Vivo convencida de esto desde hace ya muchos años pero nunca como en este momento de mi vida. Volando hacia Miami, recuerdo un retiro de una semana que viví junto a 17 personas en Round Top, Tejas. El retiro era especial para personas que tuvieran está necesidad de sanar las heridas de la infancia. No era un retiro cualquiera pues en él se comprende la propia historia por medio de la contemplación de la pasión, muerte y resurrección de Cristo.
Este retiro fue escrito por la psicoterapeuta católica Carol Burke bajo el nombre de “Del dolor a la Gracia”. Ella también es fundadora del Vinefo de Raquel, otro retiro para sanar las heridas del aborto.
Estos días viviendo junto a personas heridas como yo, pude comprobar que el mundo necesita del mensaje cristiano y necesita de personas convencidas de que solo Jesús puede arrojar luz para comprender la propia historia y el sentido de la vida.
La doctora Burke utiliza la pasión por medio de un riguroso seguimiento de la escritura para hacer una comparación de la pasión y sufrimiento en nuestra vida.
En este retiro se persigue volver a la niñez para restaurar la imagen y semejanza de Dios en su estado más puro: nuestro nacimiento y la pureza de ser niños. En la infancia se depositan o no los programas neuronales y del corazón y alma del amor.
Muchos de nosotros fuimos atormentados, de alguna manera en nuestra infancia, disminuyendo así nuestra capacidad para amar y actuar en el mundo por las heridas. En el retiro todo esto se comprende reflexionando en la pasión y muerte de Jesús para luego abandonarse al Padre y hacer su voluntad.
Así se resucita una nueva vida y se sale al mundo dispuesto a restaurar la vida y las relaciones con los demás.
La experiencia más intensa para mí fue la del día en la que se entrega el espíritu al Padre y se pide hacer la voluntad de Dios. Ese día cada participante carga una cruz de tamaño considerable y en voz alta se dice que ha significado vivir con la propia cruz. Todos los participantes sanamos ahí, nos comprendemos como personas y comprendemos la humanidad del Señor.
Esto es algo que nunca viví en mi vida.
Es un programa maravilloso para ayudar a un pueblo herido por el pecado, pues el maltrato en la infancia conduce a una vida de pecado.
Jesús es la respuesta única que el mundo necesita. Jesús es el camino hacia una vida llena de sentido.
Cristo es Dios haciendo diariamente milagros en la tierra.
Sheila Morataya
Austin, TX
sheilamorataya.co
