Los padres

Mi padre se encontraba conectado a un respirador, a los aparatos que monitoreaban su condición de vida en estado de coma desde hacía poco más de 24 horas, y a una sonda que lo alimentaba. Yo me encontraba sólo en su habitación, contemplándolo y orando de pie, cuando percibí que los aparatos registraron que su gran corazón había dejado de latir.

Mis recuerdos de la muerte de mi papá son de paz, de agradecimiento, del gozo de haberlo tenido, y al mismo tiempo de la evocación de su vida que significó entre muchas otras cosas, mi propia vida.

¿Qué se necesita para ser buen padre? Ofrezco algunas respuestas en base a mi experiencia y a los mejores modelos de padres que se me ocurren: Dios Padre, San José padre de Jesucristo y mi propio papá.

Sin duda lo más importante es estar presente, sobre todo en las etapas en donde uno aprende a relacionarse con los demás, en la niñez. Y es muy importante que esa presencia esté además nutrida por buenos ejemplos: cariño, muestras de amor y respeto a la esposa, enseñar a hacer cosas, jugar, tener tiempo con cada hijo y con toda la familia, por cierto, el tiempo de convivencia siempre es de calidad, no hay que tratar de justificar la falta de tiempo dedicado, sustituyéndolo  con “tiempo de calidad.”

José el esposo de María, da ejemplo de paternidad que sin ser biológica, se manifiesta a plenitud en el cuidado amoroso y diligente de la Sagrada Familia, en la actitud permanente de fe que lo lleva a ser custodio, trabajador, migrante, buen ciudadano, formador ejemplar, fiel y discreto esposo y padre, siempre dispuesto a anteponer todo en el servicio de su esposa y el hijo que le fue encomendado. Hay que rescatar de este ejemplo, que el mayor servicio al Hijo, lo hace a través del servicio y fidelidad a la esposa. ¡Cuántas veces, se usa a los hijos como pretexto para desatender a la esposa!

Y de Dios Padre, hemos de experimentar y aprender el Amor incondicional, el de quién está dispuesto a dar a su propio Hijo por los demás, un Padre que prepara a Su Hijo para que viva y de fruto.  Jesucristo nos muestra el Amor del Padre de muchas maneras, invitándonos a entrar en comunicación constante con Él a través de la oración, en silencio, a puerta cerrada, con el Padre Nuestro, y en la compasión y misericordia con los otros.

Jesucristo con su constante oración nos muestra otra característica fundamental del buen padre, el que siempre está dispuesto a escuchar y a atender las inquietudes, las angustias, y los gozos del Hijo. Jesucristo nos enseña que esa comunicación-oración se da por el Amor del Padre al Hijo en el Espíritu Santo, esto es, primero nos ama el Padre, y luego nosotros respondemos a ese Amor. No puede ser de otra manera, si queremos hijos buenos, llenos de amor, hemos de esforzarnos en hacerlo primero nosotros.

En México sufrimos por muchas injusticias, y lamentablemente, las más graves creo que se manifiestan por la falta de padres que estén dispuestos a ser fieles, a amar a sus respectivas esposas, a ser responsables y cariñosos en la formación de los hijos; y también hay injusticia por hombres que no saben o no quieren respetar a las mujeres.

La infidelidad, que significa la falta de respeto a la mujer en relaciones que sólo buscan el placer o el poder egoísta, dentro y fuera del matrimonio es fuente de graves problemas en las familias y en la sociedad; el machismo que busca dominar y degradar, en lugar de respetar, servir y amar a la mujer, sea esta madre, hermana, esposa o hija, es otra grave fuente de injusticia que se manifiesta en violencia, infidelidad, irresponsabilidad, o en una deficiente paternidad.

El día del padre es un buen momento para reflexionar sobre el valor de los padres, de la paternidad y el servicio que se puede dar a las mujeres, a los hijos y a las familias. También es un buen momento para asumir el don de la paternidad a plenitud, con alegría y como fuente de servicio y santificación, en una vida de oración, lucha y mejora continua.


Oscar Fidencio Ibáñez Hernández
@OFIbanez

Casado, padre de 3 hijos, profesor e investigador universitario, y bloguero. Ingeniero Civil, Maestro en Ingeniería Ambiental y Doctor en política y políticas ambientales.

Mexicano, católico, autor entre otros textos de «El Espíritu Santo en tiempos de Twitter: Documentos del Concilio Vaticano II para tuiteros. Celebrando el #AñoDeLaFe»

Admirador de la Creación en todas sus dimensiones. Nací en La Misión de Nuestra Señora de Guadalupe de los Mansos del Paso del Norte (Hoy, Ciudad Juárez, Chihuahua).

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Un comentario

  1. Y asi como Dios Padre, preparo a su hijo para la entrega y el sacrificio preparar nosotros a nuestros hijos a «morir» todos los dias en el sacrificio y el amor al projito. Como? Dando ejemplo nosotros mismos.

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