa en nombre de Cristo, celebra la Eucaristía: » En la Misa o Cena del Señor, el pueblo de Dios es convocado, bajo la presencia del sacerdote, que hace presente a Cristo en persona, para celebrar el memorial del Señor o sacrificio eucarístico» (IGMR 7).

Por eso, al reformar las celebraciones sacramentales, y también la Liturgia de las Horas, se ha tomado como uno de los criterios fundamentales el favorecer por todos los medios la participación activa por parte de toda la asamblea reunida, cuidando de modo especial lo más propio de ella; la escucha atenta, la oración y el canto en los momentos oportunos, las acciones sacramentales en las que participa, las exclamaciones y diálogos, etc.

4.4. Dedicación de un altar:

Misal, Leccionario, Pontifical. Cruz alta, Evangeliario.

Agua bendita para aspersión. Santo Crisma.

Mantel. Mantel encerado o impermeable adherible de la medida del altar.

Lo necesario para que el Obispo se lave las manos.

Gremial.

Brasero para incienso y aromas, granos de incienso y velas para quemarse completamente sobre el altar.

Incensario y naveta con incienso y cucharita.

– Cáliz amplio, corporal, purificador, manutergio. Pan, vino y agua suficiente para Misa.

– Cruz para cerca del altar.

Mantel, cirios, candeleros, flores.

Vestiduras para la Celebración Eucarística.

Reliquias.

4.5. Colocación de la Primera piedra de una iglesia:

Pontifical Romano y Leccionario III.

Sede episcopal.

Piedra cuadrada y angular, con hueco para botella con documentos y monedas.

Cemento, cuchara, mezcla.

Acetre con agua e hisopo.

III – La Santa Misa

Año Litúrgico

Signos Litúrgicos

Colores Litúrgicos

Los signos litúrgicos son símbolos

¿Qué es un signo?

Una realidad que orienta hacia otra distinta.

Convencionales: dependen de la voluntad humana, como la bandera de una nación.

Simbólicos: dependen de la voluntad, pero tienen fundamento en la realidad de las cosas: el agua del Bautismo purifica por voluntad de Cristo; pero la naturaleza del agua lleva a la idea de purificación.

¿Qué tipo de símbolos hay?

Naturales: fundados en la naturaleza de las cosas. El humo orienta al fuego.

¿Que son los signos litúrgicos?

Son símbolos. Cristo obraba milagros a partir de signos naturales: el barro, la saliva, el agua. Tomó en consideración la naturaleza humana que llega a lo invisible a partir de lo visible.

¿Qué dice el Catecismo sobre los signos y los símbolos?

Signos y símbolos

1145 Una celebración sacramental esta tejida de signos y de símbolos. Según la pedagogía divina de la salvación, su significación tiene su raíz en la obra de la creación y en la cultura humana, se perfila en los acontecimientos de la Antigua Alianza y se revela en plenitud en la persona y la obra de Cristo.

1146 Signos del mundo de los hombres. En la vida humana, signos y símbolos ocupan un lugar importante. El hombre, siendo un ser a la vez corporal y espiritual, expresa y percibe las realidades espirituales a través de signos y de símbolos materiales. Como ser social, el hombre necesita signos y símbolos para comunicarse con los demás, mediante el lenguaje, gestos y acciones. Lo mismo sucede en su relación con Dios.

1147 Dios habla al hombre a través de la creación visible. El cosmos material se presenta a la inteligencia del hombre para que vea en él las huellas de su Creador (cf Sb 13,1; Rm 1,19-20; Hech 14,17). La luz y la noche, el viento y el fuego, el agua y la tierra, el árbol y los frutos hablan de Dios, simbolizan a la vez su grandeza y su proximidad.

