¡Yo quiero ser como María!

“Es María una blanca paloma, es María una blanca paloma y ha venido a América a traer la paz”. Esta era y sigue siendo una de las alabanzas que más me gustan para celebrar a la mamá de Jesucristo, que por cierto no solo es esto, sino mucho más, es Esposa del Espíritu Santo y Madre de Dios. La Virgen María es la reina del cielo, la reina del mundo, Nuestra Soberana. Una Soberana a quien toda mujer católica debería imitar en toda su pureza, presencia, entrega y en sus virtudes humanas. Creo que sigo conmovida después de escuchar una plática a la que asistí ayer en mi retiro espiritual al cual no he dejado de asistir por 10 meses consecutivos. Reconozco, que es todo record para mí ya que nunca antes esto había sido en realidad prioridad número uno para mi vida espiritual.

Hoy que es Mayo, estamos celebrando a Nuestra Reina y quisiera escribir unas palabras sobre lo que la Virgen, Nuestra Señora representa para mí y para todas las mujeres católicas. Siempre ha sido muy doloroso para mí pensar que por medio de una mujer el hombre peco. He aceptado esta verdad y misterio en mi corazón, y he dirigido mis ojos hacia la gran misericordia de Dios como Padre, que por amor a sus hijos pensó en Jesús y María para salvarnos. Y posteriormente, creó la Iglesia.

María es el único modelo que las mujeres católicas necesitamos. Si cada mujer católica se empeñara en entablar una amistad con María y dedicarle tiempo a la misma, su vida sería diferente en muchos aspectos, comenzando con la pureza. María nos enseña a ser puras de corazón. La cuestión es esta, un corazón puro es capaz de ver su pequeñez y al mismo tiempo, su potencial para hacer el bien. Ese bien, se debe hacer en el mundo, pues Dios ha creado este mundo para nosotros y también ha permitido que seamos nosotros mismos quienes decidamos de qué forma queremos vivir, ser y existir en él. Si por ejemplo, yo nacida en un hogar católico, casada por la Iglesia y siendo madre, decido nunca “conocer” a María, mi vida tendrá un tono, una forma, una proyección totalmente diferente a si decido vivirla bajo la Mirada de la Virgen. Lo primero que aprenderé de Ella es a ser una mujer que promueve la paz y que vive con paz desde el centro de sí misma.

Una mujer que ha comprendido quien es María, inmediatamente la amará, acudirá a ella para todos sus sueños, problemas maritales, vida profesional, en la educación de sus hijos y en su misión en el mundo. María la guiara, como lo hace conmigo y con muchas otras mujeres. Tal como lo hizo ella, María siempre dijo sí al Amor de Dios, al Plan de Dios, al ser Madre de Jesús y esposa de San José. María dijo sí muchas veces, aún sin comprender el hecho de ver a su único hijo crucificado en la cruz. Todo esto solo puede comprenderse, si te acercas a ella por medio de las meditaciones del Santo Rosario, introduciéndote con atención consciente. Al contemplar los diferentes misterios se conocen e interiorizan las virtudes humanas de María, se comprende la esencia de ser mujer. Estamos en el mundo para humanizarlo desde el amor, corriéndonos del eje egoísta del que solemos anclarnos y esto solo lo podemos hacer si se está muy cerca de María.

Para concluir, citaré las palabras de San Josémaría que escribió: “que busques a Cristo, que encuentres a Cristo, que ames a Cristo… me gustaría decirte lo mismo, que busques la María, que encuentres a María, que ames a María, que dejes en el mundo las huellas de María con el amor que fuiste capaz de dar impulsada por su mirada ”.

Sheila Morataya
Austin, TX
www.sheilamorataya.com
Compra mi libro «El espejo : ámate tal como eres»

Sheila Morataya es la Editora de la sesión de la mujer desde la creación de encuentra.com Es psicoterapeuta, coach de vida y talento para la radio y la televisión en los Estados Unidos. Actualmente es Productora Ejecutiva para Relevant Radio en español en los Estados Unidos. Autora de 6 libros entre ellos «El espejo: ámate tal como eres».

Cuando no está trabajando puedes encontrarla sembrando flores, dando clases de desarrollo personal a jovencitas o cocinando para su familia. Puedes escribirle a  sheila@sheilamorataya.com