¿Cómo se ven las familias a tu alrededor?

Oscar Ibáñez

¿Quién no ha jugado adivina qué veo? Hoy les propongo que juguemos a ¿Qué veo, qué veo? Utilizando a nuestra familia, a nuestros familiares y amigos, e incluso a nuestros vecinos. La idea es que observemos ¿Cómo son las familias? ¿Qué vemos en cada una de ellas? ¿Qué historias para contar podemos encontrar? ¿Qué ejemplos para imitar, o experiencias para tratar de evitar?

Es probable que observen antepasados nacidos fuera de matrimonio, quienes al cabo de algunos años encontraron la manera de formar parte de una nueva familia, una familia compuesta, fruto de matrimonio y viudez previa, con medios hermanos de 2 madres y 2 padres diferentes conviviendo. Esto se convierte en fuente de educación en valores, en disciplina, en trabajo y en servicio.

Como parte del juego, quizá encuentren algunas amistades donde padres e hijos forman ejemplares matrimonios católicos, y un día, una de las familias decide renunciar al catolicismo y practicar el ateísmo. Se puede ver aquí además del dolor e incertidumbre de todas las familias, también la oración de unos, el testimonio y el respeto que se genera en todos a través de ésta experiencia.

Es probable también encontrar familias de parientes que después de iniciarse con una raíz católica, en algún momento fueron convertidos a otra religión, incluso anticatólica, y aun así tener la oportunidad de convivir con sus familiares y tratar de vivir cada quien su vida rectamente, de acuerdo a sus distintas expresiones religiosas. Sin duda la tolerancia y mutuo fortalecimiento en conocimiento, convicciones y testimonio de vida, se pueden rescatar en este ejemplo.

Seguramente también hay por ahí algún divorcio o separación que lastima no solo a cónyuges e hijos, sino a amigos y familiares en distinto grado. Historias de infidelidades que afectan los entornos cercanos de las parejas que lo experimentan; hijos fuera de matrimonio, relaciones replanteadas posteriormente, o familias monoparentales estables. Casos que nos muestran muchas veces, la superación de las rupturas, el perdón, y los sacrificios extras para la educación de los hijos, y la paz de las personas.

Apuesto que este juego les mostrará diferentes actitudes en las familias: ganas de restaurar, reconstruir, fortalecer; y también ganas de rendirse, abandonar, escapar y encerrarse. Y en todos los casos, a pesar de los problemas, los sufrimientos, y los errores; la familia siempre es la referencia máxima para aprender y enseñar a vivir con apoyo, solidaridad, y amor. Efectivamente la familia es la base de la sociedad, y para el creyente, es la manifestación de la vida como lucha diaria, el primer espacio para acoger y transmitir el Amor de Dios.


Oscar Fidencio Ibáñez Hernández
@OFIbanez

Casado, padre de 3 hijos, profesor e investigador universitario, y aprendiz de bloguero. Ingeniero Civil, Maestro en Ingeniería Ambiental y Doctor en política y políticas ambientales.

Mexicano, católico, autor entre otros textos de «El Espíritu Santo en tiempos de Twitter: Documentos del Concilio Vaticano II para tuiteros. Celebrando el #AñoDeLaFe»

Admirador de la Creación en todas sus dimensiones. Nací en La Misión de Nuestra Señora de Guadalupe de los Mansos del Paso del Norte (Hoy, Ciudad Juárez, Chihuahua).

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Un comentario

  1. Y es mas dificil vivir en paz y transmitir amor, si nunca se vio este ejemplo. Bienaventurados quienes vimos y vivimos la paz y el amor en una familia, por que podremos darlo a conocer.

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