1148 En cuanto creaturas, estas realidades sensibles pueden llegar a ser lugar de expresión de la acción de Dios que santifica a los hombres, y de la acción de los hombres que rinden su culto a Dios. Lo mismo sucede con los signos y símbolos de la vida social de los hombres: lavar y ungir, partir el pan y compartir la copa pueden expresar la presencia santificante de Dios y la gratitud del hombre hacia su Creador.

1149 Las grandes religiones de la humanidad atestiguan, a a menudo de forma impresionante, este sentido cósmico y simbólico de los ritos religiosos. La liturgia de la Iglesia presupone, integra y santifica elementos de la creación y de la cultura humana confiriéndoles la dignidad de signos de la gracia, de la creación nueva en Jesucristo.

Algunos gestos litúrgicos

La señal de la Cruz

Es como un sello de Cristo, una profesión de fe. También se usa para bendecir personas y cosas.

Se alza la mano derecha, con los dedos juntos, desde la frente hasta el pecho, justo encima donde descansa la mano izquierda (En el nombre del Padre y del Hijo); después, la mano derecha va desde el hombro izquierdo al hombro derecho (y del Espíritu Santo) .

Escribe Joseph Ratzinger en El espíritu de la liturgia: “La cruz se ha convertido en signo universal de la presencia de Dios (…). La liturgia cristiana es precisamente por esto, liturgia cósmica, por el hecho de que dobla sus rodillas delante del Señor crucificado y ensalzado. El gesto humilde con el que caemos a los pies del Señor, nos inserta en el verdadero camino de la vida, en armonía con todo el cosmos “.

Los golpes de pecho:

Son signo de arrepentimiento por los pecados y signo de humildad.

Ojos levantados al Cielo

Es signo de súplica confiada a Dios Padre.

Imposición de ceniza

Es signo de humildad y arrepentimiento.

Imposición de manos

Es signo de una acción sobrenatural por parte de Dios.

Manos elevadas y extendidas

Es signo del alma que espera ayuda del Cielo. Manos que dan la paz Es signo de paz, frente al puño cerrado, que es signo de lucha.

Joseph Ratzinger, El Espíritu de la liturgia

Tu nombre será una bendición había dicho Dios a Abrahán al principio de la historia de la salvación. En Cristo, hijo de Abrahán, se cumple esta palabra en su plenitud.

Él es una bendición, para toda la creación y para todos los hombres.

La cruz, que es su señal en el cielo y en la tierra, tenía que convertirse, por ello, en el gesto de bendición propiamente cristiano. Hacemos la señal de la cruz sobre nosotros mismos y entramos, de este modo, en el poder de bendición de Jesucristo.

Hacemos la señal de la cruz sobre las personas a las que deseamos la bendición.

Hacemos la señal de la cruz también sobre las cosas que nos acompañan en la vida y que queremos recibir nuevamente de la mano de Dios. Mediante la cruz podemos bendecirnos los unos a los otros.

Personalmente, jamás olvidaré con qué devoción y con qué recogimiento interior mi padre y mi madre nos santiguaban, de pequeños, con el agua bendita.

Nos hacían la señal de la cruz en la frente, en la boca, en el pecho, cuando teníamos que partir, sobre todo si se trataba de una ausencia particularmente larga.

De pie

Es la postura de la oración solemne y también la actitud del que está dispuesto a obedecer enseguida. En las pinturas de las catacumbas se comprueba que los primeros cristianos usaron esta actitud.

Significa la libertad de los hijos de Dios, liberados del pecado.

Por eso los fieles están de pie durante gran parte de la Misa, que es una oración solemne a nuestro Padre Dios; y también durante la lectura del Evangelio, expresando que desean poner por obra lo que están escuchando.

Joseph Ratzinger, El espíritu de la liturgia, ed. Cristiandad

El estar de pie es el gesto del vencedor. Jesús está de pie en la presencia del Padre, está de pie porque ha vencido a la muerte y al poder del mal. Al final de la batalla es el que permanece erguido, el que permanece en pie.

