Cuando Herodes ordenó matar a todos los menores de dos años en Belén y sus alrededores (Mt 2, 1-18), no lo hizo por la muerte de los niños en si mismos sino para asegurarse de mantener el poder, para evitar que un niño pudiera crecer y a la vuelta de los años disputarle el poder que el ejercía en Judea. Irónicamente no pasaron ni 5 años cuando este infame rey murió.
El Papa Francisco en su reciente mensaje a la ciudad y al mundo (Urbi et Orbi) señaló: “Pienso en todos los niños hoy maltratados y muertos, sea los que lo padecen antes de ver la luz, privados del amor generoso de sus padres y sepultados en el egoísmo de una cultura que no ama la vida; sean los niños desplazados a causa de las guerras y las persecuciones, sujetos a abusos y explotación ante nuestros ojos y con nuestro silencio cómplice; (…)Todavía hoy, su silencio impotente grita bajo la espada de tantos Herodes. Sobre su sangre campea hoy la sombra de los actuales Herodes.”
Como aquel Herodes que en tiempos de Jesús era un gobernante “eficiente” que realizaba muchas obras materiales aunque eran también conocidos sus excesos y escándalos, hoy hay políticos que por buscar mantener su poder son capaces de sacrificar vidas de niños o poner en riesgo de abusos, maltratos y explotación las vidas de muchos otros en aras de mantener el poder.
En algunos casos los gobernantes buscan apoyo en poderosos cabilderos y empresas internacionales, que se benefician de leyes que atentan contra la vida y la inocencia y educación de los niños, como explica con claridad el obispo de Alcalá de Henares en su carta pastoral “Por un plato de lentejas. La peor de las corrupciones.”
En otras ocasiones las coyunturas de problemas económicos o políticos hacen que algunas autoridades planteen modificaciones legales que generan polémica y controversia mediática, para desviar la atención de problemas reales que no son capaces de resolver, como parece ser el caso del Gobernador de Coahuila que frente a la enorme deuda y falta de resultados de su gobierno plantea despenalizar el aborto en su estado.
También fue el caso del gobernador de Guerrero que ante la escandalosa indolencia, pobreza, injusticia e impunidad que dominaron su gestión estatal y que explotó el 26 de septiembre con la matanza y desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa en Iguala, intentó meses antes modificar la ley para despenalizar el aborto, iniciativa que fue congelada en el congreso por la movilización decidida de los ciudadanos que se opusieron.
En otros casos las iniciativas son derivadas de incongruencias ideológicas, omisiones culpables u obnubilación del juicio por el ejercicio del poder, cuando este no se usa para el bien común y solo se busca mantener a través de cálculos políticos, como en el caso de la recién aprobada Ley de Jóvenes en Guanajuato que entre otros errores “crea” derechos sexuales para niños a partir de los 12 años, ignorando el sentido común, y la recién promulgada Ley General de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes.
Herodes con su acción se convirtió en una metáfora de la conservación del poder a costa de la vida de los inocentes que hoy celebramos, y que nos recuerdan el absurdo del ejercicio del poder que se desvincula de las necesidades reales de la gente, del servicio al bien común. En nuestro tiempo el poder público está acotado por mecanismos institucionales, sin embargo, es necesaria la participación de la sociedad para que las autoridades corrijan su actuación, si no por convicción y servicio, por lo menos por ese enfermizo miedo a perder el poder que en sociedades participativas corrige los excesos de los nuevos Herodes.
Oscar Fidencio Ibáñez Hernández
@OFIbanez
Casado, padre de 3 hijos, profesor e investigador universitario, y bloguero. Ingeniero Civil, Maestro en Ingeniería Ambiental y Doctor en política y políticas ambientales.
Mexicano, católico, autor entre otros textos de «El Espíritu Santo en tiempos de Twitter: Documentos del Concilio Vaticano II para tuiteros. Celebrando el #AñoDeLaFe»
Admirador de la Creación en todas sus dimensiones. Nací en La Misión de Nuestra Señora de Guadalupe de los Mansos del Paso del Norte (Hoy, Ciudad Juárez, Chihuahua).
