Capítulo 4: Liturgia del Sacramento

BENDICIÓN E INVOCACIÓN A DIOS SOBRE EL AGUA

 

Habiéndose acercado a la pila bautismal, el Sacerdote recordará brevemente a los presentes la admirable providencia de Dios, que ha querido santificar el alma y el cuerpo del hombre por medio del agua. Lo puede hacer con estas o parecidas palabras:

 

Saben, hermanos, que Dios concede a los creyentes la abundancia de su vida por el sacramento del agua. Levantemos hacia Él nuestro corazón, para que por el agua de esta fuente derrame su gracia sobre (nombre de la niña(o)).

 

El Sacerdote, vuelto hacia la fuente, dice la siguiente bendición:

 

Oh Dios, que realizas en tus sacramentos obras admirables con tu poder invisible, y de diversos modos te has servido de tu creatura, el agua, para significar la gracia del bautismo.

 

Mira, ahora, a tu Iglesia en oración y abre para ella la fuente de Bautismo: que esta agua reciba, por el Espíritu Santo, la gracia de tu Unigénito, para que el hombre, creado a tu imagen y limpio en el Bautismo, muera al hombre viejo y renazca, como niño, a nueva vida por el agua y el Espíritu.

 

El Sacerdote toca el agua con la mano derecha y prosigue:

 

Te pedimos, Señor, que el poder del Espíritu Santo, por tu Hijo, descienda sobre el agua de esta fuente para que los sepultados con Cristo en su muerte,por el Bautismo, resuciten con Él a la vida.

Por Jesucristo nuestro Señor.

 

RENUNCIAS

 

Queridos papás y padrinos:

 

En el sacramento del Bautismo, esta niña(o) que han presentado a la Iglesia va a recibir, por el agua y el Espíritu Santo, una nueva vida que brota del amor de Dios.

Vosotros, por vuestra parte, deben esforzarse en educarlo en la fe de tal manera que esta vida divina quede preservada del pecado y crezca en él de día en día.

Así, pues, si están dispuestos a aceptar esta obligación, recordando vuestro propio bautismo, renuncien al pecado y confiesen su fe en Cristo Jesús, que es la fe de la Iglesia, en la que va a ser bautizado su hijo.

 

¿Renuncian a Satanás?, esto es:

 

al pecado, como negación de Dios;

 

al mal, como signo del pecado en el mundo;

 

al error, como ofuscación de la verdad;

 

a la violencia, como contraria a la caridad;

 

al egoísmo, como falta de testimonio del amor?

 

R. Sí, renunciamos.

 

¿Renuncian a sus obras, que son:

 

sus envidias y odios;

 

sus perezas e indiferencias;

 

sus cobardías y complejos;

 

sus tristezas y desconfianzas;

 

sus materialismos y sensualidades;

 

sus injusticias y favoritismos;

 

sus faltas de fe, de esperanza y de caridad?

 

R. Sí renunciamos.

 

¿Renuncian a todas sus seducciones, como pueden ser:

 

el creerse superiores;

 

el estar muy seguros de vosotros mismos;

 

el creer que ya estáis convertidos del todo?

 

R. Sí, renunciamos

 

¿Renuncian a los criterios y comportamientos materialistas que consideran:

 

el dinero como la aspiración suprema de la vida; el placer ante todo;

 

el negocio como valor absoluto;

 

el propio bien por encima del bien común?

 

R. Sí, renunciamos

 

PROFESIÓN DE FE

 

Seguidamente el Sacerdote pide esta triple profesión de fe a los papás y padrinos:

 

– ¿Creen en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra?

 

– Sí, Creemos.

 

– ¿Creen en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que nació de Santa María Virgen, murió, fue sepultado, resucitó de entre los muertos y está sentado a la derecha del Padre?

 

– Sí Creemos.

 

– ¿Creen en el Espíritu Santo, en la Santa Iglesia Católica, en la comunión de los Santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de los muertos y en la vida eterna?

 

– Sí, Creemos.

 

BAUTISMO

 

El Sacerdote invita a la familia para que se acerque a la fuente, y pregunta a los papás y padrinos:

 

– ¿Quieren, por tanto, que su hija(o) sea bautizada en la fe de la Iglesia, que todos juntos acabamos de profesar?

 

– Sí, queremos.

 

– (nombre de la niña(o))., yo te bautizo en el nombre del Padre,

Primera infusión de agua

 

– Y del Hijo,

Segunda infusión de agua

 

– Y del Espíritu Santo.

Tercera infusión de agua

 

UNCIÓN CON EL SANTO CRISMA

 

Dios todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que te ha liberado del pecado y dado nueva vida por el agua y el Espíritu Santo, te consagre con el crisma de la salvación para que entres a formar parte de su pueblo y seas para siempre miembro de Cristo, sacerdote, profeta y rey.

 

Todos: Amén.

 

Seguidamente, en silencio, el Sacerdote unge la coronilla de la niña(o) con el santo crisma.

 

IMPOSICIÓN DE LA VESTIDURA BLANCA

 

(Nombre de la niña(o). Eres ya nueva creatura y has sido revestido de Cristo. Esta vestidura blanca sea signo de tu dignidad de cristiano. Ayudado por la palabra y el ejemplo de los tuyos, consérvala sin mancha hasta la vida eterna.

 

Todos: Amén.

 

ENTREGA DEL CIRIO

 

El sacerdote muestra el cirio pascual y dice:

 

Recibe la luz de Cristo.

 

El padrino, enciende la vela del niño(a) en el cirio pascual.

 

A vosotros, papás y padrinos, se les confía acrecentar esta luz.

Que vuestra hija, iluminada por Cristo, camine siempre como hija de la luz.

Y perseverando en la fe, pueda salir con todos los Santos al encuentro del Señor.

 

ÉFFETA

 

El sacerdote, tocando con el dedo pulgar los oídos y la boca del niño(a), dice:

 

El Señor Jesús, que hizo oír a los sordos y hablar a los mudos, te conceda, a su tiempo, escuchar su Palabra y proclamar la fe, para alabanza y gloria de Dios Padre.

 

Todos: Amén

 

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