(…) Al estar de pie nos sabemos unidos a la victoria de Cristo; y cuando escuchamos en pie el Evangelio, lo hacemos con expresión de respeto: delante de esta palabra no podemos permanecer sentados: es una palabra que nos eleva hacia lo alto. Exige respeto y al mismo tiempo valor, la voluntad de ponerse en camino para seguir su llamada, para hacerla penetrar en nuestra vida y en el mundo.

De rodillas

Es actitud de carácter penitencial.

Es signo de humildad y arrepentimiento.

En la piedad occidental es signo de adoración

Por esa razón se introdujo la costumbre de ponerse de rodillas durante la Consagración, al recibir la Comunión y la Exposición del Santísimo. Joseph Ratzinger,

El espíritu de la liturgia

Existen ambientes, no poco influyentes, que intentan convencernos de que no hay necesidad de arrodillarse.

Dicen que es un gesto que no se adapta a nuestra cultura (pero ¿cuál se adapta?); no es conveniente para el hombre maduro, que va al encuentro de Dios y se presenta erguido. (…)

Puede ser que la cultura moderna no comprenda el gesto de arrodillarse, en la medida en que es una cultura que se ha alejado de la fe, y no conoce ya a aquel ante el que arrodillarse es el gesto adecuado, es más, interiormente necesario.

Quien aprende a creer, aprende también a arrodillarse. Una fe o una liturgia que no conociese el acto de arrodillarse estaría enferma en un punto central.

Sentados

Es la actitud del maestro que enseña o del jefe que preside con autoridad. Eso explica que el obispo tenga una cátedra, desde la que preside y enseña.

Es la actitud también de escucha por parte de los fieles, que están sentados en las lecturas previas al Evangelio, en la homilía y en la ceremonia de las ofrendas.

Inclinación

Es la actitud del sacerdote al recitar ciertas oraciones y de los fieles al recibir la bendición del sacerdote.

Es signo de veneración, respeto y humildad.

Tiene una variante, que es la genuflexión, practicada en Occidente desde el siglo XVI. El sacerdote hace una genuflexión al elevar la Sagrada Hostia, después de elevar el Cáliz y antes de comulgar; para la Santa Cruz, en el Viernes Santo; tradicionalmente, ante una reliquia de la Santa Cruz expuesta para la veneración.

Cuando el Sagrario contiene el Santísimo se hace genuflexión cuando se pasa delante de él, tanto el celebrante como el diácono, los ayudantes, los lectores, etc. Es signo de respeto y adoración. Una inclinación de cuerpo o de cabeza no sustituye a esta genuflexión, salvo en el caso de las personas incapacitadas físicamente.

No hacen genuflexión sin embargo, los ayudantes cuando llevan el incensario, la cruz, las velas, etc.; o el diácono cuando lleva el Evangeliario.

Postración

La postración de todo el cuerpo es signo de total donación personal a Dios.

Es un signo de humildad y penitencia que aparece con frecuencia en la Biblia.

Se reserva a los que los que reciben una consagración definitiva de manos del obispo; a los ordenados in sacris, a los diáconos, las vírgenes y los abades; y al sacerdote y al diácono al comienzo de la solemne acción litúrgica del Viernes Santo. Procesión Simboliza el carácter peregrinante de la Iglesia.

El sacerdote va en procesión al comienzo de la Santa Misa, los fieles cuando comulgan y presentan las ofrendas. Y en fiestas como el Domingo de Ramos o el Corpus Christi hay procesión dentro del templo.

También hay procesiones fuera del templo, por ejemplo en la fiesta de Corpus Christi, como se ve en la fotografía.

Actitudes litúrgicas más importantes

El beso litúrgico

El diácono, los concelebrantes y el celebrante besan el altar al inicio de la misa porque es el signo permanente de Jesucristo entre su pueblo, y al final de la Misa el celebrante y el diácono lo vuelven a besar y los concelebrantes hacen una inclinación hacia el altar .

El diácono o el sacerdote que lee el Evangelio besa el Evangeliario al terminar la lectura.

El celebrante, los clérigos, los ayudantes y parte de los laicos besan la Cruz que se venera el Viernes Santo .

¿Y la postura meditativa oriental?

En la postura meditativa oriental las cosas ocurren de otra manera. El hombre mira hacia el interior de sí mismo. No se aleja de sí mismo para salir al encuentro del otro, sino que pretende introducirse en su interioridad, en la Nada, que es, al mismo tiempo, el Todo.

(…) Por muy abierta que esté y deba estar la fe a la sabiduría de Asia, es evidente la diferencia entre la concepción personal y la impersonal de Dios.

Signos relacionados con elementos de la liturgia

El pan y el vino simbolizan:

– el Cuerpo y la Sangre de Cristo, la Eucaristía, alimento indispensable del cristiano;

-simbolizan la unidad de la Iglesia y de los cristianos con Cristo.

La ceniza significa penitencia.

El agua significa purificación.

El incienso significa adoración.

La luz significa Cristo, Luz de justicia.

Fieles católicos chinos con velas encendidas

Josep Ratzinger, El espíritu de la liturgia, ed. Cristiandad

Los ornamentos litúrgicos -el alba, la estola y la casulla- que el sacerdote lleva durante la celebración de la sagrada eucaristía quieren evidenciar, ante todo, que el sacerdote no está aquí como persona particular, como éste o aquél, sino en lugar de otro: Cristo. (…)

Es para el sacerdote un desafío: entrar en la dinámica que lo saca fuera del enclaustramiento en su propio yo, y lo lleva a convertirse en una realidad nueva a partir de Cristo y por Cristo.

Los colores

Estamos acostumbrados a usar signos o señales convencionales para referirnos a determinadas realidades. Hablamos de “colores patrios”, colores “tristes” o “alegres”, etc.

La Iglesia también usa de los signos en su liturgia, para facilitarnos la comprensión de algo.

En concreto, los ornamentos que usa el sacerdote son de cuatro colores distintos. Cada uno de ellos indica algo diferente: una determinada fiesta o un tiempo litúrgico determinado.

¿Qué simboliza cada color?

Color Blanco

Es señal de pureza, inocencia, alegría, santidad y gloria.

Puede tener tonalidades plateadas, marfil o crema, no gris, que no es color festivo.

Se emplea en casi todas las fiestas del Señor y de la Virgen María; y de aquellos santos que no han sido mártires.

También en los tiempos litúrgicos de Navidad y Pascua.

Color Rojo

Señal de realeza, fuego, martirio y sangre.

Se emplea en las fiestas del Espíritu Santo -que se mostró en Pentecostés por medio de una lengua de fuego-, Domingo de Ramos, Viernes Santo, Misas votivas del Espíritu Santo, de la Preciosa sangre y de la Pasión del Señor, en as fiestas de los apóstoles, de los Evangelistas y de los mártires, que dieron su sangre por Cristo.

Color Violeta o Rojo-Morado

Es señal de penitencia, dolor y también de esperanza tras el dolor.

Se emplea en los tiempos penitenciales; es decir, en Adviento y Cuaresma.

También en las Misas por los difuntos.

Puede ser sustituido por el color negro

Color Verde

Es el color que significa esperanza.

Se emplea a lo largo de casi todo el año, en lo que se llama “Tiempo Ordinario”. Se utiliza un verde vivo, no apagado.

Simboliza que se está en “espera” de las grandes solemnidades litúrgicas.

Colores Rosa y Negro

El color rosa -con la tonalidad apropiada y adecuada para un ornamento- puede usarse en el tercer Domingo de Adviento y el cuarto Domingo de Cuaresma.

El color negro puede usarse el día de todos los fieles difuntos, en los funerales y Misas de Requiem.

Color azul Este color se usa donde lo permite el privilegio español, en la fiesta de la Inmaculada Concepción.

El Tiempo Sagrado

Josep Ratzinger, El espíritu de la liturgia, ed. Cristiandad

El espacio sagrado del culto cristiano, por si mismo, ya está abierto al tiempo: la orientación significa, a fin de cuentas, que la oración se dirige hacia el sol naciente que ahora se ha convertido en portador de un significado histórico.

Remite al misterio pascual de Jesucristo, a la muerte y el nuevo comienzo.

Remite al futuro del mundo y a la consumación de toda la historia en la venida definitiva del Redentor.

De este modo, en la oración cristiana, el espacio y el tiempo se entrelazan: el espacio se ha convertido, él mismo, en tiempo, y el tiempo se hace, por así decirlo, espacial, entra en el espacio. Y al igual que se entretejen espacio y tiempo, también están entretejidos la historia y el cosmos.

El tiempo cósmico, determinado por el sol, se convierte en representación del tiempo del hombre y, por lo tanto, del tiempo histórico que se dirige a la unidad de Dios y del mundo, de historia y universo, de materia y espíritu: en una palabra se orienta a la «ciudad nueva», cuya luz es Dios mismo, de modo que el tiempo se convierte en eternidad y la eternidad se comunica al tiempo

El año litúrgico

A lo largo de todo el año la Iglesia celebra los acontecimientos más importantes de la vida de Jesús, al igual que las fiestas en honor de la Santísima Virgen María y de muchos santos, que demostraron su amor a Dios viviendo una vida de entrega heroica.

El Año Litúrgico combina dos ciclos de celebraciones: el “Ciclo Temporal” y el “Ciclo Santoral”.

CICLO TEMPORAL

El Ciclo Temporal está centrado en el Misterio Pascual y tiene su centro en el domingo de Pascua o de la Resurrección de Jesús. Es la fiesta más importante de todo el año; todas las demás celebraciones giran alrededor de esta gran solemnidad.

El Ciclo Temporal está compuesto por cinco tiempos litúrgicos:

ADVIENTO, NAVIDAD, CUARESMA, PASCUA Y TIEMPO ORDINARIO

Cada uno de ellos tiene sus propias características:

Tiempo de Adviento

ADVIENTO: es un tiempo de espera ante el “advenimiento” o venida del Hijo de Dios. Durante las cuatro semanas de Adviento nos preparamos para el Nacimiento de Jesús (Navidad). La mejor preparación consiste en limpiar el alma con un mejor comportamiento y una buena Confesión.

Se suele poner una “Corona de Adviento”, hecha con ramas verdes y con cuatro velas rojas. Cada domingo se enciende una de estas velas: el primer domingo una, el segundo domingo dos y así sucesivamente.

Tiempo de Navidad

NAVIDAD: es tiempo de profunda alegría para los cristianos. Celebramos el Nacimiento de Jesús, el Salvador del mundo. En la noche del día 24 de diciembre se celebra la llamada “Misa del Gallo”.Durante el tiempo de Navidad se celebran también otras fiestas importantes: Santa María Madre de Dios (1 de enero), Epifanía o Reyes (6 de enero o el domingo siguiente) y la fiesta de la Sagrada Familia (domingo siguiente a Epifanía).

El tiempo de Navidad se termina con la fiesta del Bautismo del Señor.

Tiempo de Cuaresma

CUARESMA

Es un tiempo esencialmente penitencial. Dura 40 días, a semejanza de los días en los que Jesús se retiró al desierto para hacer penitencia.

Jesús ayunó durante todo este tiempo y se preparó para los tres años de “Vida pública”

La Cuaresma comienza el Miércoles de Ceniza, con la imposición de la ceniza en nuestra cabeza. Este rito nos recuerda que “somos polvo y en polvo nos hemos de convertir”.

La última semana de Cuaresma se llama SEMANA SANTA.

Comienza el Domingo de Ramos con el recuerdo de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén.

El Jueves Santo la Iglesia conmemora la Última Cena, en la que Jesús lavó los pies a los apóstoles, convirtió el pan y el vino en su Cuerpo y Sangre (Eucaristía), instituyó el Sacramento del Orden Sacerdotal y nos dió el “Mandamiento nuevo” (“Un mandamiento nuevo os doy, que os améis los unos a los otros como yo os he amado”).

En la liturgia del Viernes Santo no se celebra la Santa Misa. Las ceremonias de ese día se centran en : Liturgia de la Palabra con la Lectura de la Pasión del Señor, Adoración de la Cruz y Sagrada Comunión.

El Sábado Santo por la noche tiene lugar la Vigilia Pascual, que es la celebración más grande y solemne del año. Es la noche santa en que Cristo pasa de la muerte a la Vida. En ese acontecimiento la Iglesia ha visto siempre la esperanza de nuestra salvación. Con la ayuda de Dios hemos de pasar a una vida nueva, dejando atrás nuestra vida de pecado (muerte del alma).

La Misa de la Vigilia Pascual comienza con la Bendición del Fuego nuevo y la preparación y encendido del Cirio Pascual que simboliza a Cristo. El Pregón Pascual anuncia y canta su Victoria.

La Liturgia de la Palabra de esa Misa -más extensa que de ordinario-, con lecturas del Antiguo y Nuevo Testamento, recuerda la historia de la salvación, desde las maravillas que Dios realizó con el pueblo escogido hasta la venida al mundo de su Hijo, para que con su muerte y resurrección, salvará a todos los hombres. Luego se desarrolla la Liturgia Bautismal. Viene por último, la Liturgia Eucarística, donde Cristo muerto y resucitado se nos da como verdadero Pan de Vida.

Tiempo de Pascua

PASCUA

Con la Misa del Domingo de Resurrección comienza el Tiempo Pascual.

Durante 40 días se celebra la alegría de Cristo resucitado y se recuerdan las escenas evangélicas de las “Apariciones” de Jesús.

Al final de estos días se celebra la Ascensión de Jesús a los Cielos. Momentos antes les dice: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura”.

Durante diez días los Apóstoles permanecieron reunidos y rezando. Pedían, junto con la Virgen María, que viniese el Espíritu Santo para poder seguir fielmente el Camino del Evangelio.

El día de Pentecostés, sucedió este hecho extraordinario, y con un gran ruido y viento impetuoso aparecieron sobre las cabezas de los apóstoles unas “lenguas de fuego”, y se sintieron llenos del Espíritu Santo.

TIEMPO ORDINARIO

Este tiempo litúrgico consta de 33 semanas, repartidas en dos bloques:

El primero, más corto (unas 9 semanas) va desde el Bautismo del Señor hasta el Miércoles de Ceniza. El segundo, desde el lunes después de Pentecostés hasta el sábado anterior al primer domingo de Adviento.

El color verde, que significa “esperanza” nos acompaña durante todo este largo tiempo, en el que esperamos la llegada de las grandes solemnidades del Señor.

CICLO SANTORAL

Paralelamente al Ciclo temporal se celebra el Ciclo santoral que tiene por finalidad conmemorar otros acontecimientos de la vida de Jesús, de la Virgen María y de los santos no incluidos en aquél.

Son muchas las fiestas que celebramos en la Iglesia, pero no todas tienen la misma importancia. Además, algunas de estas celebraciones quedan limitadas a una ciudad o a un país.

Para poder clasificar todas estas fiestas, se les da una categoría determinada a cada una. Así tenemos: las “Solemnidades”, las “Fiestas” y las Memorias” (obligatorias o libres).

Enumeraremos las Solemnidades, tanto las que pertenecen al ciclo temporal como al santoral.

Solemnidades

1 enero              Santa María, Madre de Dios.

6 enero              Epifanía

19 marzo           San José

25 marzo           Anunciación del Señor

marzo-abril        Pascua de Resurrección

Mayo                 Ascensión del Señor

mayo-junio        Pentecostés

mayo-junio        Santísima Trinidad

mayo-junio        Cuerpo y Sangre de Cristo

Junio                 Sagrado Corazón de Jesús

24 junio             Nacimiento de San Juan Bautista

29 junio             San Pedro y San Pablo

15 agosto          Asunción de la Virgen María

1 noviembre      Todos los Santos Noviembre Cristo Rey

8 diciembre        Inmaculada Concepción

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17 comentarios

  1. Me encanto todas enseñanzas liturgico me gustaria saber o tengo una duda e visto en algunos altares que en tiempo ordinario que toca el color verde ponen otro mantel ensima el blanco es correcto? Otros ponen el mantel blanco antes del mantel verde cual de los 2 manteles deve ir? Gracias que nuestro señor jesucristo los bendiga .

  2. soy servidor de la sagrada comunion en mi parroquia las personas encargadas de vestir el pesebre para esta navidad ,se les ocurrio este año que lo van a hacer en el presviterio
    desplazando a la Santisima Virgen del Carmen patrona de nuastra capilla me parece falta de respeto ya que el presbiterio esta reservado unicamente para los ritos sagrados,y que lo pueden hacer como los años anteriores en los laterales ,yo les manifeste que esto no se podia hacer poque el presbiterio esta reservado unicamente para el celebrante acolitos ministros y lectorado pero me manifestaron que esto era anticuado y que habia que cambiar,yo amo la Santisima Virgen y me duele que la desplacen ya que noto en mi comunidad que se ha perdido el amor y respeto a la Santisima Virgen mas que todo por aquellas personas que se estan preparando en los cursos de biblia que la ven como sin importancia y que los convertirian en protestantes incluido uno que otro servidor de comunion . Por favor alguien que me aconseje como actuar sin lastimar .german teologo pastoral .cjm .gracias.

  3. Magnifico artículo. Excelente si hubiera diapositivasos que pudiesemos en nuestros grupos eclesiales de base poder explicar este contenido por cierto muy completo. FELICITACIONES

  4. EXCELENTE ARTICULO, TODO MUY COMPLETO, COSAS QUE LA VERDAD NO SABIA SU SIGNIFICADO.

    QUE DIOS TE BENDIGA

  5. Gracias, por este material. Excelente para mi hermana le servirá para sus temas de liturgía para adultos.
    Que Dios les bendiga y les siga proporcionando lo necesario para que sigan adelante.

  6. Es un excelente articulo que nos da una visión general de lo que es la liturgia, además es un gran aporte y un gran material catequético para quienes de alguna manera dirigimos grupos pastorales en las parroquias.
    Ha sido de gran utilidad para mi en la acción pastoral de mi parroquia.
    Mil gracias, por este artículo y muchas felicitaciones. H.H. .

  7. Yoli, me encantó y me acordé de tí, por tu trabajo, en un momento de descanso lo puedes repasar. Con cariño…Tita.

  8. excelente informaciòn me, aprendi mucho me gustaria se apoyara con imagenes sobre todo cuando habla del presbiterio, altar etc para poder doferenciar mejor. Muchas gracias.

  9. Me gustaria recibir la Liturgia de las Horas, para unirme a la iglesia.Muchas gracia, Saludosy muchas bendiciones.Mario Samorio TorresManagua, Nicaragua

  10. Me encantaria recibir toda esta informacion si la tienen en Power Point, me seria muy util para servir charlas en mis comunidades.

  11. Gracias, muchas gracias, lo que yo requeria para tener un amplio conocimiento de la liturgia.Felicidades y que Jesus y Maria los siga bendiciendo siempre.

  12. VIII Vicaría, parróquia de San Pedro Apostol Tláhuac. Excelente artículo de apoyo litúrgico. Gracias.

  13. Excelente artículo, congratulaciones y agradecimiento al productor. Que El Señor les bendiga.

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